Julio Garro cortó la cinta del nuevo edificio de la Secundaria Nº 37 de Arana el pasado 11 de julio, pero la obra todavía no estaba terminada. Hoy empiezan las clases tras las vacaciones y el espacio está aún inhabitable. Hasta el miércoles habrá medidas de fuerza como forma de protesta
El pasado 11 de julio el Intendente Julio Garro cortó la cinta para inaugurar el nuevo edificio de la Secundaria Nº37 de Arana. Para la comunidad educativa del colegio -docentes, auxiliares, madres, padres y estudiantes- fue la culminación de una larga pelea que duró seis años y se sobrepuso a todo tipo de obstáculos y promesas incumplidas por decenas de autoridades municipales y provinciales. Sin embargo, la historia no terminó: los escollos siguen a la orden del día.
Si bien el día de la inauguración todos sabían que todavía faltaba la finalización de trabajos menores, el compromiso de los responsables de la obra era que esa misma semana estarían terminados. “Decidimos no interferir en dicho acto confiando en que la concreción de lo faltante sería resuelto con tiempo antes de finalizar el receso escolar”, señalaron a través de un comunicado de prensa los docentes y delegados gremiales del establecimiento.
Sin embargo, eso no ocurrió, el edificio todavía no está completamente habilitado. De hecho, recién tras una nota presentada por el cuerpo docente al Municipio, se habilitaron las aulas el viernes, pero todavía no se puede hacer uso de los baños, ni de otras dependencias como la dirección o la sala de profesores.
“En este escenario nos encontramos con que aún está inhabitable el espacio inaugurado con lo cual se produce una frustración en las expectativas depositadas el día de la pomposa inauguración. De ahí que solicitamos en lo inmediato la finalización de la obra, la provisión del mobiliario correspondiente y la mediación de todo lo necesario a fin de poder iniciar el mismo lunes 5 de agosto las clases en el espacio ya inaugurado”, señala la carta que el cuerpo docente le envió a la Municipalidad, tras la cual obtuvieron como respuesta sólo la habilitación de las aulas pero no de todo el edificio.
En ese sentido, calificaron la situación como un “abandono post acto inaugural, ya que para el fin de obra restaban trabajos menores (colocar divisores en los baños, barandas en las escales, etc.)”, y señalaron que “esta demora impide que a la fecha se haya cumplido con el mobiliario necesario (mesas, sillas, bibliotecas, etc.)”.
El cuerpo docente se niega a resignarse y tener que volver a dictar clases hacinados en el Anexo donde lo venían haciendo. “Las inaceptables condiciones pedagógicas y laborales presentadas por el espacio del Anexo que funciona a cuadras del edificio principal hacen imposible reiniciar las clases en ese lugar. Un espacio dividido por una fina madera que divide dos cursos impidiendo, entre otras cuestiones, el diálogo y la lectura compartida con el alumnado por contaminación sonora, con un techo que gotea por condensación, con estufas que no encienden, con falta de materiales, etc. Todo ello hace imposible que retornemos a ese lugar ya estando inaugurada la parte nueva del edificio”, señalaron.
Por esta razón, hoy decidieron como forma de protesta no iniciar las clases en el Anexo, y mañana directamente suspenderán las clases en toda la escuela, momento en el que convocatán a las familias para “colaborar con la mudanza del Anexo hacia la sede”, lo que implica no volver a dar clases en ese lugar.
En tanto, adelantaron que también resolvieron el miércoles “con el conjunto de la comunidad educativa (familias, alumnxs, docentes y auxiliares) realizar un abrazo simbólico a la institución. En caso de habilitarse la totalidad de edificio y de lograr la provisión del mobiliario necesario antes del miércoles, la medida sería suspendida. De lo contrario, durante ese día se resolverán acciones futuras”.
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