Hablamos telefónicamente con Rodrigo Arballo, a quien el jueves le hicieron una intervención quirúrgica de cinco horas donde le confirmaron que perdió un ojo y le colocaron ocho placas en la cara. Hasta aquel 6 de octubre el hombre era chofer de un transporte escolar. Ahora no ingresa dinero a su casa y sus amigos y conocidos preparan un evento y una colecta de dinero
Rodrigo Arballo tiene 38 años y desde los 16 años, con permiso paternal, tiene registro de conductor profesional. Junto a su madre trabajaban con un transporte escolar, hasta el pasado jueves 6 de octubre que, durante la feroz represión policial en la cancha de Gimnasia, el club de sus amores como tantos chicos y chicas de la ciudad, fue baleado a un metro de distancia.
Rodrigo quedó internado y el pasado jueves 20 de octubre tuvo una intervención donde le confirmaron que perdió un ojo.
Desde el programa radial “La primera maraña” que realizamos entre Pulso Noticias y Radionauta todas las mañanas, pudimos mantener una pequeña comunicación con el hombre, desde la cama del hospital Rossi.
“Tengo ocho placas en la cara, me tuvieron que reconstruir el pómulo, la carretilla, estoy todo desfigurado, fueron cinco horas y media de operación”, logró describir del otro lado del teléfono respecto a la fractura Óbito-maxilar tras recibir el disparo a 1 metro de su cabeza. Su pareja, que estaba con él, también sufrió varios balazos en la espalda.
La preocupación más grave a la hora de perder la visión de un ojo, para un pibe laburante, está directamente vinculada a la cuestión laboral. “Mi trabajo como chofer escolar era el único peso que entraba en la familia, ahora ella tiene que alquilar la camioneta para llevar a los chicos, no es fácil manejarla, sale como 15 pesos por día el alquiler de la camioneta. Es una locura, ella está trabajando para no quedar mal con los clientes, es una locura lo que me pasó”
Rodrigo volvió a confirmar que hasta esta mañana de miércoles nadie se comunicó con él ni desde el Club, ni desde el Estado. “Todavía estoy esperando, nadie se acercó ni a preguntarme; la única que me ayuda es la gente”, reflexionó, respecto a esta situación terrible donde, además, tampoco cuenta con obra social.
Es esa gente, hinchas del club, amigos y vecinos en general que organizaron una colecta de dinero para seguir afrontando los gastos que llevan los medicamentos y algunas intervenciones futuras. “La gente me hizo un Alias, que es veintidos.rodrigo. y organizan un evento para el día 5 de noviembre”, contó.
“Sabemos que no voy a poder volver a ver porque me tocó donde no me tenía que tocar, pero seguro hay que hacer más intervenciones y más remedios. La verdad estoy destruido, no tengo palabras para describirlo”.
“Me crié en la ruta manejando camiones y micros, viví toda la vida de esto, a mi me arruinaron la vida”, cerró.
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