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jueves 21-11-2024

La toma de Periodismo en el 2001 que generó hasta un diario propio

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Hace 23 años una de las sedes de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social fue ocupada por estudiantes en rechazo al recorte presupuestario del gobierno de De la Rua. Duró unos 40 días y llegaron a imprimir más de 30 diarios. Una muestra de la potencia estudiantil en estos tiempos de lucha

En los últimos días se observó el levantamiento político del movimiento estudiantil en todo el país, con toma de facultades y movilizaciones masivas como la de la noche del miércoles en La Plata o la del 2 de octubre. Junto con docentes y trabajadores intentan visibilizar la lucha por el presupuesto universitario y contra el veto del presidente Javier Milei. Desde Trelew hasta Tucumán, incluyendo Neuquén, la UBA, San Martín, General Sarmiento y Córdoba, entre otras. A casi un año del comienzo del gobierno de La Libertad Avanza y en medio de una intensa disputa sobre el futuro de la educación pública, el poder de fuego que pueda alcanzar el movimiento estudiantil en este escenario es aún incierto.

Hay un antecedente histórico que ocurrió en esta ciudad hace más de 20 años, en un contexto de crisis económica con muchas semejanzas al actual: el 2001. Pocos meses antes del Argentinazo del 19 y 20 de diciembre, una de las sedes de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social ubicada en el ex Jockey Club de 48 y 7, vivió una mítica toma en rechazo al recorte del 13% a las universidades que marcó un hito clave en las luchas estudiantiles de aquel entonces. Ese proceso está relatado en una tesis realizada por 3 comunicadorxs locales, Rosario Bernasconi, Ana Clara Pompei y Ramiro Laterza, la cual se puede descargar acá.

Dinámica del estudiante: de la facu a la casa

Cada año, miles de estudiantes llegan a la Universidad Nacional de La Plata, muchos de ellxs sin involucrarse activamente en la vida política de la universidad. Sin embargo, en momentos de efervescencia, como los ajustes presupuestarios, se suman masivamente a las luchas, ya sea por recortes en el presupuesto universitario, demandas para fortalecer las políticas sociales en la universidad o en oposición a decisiones de las autoridades.

Las manifestaciones contra la Ley de Educación Superior y la feroz represión el 20 de febrero del 96 fueron hitos trascendentales en el movimiento estudiantil platense post dictadura, contra las políticas neoliberales. Pero lo ocurrido durante el 2001, previo a la explosión social que se vivió en las principales ciudades del país los días 19 y 20 de diciembre, es una historia poco contada.

La ocupación del edificio de una facultad es una de las herramientas más contundentes que ha utilizado el movimiento estudiantil en su historia, al igual que el movimiento obrero en las fábricas, del mismo modo, el debate en asambleas. En esos ámbitos se discute y se decide por mayoría, por ejemplo, mantener una presencia pacífica en las instalaciones, quedarse a pasar la noche y los días necesarios hasta que la asamblea decida lo contrario. Además se organizan los aspectos fundamentales para la convivencia y el reclamo: comidas colectivas, logística, prensa, seguridad, entre otras comisiones.

El caso de Periodismo

Durante casi dos meses, desde agosto hasta octubre de 2001, una de las esquinas más transitadas de La Plata se convirtió en el centro de un movimiento singular: jóvenes debatían en asambleas multitudinarias, organizaban radios abiertas con análisis políticos, poesía y música; docentes impartían clases en la calle, y el ambiente vibraba con recitales y fiestas populares, mientras redactaban su propio diario autogestionado que narraba no solo la situación política del país, sino también la lucha que se gestaba en el histórico edificio, donde, además de Periodismo, también se cursaban otras carreras.

La tesis para la Licenciatura en Comunicación realizada entre 2013 y 2015 por tres estudiantes de la UNLP se centra en reconstruir la experiencia periodística del Diario de la Toma, con el objetivo de “destacar cómo estas herramientas de comunicación contribuyeron a los procesos de lucha” y, al mismo tiempo, reflejar el contexto en el que “se intentó forjar una identidad política a partir de esa experiencia concreta”. 

Según relatan en el trabajo académico, con el paso de los días la protesta en calle 48 se unió a las luchas de docentes, trabajadores, piqueteros y familiares de víctimas de gatillo fácil, reflejando el creciente malestar social que sacudía al país en 2001 y convirtiendo el edificio en un auténtico centro de resistencia y acción colectiva.

Esta efervescencia, apenas dos meses después, culminaría en una de las mayores insurgencias del siglo XX en Argentina, con la renuncia y huida en helicóptero del presidente De la Rúa y el asesinato de 39 manifestantes por la represión policial.

Fotos de la toma del 2001: gentileza de Pablo Antonini para la Tesis

El Diario de lo que luchan

Que los protagonistas de la toma fueran estudiantes de periodismo no era un detalle menor. Se estaban formando para comunicar, difundir y relatar con claridad lo que sucedía. Por ello, su formación se convirtió en una herramienta clave para visibilizar su propio reclamo. Tanto lxs militantes de agrupaciones como lxs “independientes” que participaron en la toma se organizaron bajo una estructura que proclamaba ser democrática, abierta y participativa. La asamblea se estableció como el espacio máximo de decisión, complementada por comisiones de trabajo abiertas a todos.

Debatían sobre el rol y el perfil del comunicador y del periodista, tanto en la Facultad como en los medios masivos, y así buscaban una nueva forma de comunicar, y la encontraron en el Diario de la Toma.

Entre las comisiones de trabajo, fue la de Prensa la que creó, entre otras cosas este material gráfico ya que veían la necesidad de que exista “un diario para los que luchan”. La publicación era realizada en las instalaciones del edificio tomado, con una edición casi diaria que informaba sobre las novedades más relevantes del proceso de lucha en Periodismo y otros conflictos universitarios y nacionales. Este material se propuso ser el portavoz de la asamblea estudiantil y se mantuvo durante todo el proceso, llegando a publicar 30 números.

El proceso de debate y unificación de posturas, que luego serían divulgadas, impulsó la creación de un “nosotros”, un colectivo donde las individualidades se fusionaron en pos de objetivos comunes y acciones compartidas. Hacía allí está apuntada la tesis de grado, respecto a la conformación de una identidad a través del Diario. 

Sin internet ni celulares los y las estudiantes pusieron la creatividad en juego para sacar a luz el conflicto hacia la sociedad, recuperando herramientas propias de la carrera con las metodologías históricas del movimiento. El diario y la prensa como organizador político, con función de darle cohesión, identidad, a un colectivo heterogéneo.

Además hicieron uso del “nuevo periodismo”, que acerca su formato a la literatura, con algunos títulos de tapa tales como “El mundo del revés”, o “Nos siguen pegando bajo”, “Ladran Sancho”, “Casa Tomada” o “Todos los fuegos el fuego”, entre otros. )

El diario comenzó a publicarse el 21 de agosto y el último fue el 28 de septiembre cerrando así la historia con 30 números impresos.

Luego de 40 días el sostenimiento de la medida se había hecho complejo. El cansancio, el aislamiento y la presión de las autoridades y del centro de estudiantes por retomar las clases con normalidad generaron que finamente la asamblea votara a favor de levantar la toma, y allí se retornara a la normalidad institucional. Sin embargo, faltarían unos 40 días más para que las protestas contra el gobierno nacional estallaran en todo el país con saqueos, cacerolazos, piquetes y más asambleas, hasta la caída de De la Rúa

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Es melómano y amiguero. También es periodista, docente, trabajador cultural y militante. Nació y se crió en Necochea y ahora hace más de 15 años que corta por diagonales.

Su vicio lo lleva a la sección Cultura de Pulso, pero también se puede mover por Política, Interés General y Derechos Humanos. Hace trabajos radiales para la cooperativa y da una mano para la cuestión de recursos, suscripciones, cocinar para todxs o lo que pinte. Su moto y su ansiedad lo llevan a ser de lxs más puntuales del emprendimiento.

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