La Asociación Platense de Inquilinos alertó por la reedición de políticas públicas que terminan desembocando en la hipervalorización del suelo, donde siempre ganan y pierden los mismos. Organismos de control ausentes, leyes que no se aplican y la urgencia de tierra para vivir
La semana pasada la Asociación Platense de Inquilinos (API) emitió un comunicado en el que no sólo alertaba por el crecimiento de los desalojos en la región -aun cuando todavía está en vigencia el decreto 320/20 que lo impide- sino que además puntualizaba en un eje clave: las políticas públicas que más que alentar el acceso a la vivienda terminan favoreciendo la especulación inmobiliaria y la hipervalorización del suelo.
La ciudad no es la excepción. Según explicaron desde esta organización, se estuvieron registrando procesos que dan cuenta de una débil protección del Estado tanto hacia quienes alquilan como hacia quienes necesitan una vivienda.
El mencionado decreto, que fue prorrogado hasta el 31 de enero, estableció la suspensión de desalojos, la prórroga de contratos y el congelamiento de precios de alquileres, entre otros puntos. Sin embargo, la falta de organismos que controlen su cumplimiento termina dejando el terreno libre para que el poder de las inmobiliarias se imponga.
“Nosotros vemos una situación por un lado contenida dentro de los términos generales, pero por otro lado vemos que a medida que va pasando el tiempo, que no avanzan en las políticas públicas más profundas, aparecen ciertas situaciones en que se va desbordando esa contención”, afirmó a Pulso Noticias Germán Schierff, presidente de la API.
En ese sentido, señaló: “Por más que estén prohibidos los desalojos como bien marcamos, los mismos siguen ocurriendo, algunos en forma violenta, otros por vías legales pero de alguna manera al estar tramitados en la figura penal de usurpación, eso genera también desalojos que no corresponden. También seguimos viendo muchísima presión del mercado inmobiliario para que no se aplique la ley, cobrando impuestos excesivos, aumentos altos. Eso obliga a los inquilinos a tener que dejar las propiedades”.
“Los abusos siguen ocurriendo. Todavía no hay organismos de control sobre la aplicación tanto de la Ley de Alquileres como de los decretos. Entonces esa contención que brinda este decreto, comienza digamos a generar filtraciones, y a medida que pasa el tiempo se siguen empeorando. Nos preocupa bastante, porque bueno, los inquilinos no ven un horizonte muy bueno post finalización del decreto”, aseguró.
Tres ejemplos concretos
El representante de la API mencionó tres ejemplos que dan cuenta de puntos pendientes en cuanto a la legislación vigente. Por un lado, recordó que la Ley de Alquileres “establece que se tienen que registrar los contratos. Bueno, la AFIP aún no reglamentó a dónde, cómo y de qué manera. Eso serviría para blanquear los contratos”.
Además, detalló: “La ley plantea los espacios de mediación en el ámbito del Ministerio de Justicia, que sería importantísimo para evitar situaciones de violencia, desalojos o por lo menos llegar a mejores acuerdos que los que le imponen a los inquilinos por sus deudas. No está funcionando tampoco, no tenemos ni noticias del Ministerio sobre ese punto”.
En tercer lugar, apuntó que “del Ministerio de Hábitat de la Nación tampoco se está avanzando en la aplicación de lo que es el Alquiler Social. Nos han dicho que sí, pero para nosotros es muy lento. Su aplicación es muy necesaria ahora para contener a muchos sectores, particularmente los más vulnerables, para que puedan seguir pagando y estando en una vivienda en alquiler”.
Endeudamiento
Si en 2019 los alquileres se llevaban el 48% de un salario promedio en la Provincia de Buenos Aires, en 2020 ese cálculo ya pierde sentido hacerlo: las personas que alquilan no están pudiendo pagar o lo hacen a costa de un brutal endeudamiento.
“Muchos inquilinos perdieron fuentes de ingreso, pero los aumentos siguen estando”, indicó Schierff y agregó: “Lo que venimos viendo ahora es el endeudamiento. Aunque casi el 50% de los inquilinos han tenido dificultades en pagar el alquiler, sabemos que el resto de ese porcentaje que sí pudieron pagarlo, están muy endeudados, algunos con familiares, otros con entidades crediticias, otros están haciendo fuertes esfuerzos para conseguir dinero para sostener el alquiler, generando deudas en otros conceptos. Hay por ejemplos muchas deudas de expensas, en servicios, que bueno no se nota porque como están suspendidos los cortes, pero se comienza a generar ahí un proceso de endeudamiento muy grande. El inquilino intenta como puede sostener el alquiler”.
Especulación y valorización del suelo
En torno a las políticas de créditos hipotecarios y estímulo a la construcción, desde la Asociación indicaron que “sin un fuerte proceso de redistribución y control, solo seguirá concentrando el capital en reservas de valor mediante el ladrillo para los sectores pudientes, especuladores financieros, inmobiliarias y constructoras”.
“Lo que nosotros estamos viendo es una vieja receta que ya ocurrió con el kirchnerismo cuando salió el crédito Pro.Cre.Ar. Un ejemplo concreto: acá en La Plata, hubo un momento cuando salieron los créditos que al otro día habían aumentado todos los lotes que la gente había señado… hubo un lío bárbaro”, expresó Schierff.
Según explicó, “cuando se inyecta dinero a la construcción, aunque reactive inmediatamente, en un mercado altamente especulativo y dolarizado como es el de la vivienda lo que se termina haciendo es generando esto: hoy una persona necesita más de 200 sueldos para acceder a un lote, un trabajador promedio”.
“Esa brecha sigue creciendo si seguimos inyectando dinero y no se genera una política que permita que esa inyección de dinero vuelva de alguna manera a la generación de lotes sociales, construcciones baratas, autoconstrucción para las personas, planes para alquileres baratos”, remarcó y agregó: “Lo que se termina haciendo esta inyección de dinero es una hipervalorización del suelo, de los que ya tienen suelo, y especulación”.
Schierff reforzó el planteo retomando lo sucedido hace una década: “Lo que pasó durante el kirchnerismo fue una mejora en términos generales, una gran inyección en construcción, pero como consecuencia social un gran déficit habitacional. Ese es el mecanismo que nosotros consideramos que no debe repetirse. Si se va a inyectar dinero tiene que haber una política redistributiva, en donde no sólo todo vaya para especular y aumentar los valores del suelo”.
Periodista y Licenciado en Comunicación Social. Sagitario en casa diez, ascendente en Piscis y luna en Capricornio. Buena mano para el mate. Trabajó en Infoanpress; diario Hoy; Agencia La Provincia; revista Avanzada Sindical; revista La Tecla y colaboró en ANRed. Escribe en secciones como Política, Derechos Humanos, Interés General y Socio Ambiental. Un poco sindicalista. No es tímido, nomás le cuesta entrar en confianza.