La ampliación de zonas urbanas en desmedro de las rurales es una problemática que atraviesa a la ciudad desde hace varios años. Emprendimientos inmobiliarios con riesgo de inundación que siguen adelante y una ocupación mecánica del suelo sin planificación previa. En esta entrevista con Pulso Noticias, la arquitecta Isabel López analiza la situación
Por Lautaro Castro
Luego de que el Centro de Investigaciones Urbanas y Territoriales de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata (CIUT/FAU/UNLP) difundiera en los últimos días un documento sumamente crítico sobre el Plan Estratégico La Plata 2030 que impulsa el municipio, se reabren los interrogantes en torno a un tema controversial.
¿Cómo administra la comuna el uso del suelo del Partido? ¿Existe un modelo espacial urbano- rural realmente equilibrado? ¿En qué zonas se desarrollan emprendimientos inmobiliarios y bajo qué condiciones? ¿Vale todo cuando de edificar se trata?
Consultada por Pulso Noticias, la arquitecta, profesora consulta en la FAU y especialista en temáticas territoriales y urbanísticas del CIUT, Isabel López, señala con decepción: “Creí que con la inundación de 2013 iba a haber mayor sensibilidad. Eso no pasó. Al contrario, el suelo se utiliza de cualquier forma, aún si los planos indican que allí hay riesgo de inundación”.
López se refiere concretamente a los 35 desarrollos urbanísticos –la mayoría de ellos, barrios privados- aprobados por el Concejo Deliberante en diciembre de 2018, que fueron localizados indiscriminadamente en distintos puntos del Partido e incluyen zonas inundables de Villa Elisa, City Bell, Lisandro Olmos, José Hernández, entre otros.
“Al partido de La Plata lo cruzan aproximadamente 10 arroyos, que nacen a la altura de Ruta 36 y desde allí bajan hacia el Río de La Plata. Muchas de las zonas que quieren ampliar están cuenca arriba, sobre planicie de inundación. A medida que vas ocupando los suelos en la parte más alta de la cuenca, vas haciendo que se inunde lo de abajo todavía más. Lo correcto sería dejar libres los terrenos que están junto a los arroyos, por lo menos 30 metros de cada lado. Sin embargo, el Código de Ordenamiento Territorial actual no lo contempla. La construcción avanza y la cuenca se obstruye cada día más”, advierte la especialista, e insiste en la necesidad de buscar otro modelo de desarrollo: “No se puede ocupar todo sin dejar espacios de infiltración”.
El avance de la construcción en forma extendida es un fenómeno que se aceleró en la ciudad a partir de la década del 90, acompañado por un modelo de urbanización que, según Isabel, “irrumpió con fuerza gracias al impulso de la Autopista Ricardo Balbín y algunas mejoras en el ferrocarril”. La Plata adoptó desde entonces una tendencia de crecimiento que nunca se detendría. En esa línea, año tras año fue profundizándose el avance de zonas urbanas en detrimento de las rurales, dando lugar a un desbalance territorial cada vez más marcado.
Pese a este escenario, desde el CIUT aseguran que aún se está a tiempo de lograr un verdadero equilibrio y que ello va de la mano con un plan de desarrollo pensado de manera integral, lejos de la fragmentariedad actual, que efectivamente reconozca las condiciones de riesgo de inundación. “Necesitamos asociar el Casco urbano con las zonas norte, sur, este y oeste. No trabajar cada una por separado, dividiendo el territorio en sectores. Eso es una calamidad. El sistema hídrico es un todo y exige abordar el territorio sin desconocer las estructuras fundamentales, como movilidad y transporte, servicios básicos, espacios verdes públicos, entre otras”, dice López.
Asimismo, otro de los puntos que despierta críticas entre las y los investigadores del territorio platense guarda relación con uno de los lineamientos del Plan Estratégico, el de “una ciudad compacta y multicéntrica”, premisa que no parece condecirse con la realidad.
—¿Por qué La Plata no es una ciudad compacta? ¿En qué situación estamos?
—Queda poca tierra porque se ha construido extendidamente. A medida que se instalan los barrios cerrados, countries y ese tipo de edificaciones, se ocupan cada vez más territorios y, al mismo tiempo, la densidad de ocupación disminuye. Poca gente vive en esos lugares. Las únicas zonas que están realmente densificadas de forma importante son el Casco y algunos sectores de Ringuelet o Tolosa. El resto tiene densidad rural, es decir, un promedio de 30 habitantes por hectárea, lo cual es bajísimo. Hablan de “compactar”, pero lo cierto es que se está desperdiciando mucho suelo y eso es un grave problema. Va a llegar un momento que todo va a estar edificado y vamos a tener que usar bote o salvavidas.
Isabel y sus colegas del CIUT, mientras tanto, continúan trabajando para ofrecer alternativas que puedan cristalizarse en políticas públicas realmente eficaces. “Estamos dándole forma a un esquema que propone otra forma de desarrollo urbano, que dé cuenta de que es posible construir sin poner en riesgo a la población. Las cosas pueden y deben hacerse bien”, dice esta profesional de la Universidad Pública que, desde hace más de 20 años, lucha por torcer un modelo que de desarrollo tiene poco y solo propone la ocupación mecánica de nuestro territorio.
Somos un medio de comunicación cooperativo que se conformó luego de los despidos ilegales en el diario Hoy y en la radio Red 92 de La Plata, sucedidos a principios de 2018.
Sin laburo y con la intención de mantener nuestros puestos de trabajo, un grupo de periodistas, correctorxs, fotógrafes, locutorxs, productorxs audiovisuales y diseñadorxs decidimos organizarnos de forma colectiva.