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viernes 26-04-2024

Lenguaje inclusivo: “La potencia del debate está fuera de la gramática”

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Este jueves comenzó el primer Congreso de Lenguaje Inclusivo realizado por la Defensoría del Pueblo de la Provincia y la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Hubo charlas para abordar el tema desde distintos ángulos y también hubo lugar para reflexionar sobre los medios de comunicación. Mañana continúa desde las 10 en el Edificio Sergio Karakachoff

“¿Por qué causa tanta resistencia el cambio del lenguaje y hay otras cosas tan graves que no le mueven el piso a nadie?”, se preguntó María Eugenia Ludueña, periodista de Agencia Presentes, en el marco del conversatorio “Poder nombrar. El poder de lo nombrado”, una de las actividades del extenso cronograma del primer Congreso de Lenguaje Inclusivo, que este jueves comenzó en el Edificio Sergio Karakachoff, de la Universidad Nacional de La Plata.

A su lado, Nadia Portillo, productora del programa Todes, que se emite por el canal TV Universidad de la UNLP, dio uno de los testimonios más concretos de esas resistencias: desde que lanzaron la primera emisión del ciclo, en agosto del año pasado, comenzaron a recibir mensajes violentos y amenazantes, que primero fueron al perfil del programa en las redes sociales, pero luego se dirigieron directamente hacia quienes lo conducían y producían, lo que motivó una manifestación de repudio por parte de la comunidad académica y periodistas de la región. “Eso fue un momento de quiebre para nosotras, y sobre todo cuando empezaron a llegar mensajes a nuestres amigues, a nuestras familias, a nuestros perfiles personales directamente”, relató.

“Ahí nos empezamos a preguntar a quiénes estamos incomodando con esto, qué es lo que estamos disputando. Evidentemente hay un otre, que quizás lo que justamente le está incomodando es repensar estas estructuras en donde nos cuesta empezar a preguntarnos qué es esto de hablar con la ‘e’. Es algo que se puede regular con una ley, es una batalla social y cultural”, afirmó.

El uso del lenguaje, claramente, toca una fibra del poder, que no es meramente simbólica. En ese sentido, Gabriel Barcaglioni, periodista de Radio Provincia e integrante de la Red PAR (Periodistas de Argentina en red por una comunicación no sexista) explicó que el uso del lenguaje inclusivo no se trata de una modificación en términos “morfológicos”.

“El uso del masculino como genérico es el resultado de una convención. ¿Pero quién la establece y por qué?”, interrogó, y apuntó: “la establecieron varones” con la intención de ubicarse en el centro de la escena pública e invisibilizar a otros géneros. Por lo tanto, concluyó: “disputar un nombre es disputar poder”.

Para Barcaglioni el desafío “es implementar estos cambios en los medios, pensar estrategias no beligerantes, de argumentación y de análisis. Creemos que las ideas más transformadoras siempre son las que se adaptan voluntariamente, no la que son impuestas”.

“Para la Red PAR, el debate no se reduce al uso de la ‘e’: ¿es todos, es todas, es todes, es solamente todes? ¿Qué pasa con las personas trans que han hecho un proceso para ser reconocidas como mujeres o como varones? ¿queda invisibilizado ese proceso en la ‘e’? ¿A qué le vamos a poner la ‘e’? ¿A los sustantivos, al sujeto, al predicado o para nombrar las subjetividades? ¿Si usamos todes, nosotras las mujeres cis, desaparecemos?. Esas son algunas de las grandes preguntas que están en debate”, remarcó.

A su vez, se refirió a lo que pasa adentro de los medios de comunicación: “En las redacciones, estudios de radio y televisión estamos intentando discutir la ‘e’, cuando todavía nos cuesta utilizar el neutro. O sea que estamos varios pasos adelante de lo que en realidad vivenciamos en las redacciones, no es tan fácil convencer a un editor o editora a usar la ‘e’. Tampoco hacer una entrevista y empezar a hablar con ‘e’ si eso aparece como disruptivo, como un ruido en esa comunicación que intentamos establecer”.

“Pero estamos seguras que si una innovación se introduce es porque viene a satisfacer una necesidad de comunicación, porque el mundo va cambiando”, señaló y agregó: “La potencia del debate está fuera de la gramática, no es un tema gramatical ni morfológico. Si no para criticar el sexismo en el lenguaje. El desafío, y eso lo planteamos como comunicadoras es ser protagonistas de esa transformación, no quedarnos al margen. La última palabra la tendrá el colectivo de 500 millones de personas que hablamos en español en el mundo. Lo que no puede pasarnos es que el uso de la ‘e’ sea sólo una convicción política, que por ser algo políticamente correcto, quede vacío de argumentación y de análisis”.

El lenguaje siempre está cambiando

Ante las resistencias al uso del lenguaje inclusivo, en este conversatorio se dio un breve pantallazo de algunos cambios que el lenguaje ha tenido desde siempre, como resultado profundas luchas que lograron trastocar desigualdades. Entre ellas, Ludueña recordaba algunas no tan lejanas dentro de los medios de comunicación, como el hecho de haber dejado de hablar de “crímenes pasionales” para referirse a los femicidios.

Sin embargo, indicó que “todavía no se nombra el ‘travesticidio’. No se logra romper el cerco mediático de la comunicación. Matan a una travesti y parece que eso fuera un destino inexorable. Parece que no vale la pena cubrir un travesticidio”.

A su vez, se refirió otros desafíos en el lenguaje que van mucho más allá del uso de la “e” o la “x”. “Tenemos muchas batallas con el lenguaje en Agencia Presentes, y estamos todo el tiempo haciéndonos preguntas. Por ejemplo con las palabras homofobia, transfobia, lesbofobia. La fobia es una enfermedad, las personas que discriminan no son personas enfermas, son personas violentas. Y eso es algo que estamos tratando de cambiar en nuestro lenguaje, a veces ponemos trans-odio o lesbo-odio y homo-odio y es dificil de comunicar o de entender, pero si somos persistentes lo podemos llegar a lograr”, explicó.

“O el título tan naturalizado de: ‘Le pegaron por gay’. No le pegaron por gay. Eso es otra vez volver a poner el acento en la víctima. En todo caso esa persona hizo un acto discriminatorio, le pegó porque es una persona violenta, discriminadora o le da miedo la otredad”, señaló Ludueña.

En relación a ese miedo que se percibe en las resistencias, la otra panelista del masivo conversatorio, Cynthia Ottaviano, titular del Posgrado de Comunicación Inclusiva y Lenguaje no sexista de la Universidad Nacional de Avellaneda, afirmó: “El miedo de cambiar el lenguaje es el miedo a perder la posición de poder”.

En ese sentido mostró cómo a lo largo de la historia las propias definiciones del diccionario de la Real Academia Española (RAE) discriminaron abiertamente a las mujeres. “Hay que disputar no solo qué sentidos se construyen si no quiénes están construyendo esos sentidos. La de la RAE es una historia llena de rechazo hacia a las mujeres. En 2016 había nada más que 8 mujeres sobre un total de 44 académicos dentro de la RAE. Ni preguntar cuántos había del colectivo LGTTBIQ (…) En la historia de la RAE sólo hubo 11 mujeres de casi 500 personas que se arrogaron para sí ese poder de la territorialidad, de la disputa política que significa la palabra. Eso es construcción hegemónica y autoritaria sobre el significado de las palabras”, aseguró.

El conversatorio llenó un aula entera de preguntas, al igual que el desarrollo del Congreso, impulsado por la Defensoría del Pueblo de la Provincia y la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, que continuará mañana desde las 10hs. Uno de las intenciones del evento es esa, preguntarse sobre las estrategias para hacer inclusivo nuestro lenguaje, interrogantes que ya están girando desde hace mucho dentro y fuera de los ámbitos académicos.

Entre esas preguntas que flotaron hoy estaba la de si era necesario generar una nueva institucionalidad, o había que escaparle a cualquier sistema que pueda volver a estancar algo tan dinámico como el lenguaje. Como parte de una posible respuesta, Barcaglioni señaló: “Comunicar es poner en común. Hay una necesidad de generar una comprensión. En ese marco, hay que buscar la mejor estrategia para convencer de este cambio político”.

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