El cantante, que se presentará este viernes en el teatro platense, hizo un recorrido por su carrera y sus éxitos en Francia, pero también habló de la crisis y recordó lo que sufrió en 2001 con el corralito
Entrevista Colaborativa. FM Classique
Mercedes Sosa dijo de él, alguna vez, que era “la mejor voz de la Argentina”. Niño prodigio, migró de su Córdoba natal a Buenos Aires siendo un adolescente, allá por los años 60, para cantar en televisión. Vivió en España y Francia, viajó por el mundo y este viernes vuelve a La Plata, al Teatro Coliseo Podestá (a las 21), para compartir en su voz el repertorio de clásicos que acompaña a varias generaciones.
“Es un show nuevo. Después de recorrer el país con una gira el año pasado junto a Juan Carlos Baglietto, y tras presentar un disco en Francia, en francés, hace cuatro meses (Jazziro, juego de palabras entre el jazz y su nombre), estamos preparando un recital que será una mezcla rara de canciones, de distintas épocas”, dijo el artista en diálogo con FM Classique, donde también habló de su carrera y el éxito que lo acompaña en el país galo.
“Viví muchos años ahí, con un trabajo muy importante, editando muchos discos. Trabajé en televisión, en teatro y estuvo de gira, a la par de cualquiera de los cantantes franceses. Por eso muchos me preguntan y siguen sin entender por qué me fui de Francia, cuando me iba bien”, aseguró Jairo, quien atravesó ya varias crisis en nuestro país, pero insiste en retornar.
Al respecto, el cantante dijo: “Yo atravesé 2001 acá, el corralito fue un golpe muy fuerte, no sólo económico, sino también moral, porque me vine de Francia con mi familia, y ni mi esposa ni mis hijos son argentinos. Yo tenía ilusión, pero vivimos una especie de montaña rusa, con muchos altibajos. He tratado de jugar con eso en mi trabajo, amoldándome a las circunstancias. Las situaciones te condicionan para cantar tal o cual canción, y las ganas de decir cosas”.
Su vida en el exterior, su constante ir y venir, le impide sin embargo entender lo que pasa aquí. “Es muy difícil tratar de explicarlo, cuesta mucho. No quiero compararlo con los países donde he vivido, cada nación tiene sus problemas, sus pro y sus contras, Argentina no es distinto. Pero es mi país, las penas son más penas, y las alegrías más alegres”.
Como una montaña rusa de emociones, sus canciones navegarán en un repertorio amplio y viajado, que ha acompañado a generaciones que este jueves se darán cita para verlo en el Coliseo Podestá, teatro por el cual Jairo no escatimó elogios: “Tiene una energía extraordinaria, no hay muchos lugares así ni se forja de un día para el otro. Sus paredes están llenas de voces, que juegan para crear la magia del lugar. Por eso digo que hay que sentirse orgulloso de lo que uno tiene, de donde uno vive, y hay que cuidarlo”.
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