Zulema Aguirre, militante feminista, piquetera e integrante del “Frente Popular Darío Santillán-Corriente Plurinacional” rememoró la construcción colectiva que se forjó en el contexto de las luchas que se dieron en el Puente Pueyrredón
A 20 años de la Masacre de Avellaneda, en “La Primera Maraña”, programa producido por Pulso Noticias y Radionauta, dialogamos con Zulema Aguirre acerca de las construcciones de las mujeres al calor de los piquetes y el pedido de justicia por Maxi Kosteki y Darío Santillán.
La militante feminista e integrante del Frente Popular Darío Santillán-Corriente Plurinacional también rescató el valor de la memoria Colectiva y el ejemplo que dejó Darío con sus acciones y sus palabras. “El 26 de Julio sigue doliendo mucho. Necesitamos que haya una justicia entera hacia los responsables materiales y políticos”, manifestó.
Al mismo tiempo afirmó que “los que tenemos la conciencia de que la única salida es colectiva y hacia la izquierda tenemos que poder interpelar a los jóvenes para que se organicen y luchen, porque es posible otro mundo”.
“Nosotros hemos sabido entender que una represión tal no es de uno o dos loquitos sueltos que salen a disparar balas de plomo. Eso está en la memoria colectiva y por suerte pudimos convertirlo en lucha y por eso hoy los tenemos a Fanchiotti y Acosta cumpliendo una condena en la cárcel. Pero nunca nos olvidamos que los responsables políticos son los jefes políticos: Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Atanasof y un montón de personajes que todos los años se reciclan y muchos logran, como Aníbal Fernández, estar en puestos muy importantes, muy significativos y de mucho peso en los gobiernos nacionales y populares”, señaló Aguirre en el comienzo de la charla.
“A muchos de nosotros y nosotras nos parece perverso a veces los lugares que ocupan estos personajes que son responsables de la masacre del Puente Pueyrredón, de la muerte, del asesinato de nuestros compañeros”, agregó.
“Nuestras asambleas de mujeres nacen en los piquetes pidiendo justicia por Darío y Maxi en el Puente Pueyrredón. Ahí hemos buscado estrategias de cómo encontrarnos con las compañeras y con les compañeres para quienes en ese momento era todavía un poco más difícil visibilizar su opresión, su lucha”, rememoró Zulema.
Y, en ese sentido, relató: “Las mujeres hemos encontrado esa posibilidad cuando estábamos ahí todas juntas, ahí empezamos a charlar, a ver los roles que teníamos dentro de los movimientos sociales y en qué lugar nos quedábamos. Y nos dimos cuenta estábamos reproduciendo la lógica patriarcal dentro de nuestras organizaciones sociales. Eso doméstico que nos tocaba hacer en nuestras casas nos tocaba también hacer en los movimientos sociales, nos quedábamos a cocinar, a cuidar a les chiques”.
“Nuestros compañeros ocupaban los roles más politizados, no tenían problemas en irse a reuniones, estar horas y horas y que nadie le reclame a dónde había ido, por qué dejaba la casa tanto tiempo, o a sus hijes. Esas cosas empezamos a cuestionar”, contó.
“Creo que hay que destacar eso, que hemos podido dar ese paso y que hemos abonado a la lucha del feminismo que viene desde hace muchos años. Ahí las mujeres de los barrios irrumpimos a ese movimiento social y le dimos esa masividad y otra característica. En los encuentros nacionales se empezó a notar mucho. Hoy ese encuentro es plurinacional”, manifestó.
Un mes de dolor y de lucha
Al reflexionar sobre los 20 años de aquellos asesinatos y la ausencia de juzgamiento hacia los responsables políticos, Zulema afirma: “El 26 de Junio sigue doliendo mucho, necesitamos que haya una justicia entera hacia los responsables materiales y políticos, para que sepamos como pueblo que estos crímenes de Estado no quedan impunes. Nosotros como pueblo tenemos el derecho de exigir y de llevar a los responsables a ser juzgados y a ser condenados por las decisiones que se toman”.
Asimismo, expresa que “también junio nos hace pensar sobre cómo seguimos organizándonos a lo largo y a lo ancho del país y cómo replicamos el mensaje que Darío nos ha dejado en todo sentido, porque Darío nos dejó mensajes con su acción y con sus palabras”.
“Los que estamos organizándonos, los que tenemos la conciencia de que la única salida es colectiva y hacia la izquierda tenemos que poder interpelar a los jóvenes, esos jóvenes que no llegaron a conocer a Darío, que hoy tienen la misma edad de Darío cuando lo fusilaron, para que se organicen y luchen, que es posible otro mundo. Me parece que aquellos que ya peinamos canas tenemos que seguir insistiendo en ese sentido. Así que junio nos duele y junio también nos enorgullece de los compañeros y compañeras que tenemos en los barrios”, concluye.
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