Se trata de un hábitat natural en el que conviven todo tipo de animales y plantas. Algunos vecinos pidieron limpieza, pero al municipio de Berisso se le fue la mano. Hoy es tierra arrasada. En diálogo con Pulso Noticias, el naturalista Julio Milat ayuda a entender una cadena de irresponsabilidades que afectan al bienestar poblacional
Por Lautaro Castro
El Canal Génova nace en la entrada del Partido de Berisso, a la altura de la localidad de Villa Arguello, como un incipiente hilo de agua del Arroyo del Saladero. Su ensanchamiento coincide con el comienzo de la Avenida Génova –de allí su nombre-, a partir de la cual se consolida y extiende paralelamente por unos 2 Km hasta conectar –mediante otros canales- con el Río de la Plata.
Los más nostálgicos dirán que, a comienzos del siglo pasado, muchos vecinos solían amarrar allí sus botes, con los que luego iban a dar un paseo a la Isla Paulino. En cierto modo, el canal contribuyó a aquella fisonomía naciente de la ciudad, pero también fue diseñado con un propósito: servir- los días de intensas lluvias- como instrumento de descarga de aguas pluviales, facilitando su escurrimiento hacia el Río.
No obstante, hay otro aspecto del Canal Génova que trasciende su funcionalidad. Se trata de uno de los humedales urbanos de la región, en el que conviven árboles, plantas de todo tipo, insectos, reptiles y roedores acuáticos. Este ambiente natural, sin embargo, ha caído en el último tiempo en la desconsideración de muchos vecinos de la zona, quienes depositan residuos en sus aguas, así como de las autoridades locales, que a principios de este año arrasaron con él hasta convertirlo en tierra pelada.
Julio Milat es naturalista y una de las personas que más sabe de humedales en Berisso. Actualmente, dirige el Museo Ornitológico y Centro de Interpretación Ambiental local, desde donde propone actividades para toda la comunidad. Una de las más destacadas es la articulación con escuelas primarias del partido, a partir de la cual alumnos y alumnos realizan salidas recreativas y de exploración en entornos naturales. El año pasado, Milat tuvo un breve paso por la gestión municipal como Coordinador de Medio Ambiente, cargo que dejó pocos meses después de asumir, decepcionado por los escasos recursos destinados al área.
Para el especialista, la situación del Canal Génova se explica a partir de la falta de información que alcanza a gran parte de la comunidad y también a los funcionarios: “Hay gente que lo toma como un vertedero. Tiran escombros, bolsas enteras de basura, botellas. Todo eso genera, por supuesto, que aparezcan roedores. Al mismo tiempo, está el concepto de que el pasto corto es limpieza, de que no haya bichos, de que no haya nada. Entonces, lo que el intendente en general termina haciendo es contratar una máquina y ‘limpiar´ absolutamente todo”.
En enero pasado, la administración de Fabián Cagliardi, a través de la Secretaría de Obras Públicas, encargó a una cooperativa las tareas de limpieza en el tramo principal del Canal. La orden, pese a las advertencias de varias voces ambientalistas, fue clara: despejar la zona.
Antes de que comenzaran los trabajos, Julio habló con los trabajadores de la cooperativa: “Les pedí que, al menos, dejaran un metro de pasto en la orilla para que funcione – a lo largo de todo el canal- como corredor para los bichos. Ahí se refugian coipos (roedores que los vecinos suelen confundir con ratas) y lagartos overos, que se alimentan de las plantas acuáticas. Están los árboles nativos, que atraen mariposas, insectos y hasta 60 especies de aves. No dejaron nada. Muchos coipos, por ejemplo, aparecieron muertos. Los mataron los perros o fueron atropellados por los autos. Lamentablemente, muchos vecinos aplauden esto y el gobierno se basa en ellos para decir que hicieron una buena tarea. Pero es un error. No digo que no fuera necesaria una limpieza, pero podrían haber hecho algo intermedio. No ir de 100 a 0”.
Los camalotes, eje de otro conflicto
Hace unos quince años, a raíz de los elevados niveles de agua que se producían en el canal como consecuencia de las sudestadas y otros factores climáticos, la Municipalidad de Berisso decidió construir una compuerta a pocos metros de la Avenida Montevideo, a fin de evitar posibles inundaciones en los barrios aledaños.
Sin embargo, lo que por un lado supuso una solución, por otro dio pie a una situación problemática. Así lo explica Milat: “El hecho de que se frenara el curso natural del agua propició la aparición de una gran cantidad de camalotes. Estas plantas acuáticas, que son propias de los humedales urbanos, llegaron a cubrir todo el canal. Si bien es necesario controlar que no crezcan tanto, se pueden buscar opciones sin llegar al extremo de eliminarlos por completo. Por ejemplo, poner barreras de contención para tener sectores con camalotes y otros sin ellos”. Más allá de las alternativas que pudieran haber, las plantas fueron arrancadas de cuajo, sin contemplar los beneficios que su presencia implicaba para el ecosistema.
—¿Qué función cumplían los camalotes en el Canal Génova?
—Muy importante. Con el aumento de la población y de la construcción en Berisso, uno de los problemas que empezaron a ocurrir es que muchas personas decidieron conectar los desagües cloacales a los pluviales que desembocan en el canal. Entonces, al haber mucha materia orgánica, el papel de los camalotes era fundamental porque actuaban como filtro. Muchos son los países del mundo que los utilizan para depurar aguas residuales. Lo que pasa es que, al tener tanta abundancia de alimento, se desarrollaban mucho.
Las consecuencias de la limpieza desmedida serán notorias en el corto plazo, advierte el especialista, al punto de alterar el bienestar de la población: “Si no hay interacción de las plantas con el agua, el canal se transforma en una cloaca a cielo abierto. Hoy el estado es lamentable. Cuando empiecen los días de calor, el olor será insoportable y obligará a usar barbijo no solamente para prevenir el COVID”.
—¿Es posible que el entorno natural del canal pueda regenerarse luego de ser arrasado?
—Si se dejase de cortar, sí. Estamos casi en primavera, es época de brotes y de regeneración de muchas plantas. Pero si los cortes son permanentes, esas plantas directamente no salen más. Veremos cómo siguen las cosas. La naturaleza es bastante plástica, siempre se renueva. Si la dejas un cachito, se regenera rápidamente. El tema es dejarla. Por eso debemos respetar a los humedales y entender que contribuyen a la salud y el bienestar de todos. Gracias a ellos podemos respirar aire puro y movernos en un entorno agradable.
Berisso, la ciudad que no se inundó gracias a sus humedales
El partido de Berisso posee una interesante cantidad de ambientes naturales que pueden considerarse humedales. Entre ellos, se encuentran la costa del Rio de La Plata, algunas lagunas y canteras en la localidad de Los Talas y, especialmente, el Bañado Maldonado. Este sitio, el más importante de estas características en la zona ribereña, se destaca por sus enormes y extensos pajonales.
El 2 de abril de 2013 no se sintió de la misma manera en La Plata que en Berisso. Mientras la capital provincial quedó bajo el agua como consecuencia de los 400 mm caídos en tan solo cuatro horas, la ciudad vecina solo presenció un fuerte temporal que no tuvo mayores consecuencias. ¿Qué pasó entonces para que la suerte haya sido tan dispar?
La respuesta, en palabras de Julio, está en la naturaleza: “La Plata se construyó en una zona alta. Berisso y Ensenada, por su parte, están más abajo. Cuando hay gran cantidad de lluvias, el Bañado Maldonado actúa como una esponja gigante. Así lo hizo durante la inundación del 2 de abril. Toda el agua que bajó de la ciudad de La Plata la contuvo este humedal, chupándola y liberándola paulatinamente hacia el río. Si no hubiese estado este humedal, toda esa agua pasaba directamente y la inundación también hubiese impactado en Berisso. Nosotros, ese día no tuvimos problemas, como nunca los tenemos cuando llueve. Por eso los humedales son tan importantes”.
Jornada de plantación en el Canal Génova
Muchos han sido las organizaciones vecinales surgidas en el último tiempo en la ciudad, a raíz de diferentes problemáticas ambientales vigentes. Algunas de ellas son Berisso Ecológico, Naturaleza Limpia, Berisso Recicla, Ecoturismo Recreativo Berisso, Asamblea Vecinos Contaminados Berisso- Ensenada-La Plata, Asamblea Salvemos el Monte de Berisso, entre otras.
Entre las diversas propuestas que organizan colectivamente, este sábado a las 14, en el Puente Roma, (frente a la Plaza Almafuerte), llevarán a cabo una jornada de plantación de árboles autóctonos, con el objetivo de comenzar a reconstruir el entorno natural del Canal Génova. Según informaron, quienes deseen asistir deben llevar palas y cualquier material que sirva para proteger a las especies recién plantadas. Asimismo, resulta indispensable concurrir con barbijo, respetando el distanciamiento social.
“Ya estamos acostumbrados a luchar contra los que deberían velar por nuestra salud ambiental, como el municipio o el OPDS, un organismo de control que nunca actúa. Por suerte existen vecinos comprometidos, gente común, laburante, que además agregan a sus vidas el plus de defender estos espacios. Nuestro pedido es claro: que dejen de arrasar el canal y comiencen a hacer otro tipo de actividades para subsanar esta ‘limpieza’. Por ejemplo, a las cooperativas, podrían capacitarlas para que usen la desmalezadora como un instrumento de cuidado y no de destrucción”, concluyó Milat.
Somos un medio de comunicación cooperativo que se conformó luego de los despidos ilegales en el diario Hoy y en la radio Red 92 de La Plata, sucedidos a principios de 2018.
Sin laburo y con la intención de mantener nuestros puestos de trabajo, un grupo de periodistas, correctorxs, fotógrafes, locutorxs, productorxs audiovisuales y diseñadorxs decidimos organizarnos de forma colectiva.