El gobierno avanza en un proyecto presentado por una empresa noruega, que prevé la exploración sísmica frente a la costa marplatense para la obtención de petróleo y gas natural. En audiencia pública, tanto especialistas como activistas advirtieron sobre el daño irreparable que esto podría causar en el ecosistema marítimo
Las organizaciones ambientalistas están en alerta ante la posible concreción de un proyecto que, aseguran, pondrá en riesgo nuestro ecosistema marítimo. La preocupación surge luego de que la Subsecretaría de Hidrocarburos de la Nación abriera un concurso para la exploración de nuevas áreas del Mar Argentino en busca de gas natural y petróleo.
A propósito de este interés gubernamental, la empresa noruega Equinor -asociada con Shell e YPF– presentó un proyecto para la inminente perforación del bloque CAN 100, ubicado frente a la costa de Mar del Plata. Con un área de 15.000 km2 -equivalente a 75 veces la ciudad de Buenos Aires-, se trata del bloque más grande de la Cuenca Argentina Norte y constituye el principal corredor biológico del Mar Argentino.
De aprobarse la exploración sísmica que este proyecto plantea, el mayor temor de los sectores comprometidos con la protección ambiental pasa por los potenciales derrames de petróleo que traerá aparejada la actividad en la zona y sus consecuencias negativas para el ecosistema marino.
En ese sentido, desde este jueves se lleva a cabo -a través de YouTube- una audiencia pública convocada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible para evaluar el impacto ambiental que podría tener el proyecto. Según se informó, la cantidad de personas inscriptas para exponer su punto de vista en torno a este tema superó las 500.
“La Argentina, como firmante del Acuerdo de París, está actuando de manera incongruente con dicho acuerdo, al tener la intención de permitir la exploración de nuevos yacimientos de hidrocarburos, especialmente los yacimientos marítimos en profundidad, por el riesgo adicional que conlleva la extracción de petróleo bajo esas condiciones”, señaló Pablo Fernando Accattoli, integrante de Greenpeace, durante la audiencia.
Por su parte, María Aguilar, de Ecohouse global, señaló: “No se trata solo de los animales que van a morir como consecuencia de los derrames de petróleo que –según estudios- tienen 100 % de probabilidades de ocurrir; o de las especies que van a dejar de reproducirse a causa de los bombardeos que habrá durante la exploración; no solo se trata de las economías locales, que van a perder sus medios de subsistencia. Se trata de un modelo de país y de sociedad que queremos construir o no. Un país que en 2019 reconoció la emergencia climática y hoy abre sus puertas a nuevos proyectos de combustibles fósiles. Es inadmisible”.
Durante las diferentes exposiciones, mayormente encabezadas por voces que rechazan la propuesta, uno de los ejes comunes estuvo marcado por el pedido de que las inversiones en materia energética ya no sean dirigidas a la industria petrolera, a la que consideran obsoleta, además de dañina para el medio ambiente.
De acuerdo a estimaciones realizadas por la compañía especializada Rystad Energy, la demanda de petróleo descenderá considerablemente a nivel mundial a partir de 2026, así como su precio en el mercado.
“El gobierno se preocupa por la pobreza, por el desempleo y su propuesta de salida a la crisis es con negocios obsoletos que sabemos que tienen una fecha de vencimiento en el cortísimo plazo. El mundo va en otra dirección: las inversiones y los proyectos tienen que apuntarse hacia la transición energética, aumentando el porcentaje de energías renovables, no de combustibles fósiles”, explicó Aguilar.
El método que se propone para la búsqueda de gas natural y petróleo en áreas marinas es la exploración sísmica, una técnica que utiliza bombardeos mediante cañones de aire que generan ruidos con una potencia similar al despegue de un cohete espacial e implican el segundo mayor contribuyente de ruido subacuático causado por el ser humano, después de las explosiones nucleares y otras pruebas militares.
El impacto que este modo de exploración tiene en especies locales como la ballena franca austral, orcas, delfines, lobos o elefantes marinos, es sumamente perjudicial. Algunas de las situaciones que pueden sufrir son desorientación, cambios en el comportamiento, estrés, reducción de la viabilidad de los huevos, discapacidad auditiva, lesiones masivas y hasta muerte por ahogamiento o varamientos.
Otro agravante: los océanos capturan el carbono en la superficie y lo almacenan a gran profundidad. Sin las especies marinas que brindan este servicio esencial, la atmósfera contendría un 50% más de dióxido de carbono, lo que se traduce en un mayor calentamiento global.
“Es evidente que son pocos los actores a los que les conviene esta campaña de exploración sísmica. Y, potencialmente, serían millones los damnificados ante un eventual derrame. Es hora de decirle ‘No’ al petróleo en el Mar Argentino”, finalizó Accattoli.
Somos un medio de comunicación cooperativo que se conformó luego de los despidos ilegales en el diario Hoy y en la radio Red 92 de La Plata, sucedidos a principios de 2018.
Sin laburo y con la intención de mantener nuestros puestos de trabajo, un grupo de periodistas, correctorxs, fotógrafes, locutorxs, productorxs audiovisuales y diseñadorxs decidimos organizarnos de forma colectiva.