Este miércoles 25 de junio se realiza una nueva jornada cultural y de lucha en la estación de trenes de Avellaneda, rebautizada “Darío y Maxi” en homenaje a los militantes asesinados en 2002. La cita, que reúne a colectivos culturales, movimientos sociales y medios alternativos, se sostiene cada año desde aquel crimen político que marcó a una generación
Un espacio de memoria viva
Desde aquel 2002, las organizaciones sociales y políticas construyeron en la estación de trenes de Avellaneda (hoy “Darío y Maxi”) un verdadero Museo de la Lucha y la Memoria: murales, esculturas, poemas e instalaciones dan cuenta de la historia del movimiento piquetero, de sus referentes y de las luchas actuales.
Cada año, los días 25 y 26 de junio se realiza allí una vigilia cargada de cultura popular, debate político y compromiso colectivo.
Históricamente se realiza la jornada cultural y de memoria durante todo el día 25, y el propio día de la masacre, el 26/6 se realiza la movilización durante la mañana, donde hablan la organización de familiares, como en esta nota del año pasado.
Jornada cultural desde las 16 hs
La actividad de este miércoles comenzará a las 16 horas y se extenderá hasta la medianoche. Participarán colectivos artísticos como Awkache, Arte al Ataque, La Voz de la Mujer, Orilleres y Tinta y Memoria, que desplegarán sus intervenciones en el Corredor Gráfico, una muestra callejera con fuerte impronta militante.
En paralelo se desarrollarán paneles de debate y reflexión: uno sobre criminalización de la protesta, coordinado por el colectivo de abogadxs La Ciega, y otro titulado “La lucha sigue: nuevas formas de resistencia”, con la palabra de jubiladxs, activistas por Palestina, trabajadorxs del Hospital Garrahan, asambleístas por el agua de Mendoza y referentes piqueteros.
También a esa hora tendrá lugar la tradicional Asamblea Transfeminista Plurinacional Piquetera, espacio clave en la articulación de feminismos populares con las luchas políticas.
Feria, murales y olla popular
Durante toda la jornada funcionará una feria autogestiva, donde distintas organizaciones presentarán sus productos, talleres y cooperativas. Productorxs independientes, feriantes y espacios de la economía popular compartirán un mercado de lucha. Como cada año, se llevará a cabo la muraleada colectiva, en la que se pintan y actualizan los muros de la estación con consignas, rostros y escenas de resistencia.
No faltará la olla popular, punto de encuentro y solidaridad, sostén material y simbólico de quienes siguen eligiendo la organización frente al hambre y la violencia institucional.
Recitales para cerrar la jornada
La jornada cerrará con una intensa grilla de música popular y militante: abrirá con DJs, seguirá con La Ferni y M. Tassa, Les Ñeris, y La Delio Valdez, mientras que el final quedará en manos de Presidentes Muertos y Quinteto Negro La Boca.
Comunicación alternativa
La cobertura del evento estará a cargo de una red de medios populares que año tras año sostiene la transmisión colectiva de la jornada. Participarán Antena Negra TV, FM La Tribu, Radio Zona Libre, La Chispa Prensa y Radionauta, entre otros.
A 23 años de la masacre, la estación “Darío y Maxi” vuelve a ser el epicentro de una memoria incómoda para los poderosos y fundamental para los pueblos que luchan. Dos vidas truncadas por el gatillo estatal se convirtieron en semilla de organización, arte y justicia popular.
El crimen de Estado que intentaron ocultar
La mañana del 26 de junio de 2002, una feroz represión desatada en el Puente Pueyrredón terminó con el asesinato de los jóvenes piqueteros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, e hirió a más de 30 manifestantes. El operativo fue ejecutado por la Policía Bonaerense pero planificado desde las más altas esferas del poder político.
Con el tiempo se supo que la represión había sido articulada por el gobierno de Eduardo Duhalde, con la participación directa de Felipe Solá, Carlos Ruckauf y Carlos Atanasof, entre otros funcionarios. Las balas asesinas salieron de las escopetas de los policías Alfredo Franchiotti y Alejandro Acosta, ambos actualmente condenados y detenidos. Sin embargo, la responsabilidad política de la masacre sigue impune.
Acompañá esta nota con la escucha de las “canciones por Dario y Maxi”
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