A mediados de los 90 un joven le relató al capellán penitenciario y de los grupos scouts el abuso que habría sufrido por parte del cura Rubén Marchioni, actual titular de la Pastoral Social de La Plata. Pero Lorenzo no hizo nada. Años después se lo acusó de conseguir impunidad para un capellán de Olmos. Asustado o preocupado, el cura habló sobre el tema en su misa dominical: “son todos una manga de mentirosos. No voy a hablar con ningún medio”, les dijo a sus fieles
Por Daniel Satur y Estefanía Velo*
¿Cómo puede Eduardo Lorenzo mantenerse incólume como capellán del Servicio Penitenciario Bonaerense y párroco de diversas iglesias de la región, desde hace más de veinte años, encubriendo casos de abusos sexuales y siendo él mismo acusado desde hace más de una década? ¿Tan normal es esto dentro de la Iglesia?
La semana pasada, los pasillos de la curia platense estuvieron agitados. Es la primera vez que el teléfono del despacho de monseñor Víctor Fernández, desde que asumió el año pasado, suena sin descanso todo el día. Ni hablar de su celular.
No es para menos. El mismo arzobispo encabezó el domingo 24 una especie de “misa homenaje” al párroco de la iglesia Inmaculada Madre de Dios de Gonnet, Eduardo Lorenzo, quien compartió la homilía a su lado. Y el pasado lunes, Lorenzo empezó a ser señalado por medios nacionales como Página|12, TN (Grupo Clarín) y Perfil, entre otros, a raíz de que se reabrió una causa penal en su contra por abuso de un menor en 2008.
Lorenzo es actualmente capellán general del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y párroco de la Iglesia de Gonnet. Desde hace once años, como ya es de público conocimiento, está acusado penalmente de cometer abuso sexual infantil. Hace pocos días la causa fue rescatada de su estado (“archivada”) y comenzó nuevamente la tarea de producción de pruebas.
Este portal viene relatando el caso Lorenzo desde hace varios meses, por lo tanto, lo que otros medios publicaron la semana pasada acá no fue noticia. Hoy se aportará otra parte de esta historia de terror que involucra a la alta jerarquía eclesiástica; porque a lo largo de su trayectoria clerical, parece que Lorenzo también encubrió a otros curas abusadores.
Fuentes directas del caso afirmaron a este medio que durante 1996, cuando Lorenzo era capellán regional de Scouts de Argentina, se acercó a él un joven de 16 años para contarle la situación de abuso sufrida hacía dos años por parte del cura Rubén Marchioni, párroco de la Iglesia Cristo Rey del barrio Monasterio, ubicada en 9 y 81 de La Plata (hasta hoy sigue allí).
En ese momento, Lorenzo era el cura de la Iglesia San Benito de Olmos. Hasta allí fue Ricardo (nombre sustituto para resguardar la identidad de la fuente), miembro del Grupo Scout de Cristo Rey junto a un amigo que consiguió el contacto. “Le conté la situación, él fumaba, tenía los pies cruzados y me dijo que ‘lo iba a charlar’ y que se disculpaba en nombre de Marchioni”, recuerda.
Ricardo empezó a participar del Grupo Scout de Cristo Rey a los ocho años. El abuso sexual (ocurrido en la casa de la propia madre del cura, a la que Ricardo y otros chicos fueron invitados por Marchioni) se dio cuando tenía 14 años.
Al tiempo, cuando decidió irse del grupo, le contó lo que había pasado a su dirigente scout, quien le dijo que un año antes ya se habían quejado de algunas conductas de Marchioni ante el entonces arzobispo Carlos Galán. Junto a él fueron a contarle todo a Lorenzo, quien era capellán regional de scouts de Argentina (Zona 12).
Pero a más de veinte años de los hechos, el silencio de Lorenzo sobre el tema se mantiene intacto. Así, además de estar denunciado por abuso sexual infantil, Lorenzo también sería cómplice y encubridor de pares suyos que siguen perpetuados en el poder.
Actualmente Rubén Marchioni es el director diocesano de Pastoral Social de La Plata, designado por Víctor “Tucho” Fernández en julio de 2018. Desde allí el arzobispo bergogliano le confió ser “mediador” en nombre de la Iglesia en diversos conflictos laborales y sociales, siempre apostando a la “paz” y la “armonía” entre las partes.
Aún cuando una de esas partes, como en el caso del conflicto del Astillero Río Santiago del año pasado, es el gobierno ajustador y represor de María Eugenia Vidal.
Hay otro caso en el que Lorenzo cumplió un rol destacado como encubridor desde su importante cargo en el Servicio Penitenciario. En el libro El último cruzado. Monseñor Aguer, intimidades e intrigas de la Iglesia Argentina (Planeta, 2018), los periodistas Pablo Morosi y Andrés Lavaselli ubican a Lorenzo como uno de los “clérigos extravagantes” de la diócesis platense.
Los autores afirman que, en calidad de capellán general del SPB, “asiste espiritualmente a sus colegas detenidos Julio César Grassi y Christian Von Wernich”. Y recuerdan que, “según confió en una oportunidad al diario El Día, disfruta de ‘andar a caballo en el campo de su hermano y nadar con los delfines en Punta Cana’”.
En el libro también se dice que Aguer y Lorenzo fueron determinantes para conseguir que se archivara una causa judicial a principios de la década pasada en la que un capellán de la cárcel de Olmos había sido acusado de conseguirle permisos a un preso a cambio de “favores sexuales”. Moviendo “resortes judiciales y mediáticos para evitar que trascendiera” el caso, lograron que el cura acusado siguiera “su actividad normalmente”.
Este domingo, luego de varios días en los que su nombre estuvo en todo los medios nacionales asociado a denuncias de abusos sexuales, Eduardo Lorenzo esperó a la feligresía de Gonnet decidido a mandar un mensaje del tipo “acá no ha pasado nada”. Al finalizar su misa de la mañana, frente a un centenar de fieles (nunca mejor utilizado el término), el cura dijo: “estoy triste, recen por mí”.
Sobre las denuncias en su contra, Lorenzo dijo “son todos una manga de mentirosos. No voy a hablar en ningún medio. Mis abogados me van a matar, me dijeron que no hable, pero siento el dolor de todos ustedes. Lo vivo. La verdad va a triunfar. Sé que pensaron mucho en mí. Yo estoy tranquilo”.
Lorenzo, Marchioni, Aguer, Fernández, todos curas encumbrados de la Iglesia católica de la capital bonaerense. Todos mezclados en la ejecución y/o el encubrimiento de abusos sexuales. Todos responsables.
Esta historia continuará…
Colaboración: Valeria Machluck
* Una producción de La Izquierda Diario y Pulso Noticias.
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