El autor local divulgó su nuevo trabajo. “Es hijo directo del realismo delirante, no solo toma y plagia (esto no es mala palabra) sino que crea su propio universo, con sus leyes y sentencias”, expresa René Costa en esta reseña
Por René Costa
El régimen semicarcelario de la disciplina se erosiona gracias a las tecnologías del control, con sus sistemas de consumo perpetuo y despliegue continuo
Mark Fisher – Realismo Capitalista.
La maquina representaba el fin de la historia y la desaparición del hombre, pero no se trato de una catástrofe cósmica, sino de una comedia de costumbres.
Pablo Farrés – Las pasiones alegres.
Lo imaginario es grande, multiplicado, diverso.
Juan José Saer – El río sin orillas.
Hace un tiempo escuché una anécdota poco feliz de Stalin, dicen que en un discurso ante sus subordinados más allegados, hizo traer un pollito, lo agarró del cuello, lo empezó a desplumar delante de todos generando incomodidad en los presentes. Cuando el pollito estaba casi desplumado, con sangre en su cuero, lo soltó. Él mismo se encontraba atemorizado y aturdido, entonces se puso comida en su mano y el pollito lo siguió. Entonces les dijo a los presentes: “ven que fácil es, por mas que los dañe, si le doy de comer todos vienen a mi mano”. Esa crueldad es la que representa Die Höchstem, el personaje principal de Cine líquido, la última y genial novela del autor platense José Retik, también creador de “Los Extraestatales”.
En este caso segunda novela editada por Borde Perdido y como decía mi abuelo ¨los cantores se juntan por la tonada¨ y esto viene a que la bellísima editoral junta una serie de escritores geniales como Bellatin, Strafacce, Conde de Boeck, Golosina Caníbal, etc. Entonces el plantel de Borde Perdido nunca te deja a pata.
El escenario donde sucede la novela es en LA NACIÓN, que bien podría ser una región inexplorada salida de las entrañas geopolíticas planteadas por Laiseca en Los Sorias.
El tirano de turno es Die Höchstem que con su Gestafo (notable referencia a la Alemania nazi) su libro Das Buch aller Satze intentan llevar adelante LA PROPAGANDA. En contraste y formando parte de la resistencia nos encontramos con Dr. Agosti que practica un procedimiento llamado cirugía psíquica para hacer frente a LA PROPAGANDA, quien recibe dicho procedimiento es Tiberio que también es ISO9001 y también en un giro muy borgeano de Retik se transforma en Pardus dando a lugar a una narración dentro de la narración.
Escrita de manera continua, con pinceladas de un romanticismo centroeuropeo, Retik, que se puede decir un hijo directo del realismo delirante, no solo toma y plagia (esto no es mala palabra) sino que crea su propio universo, con sus leyes y sentencias, estamos en presencia de lo retikeano como dice Agustín Conde de Boeck en su posfacio.
Con absoluta maestría Retik dialoga con Borges- Kafka- Farrés, que tridente mágico para tenerlo en la delantera en mi querido Unión de Santa Fe, la novela también tiene una referencia termo.
José Retik pertenece a esa estirpe de escritores que si se quiere se los puede nombrar como raros, que salen de memoria a la hora de hablar de letras rioplatenses: Polleri, Farrés, Luppino, Conde de Boeck.
Una novela así es necesaria y resulta vital en los tiempos que corren. A veces preguntan para qué sirve la literatura, algunos dirían que para nada, yo creo, y perdonen que sea así, la literatura sirve para todo, y en Cine líquido eso está: la locura, el delirio, la alucinación, etc, para salir un poco de este realismo capitalista y ver que en realidad sí hay respuesta.
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