A pesar de la convocatoria en todo el país, el gobierno desoyó el reclamo de miles de personas y vetó la ley que garantizaba fondos para la educación pública. Mirá los carteles
Fotos: Camila Flores Catino
Ayer, miércoles, se vivió una jornada histórica en el país con miles de personas que se volcaron a las calles para defender la universidad pública y exigir la aprobación de la Ley de Financiamiento Educativo. La masiva movilización, que reunió a más de 250 mil personas solo en el Congreso en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, también tuvo réplicas en la mayoría de las ciudades del país, consolidándose como un verdadero reclamo federal.
En los días previos lanzamos esta entrevista con una docente de la UNLP
Estudiantes, docentes, no docentes, gremios y organizaciones sociales marcharon bajo una consigna unificada: garantizar los recursos necesarios para el correcto funcionamiento del sistema educativo público, en especial de las universidades, que en los últimos años han sufrido recortes significativos en sus presupuestos.
La Ley de Financiamiento Educativo, que buscaba incrementar los fondos destinados a los sueldos docentes de las instituciones educativas y garantizar su sustentabilidad, fue el epicentro del reclamo. Sin embargo, tras la movilización, la respuesta del gobierno fue contundente. A pesar de la presión popular, el presidente decidió vetar la ley, ignorando los reclamos de miles de personas que luchan por una educación pública de calidad y accesible.
El veto presidencial ha generado una profunda indignación en la comunidad educativa y entre quienes apoyan la medida, quienes han calificado la acción como un “golpe a la educación pública” y un atentado contra el futuro de millones de estudiantes. Tras este revés, las los estudiantes ya están a la espera que anuncien nuevas medidas de lucha y aseguran que no bajarán los brazos hasta lograr que la ley sea reconsiderada.
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