La frase que titula esta nota pertenece a Nahuel Levaggi, dirigente de la UTT y nuevo presidente del Mercado Central. Con él dialogamos sobre su trabajo para lograr que los argentinos puedan alimentarse mejor y más barato, sobre la situación del cordón frutihortícola de La Plata y la decisión del gobierno nacional de intervenir Vicentin
Por Walter Amori
Luego de algunas semanas de intentar dialogar con él, Nahuel Levaggi finalmente le dice a este cronista, “llamame a las 17”. Faltan algunos segundos para concretar la charla y suena el teléfono: “Disculpá, acabo de entrar en una reunión, ni bien termine te llamo yo”, dice el mensaje del actual presidente del Mercado Central de Buenos Aires.
Así es el ritmo de vida para quien hoy está a cargo de este monstruo de mil cabezas, por el cual transitan a diario unas 10 mil personas, que despachan mensualmente 106 mil toneladas de frutas y verduras para 13 millones de habitantes. El 28 de marzo, cuatro días después de su llegada, le dijo a Tiempo Argentino que hacía cuatro días que no dormía y que sentía que la responsabilidad que asumió equivale a la de un gobernador. “Sigo durmiendo poco”, le confirma a Pulso Noticias.
Levaggi tomó relevancia en la escena pública luego de los feriazos y verdurazos que se concretaron en Plaza de Mayo y otros puntos del país en el último tramo del gobierno macrista. Pero tiene una larga historia de trabajo social y más de una década en la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), desde donde enarboló las banderas de la producción agroecológica, a precio justo y la lucha por una Ley de Acceso a la Tierra que mejore las condiciones de los pequeños agricultores.
En marzo de este año sonó su teléfono y del otro lado estaba Máximo Kirchner, quien lo convocó para asumir la presidencia del Mercado Central con el objetivo de “comer más barato” y, cómo él resalta, de manera “sana, segura y soberana”. El coordinador nacional de la UTT consideró que era una propuesta a la organización, más que a su persona y asumió la tarea. Según contó a la Revista MU, no hubo demasiada charla política con el presidente del bloque del Frente de Todos en Diputados. “Hagan ustedes lo que crean que hay que hacer en ese lugar”, fue el mensaje.
“Garantizar precios populares, transparentar la cadena y precios justos, son consignas fuertes de la UTT por las cuales asumimos en el Mercado. Pero no es que la UTT hace asume en el Mercado para que la gente coma más barato solamente, sino para impulsar una alimentación sana, segura y soberana, o sea nutritiva”, explica. Y aclara: “Nuestro objetivo no es comer más barato si estamos apoyados en un modelo de agronegocios que envenena”.
Racional, legítima y legal
Estas tres palabras son las que eligió Nahuel Levaggi para encarar su gestión al frente del Central, y cuando este medio le pregunta por las negociaciones que tuvo que llevar adelante hacia el interior del Mercado, con los distintos actores, él corrige y habla de consensos. “Nuestra gestión es una gestión abierta, participativa y no negociamos absolutamente nada. Yo no negocio con nadie. Sí construyo consensos y participación en las decisiones que afectan al conjunto de la comunidad”, afirma.
“Lo que nosotros fuimos a hacer al Mercado Central no está abierto a negociación. Con los distintos actores y en la gremialidad de distintos actores y actrices, como son los operadores, los trabajadores y trabajadoras propios de la corporación en los gremios, los changarines, los de las cooperativas de descarga, empresas que operan adentro del Mercado, cada uno tiene sus planteos y su gremialidad, y ahí sí se van construyendo consensos en base a una visión racional, legítima y legal de las cosas que hay que hacer en el Mercado en el cotidiano”, señala.
Y completa: “La proyección de fortalecer el rol social del Mercado, esa es la línea nuestra de gestión y eso no se negocia”.
La tarea de conducir el Mercado Central trajo aparejada una complejidad extra, asumió en ese lugar cuatro días después de que el presidente Alberto Fernández decretara el aislamiento social, preventivo y obligatorio en todo el país. La pandemia obligó a organizar y reforzar los protocolos sanitarios y aceleró la urgencia de dar respuestas a la asistencia alimentaria.
“Lo que hicimos fue fortalecer el área de asistencia comunitaria, con las donaciones y la articulación con el programa de abastecimiento social que construimos, que implica poder vender bolsones muy baratos de verduras. Conectamos a las organizaciones de la sociedad civil con los operadores y que salga al costo la mercadería”, detalla.
El precio justo
Según los datos del Indec, la inflación acumulada en 2020 es del 11,1%, pero en el rubro Alimentos y Bebidas no alcohólicas la suba llega al 16% en los primeros cinco meses del año, solo superado por Educación (17,5%). ¿Se puede determinar en qué parte de la cadena aumentan los precios? ¿El Estado tiene capacidad para hacer un seguimiento e intervenir?
Ante estos interrogantes Nahuel Levaggi indica que “desde la UTT hace muchísimos años y ahora desde el Central, venimos proponiendo que hay que regular la cadena de precios”, pero destaca que lo fundamental es “modificar la matriz productiva”.
“Si nosotros producimos a costo dólar, que es como producimos alimentos en Argentina, si hay devaluación del dólar va a haber aumento de precios de los alimentos. Entonces hay que modificar la matriz de producción, por un lado, y por otro lado sí garantizar la intervención del Estado no sólo con precios máximos sino con, por ejemplo, la participación de empresas del Estado en la producción y comercialización, eso puede regular los precios”, analiza.
Por otra parte, en el camino de comer mejor y más barato, asegura que es fundamental reeducar al consumidor. “En un mercado que es 100% oferta y demanda desde que sale de la quinta y de la chacra hasta que llega consumidor, como es el de la fruta y la verdura, es muy difícil intervenir, porque si intervenís un eslabón, pero para atrás o para adelante sigue la oferta y demanda, es irreal esa intervención. Y además termina siendo nociva quizás para el eslabón de la cadena más débil, que generalmente es el pequeño productor”, manifiesta.
En esa línea asegura: “Hay que hacer una educación del consumidor, entender que no todas las frutas y las verduras están todo el año, que hay que comer de estación, porque eso garantiza también precios más populares y de esa manera también se regula el mercado”.
El desembarco del dirigente proveniente del sector de la agricultura familiar en el Mercado Central también implicó que por primera vez se trabaje desde allí para intervenir en los precios, algo que no había sucedido desde su creación, en 1984. “Nosotros llegamos el martes 24 de marzo y al otro día, el miércoles 25, hicimos la primera reunión proponiendo el Compromiso Social de Abastecimiento”, cuenta.
Ese Compromiso, que permite establecer precios para la venta mayorista y sugerir precios en el caso de la venta minorista, se mantiene a casi tres meses de su arribo e implica reuniones con todos los operadores cada jueves. “Es una propuesta de consenso para lograr una cadena transparente y racional de construcción de valores y precios”, señala.
Productores platenses: abandono y desidia municipal
Es ineludible en la charla con Nahuel pedirle una referencia sobre la situación del cordón de productores frutihortícolas de La Plata. En los últimos años hubo múltiples reclamos desde el sector, en temas que van desde lo productivo y económico, a cuestiones vinculadas con la seguridad. Levaggi es contundente al reflexionar sobre ello.
“Hay un nivel de abandono municipal atroz, a nivel seguridad, asistencia, es obsceno. Y después, en cuanto a los reclamos históricos que venimos sosteniendo y construyendo, como el acceso a la tierra, a los mercados locales, siguen igual. Lo que en el último tiempo se profundizó fue el abandono de parte del Estado municipal. Los caminos, la seguridad, el alumbrado público, es un desastre atroz”, afirma.
A lo largo de una década los pequeños productores de la región pudieron, en la conformación de la UTT, organizarse, llevar adelante reclamos estructurales y levantar la bandera de la producción agroecológica. También lograron incorporar en su perspectiva política la cuestión de género, allí las mujeres campesinas alzaron su voz y eso también se traslada hoy hacia el interior del Mercado.
“Cuando asumimos la gestión uno de los compromisos que tomamos es que va a haber una paridad de género en la construcción de las gerencias, de hecho, por primera vez en la historia del Mercado Central hay una gerenta general. Y ahora estuvimos hablando con el Ministerio de las Mujeres para armar una línea y un área de género adentro, que ya lo estamos laburando en conjunto con los gremios”, detalla Nahuel Levaggi, y ante una consulta de este medio asegura: “No es que se va a poder o no se va a poder, lo vamos a hacer. De hecho, si vos ves el gabinete nuestro en el Mercado, la mitad son compañeras”.
Vicentin en el horizonte
En el final, no podíamos dejar de preguntarle a la máxima autoridad del Mercado Central por la decisión del gobierno nacional de avanzar en la intervención de Vicentin y enviar al Congreso un proyecto para la expropiación de la empresa.
Respecto a ello, Levaggi expresó: “Apoyo 100 por ciento la medida de intervención, de recomponer un poco la estafa que sufrió el pueblo, con el tema de cómo se robaron el dinero del Banco Nación. Y es un paso más, dentro de los varios que hay que dar, en el camino a la construcción de la soberanía alimentaria. La soberanía alimentaria es un concepto social y político, es mucho más amplio, pero que el Estado pueda intervenir en una de las empresas agroexportadoras de granos más relevantes es un paso importante”.
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