La crisis económica y la causa por aportantes truchos en campaña pegan fuerte en la imagen de la gobernadora. Los números muestran que la unidad del peronismo podría arrebatarle a Cambiemos la conducción bonaerense en 2019
El punto débil de Cambiemos desde que asumió la conducción del Gobierno nacional y bonaerense en diciembre de 2015 ha sido la economía, lugar donde no ha podido acertar con las medidas tomadas para frenar la inflación, ocasionándose una crisis que repercute con creces en los hogares.
La expansión de los problemas económicos, sumados a cuestiones políticas y judiciales como la causa de los aportantes truchos a las campañas de 2015 y 2017 en la alianza oficialista, ha llevado a que la imagen del gobierno y de su principal figura política, la gobernadora María Eugenia Vidal, hayan caído a mínimos impensables hace un tiempo atrás, poniendo en duda la continuidad política del armado oficial más allá de 2019.
Tomando en cuenta los números de las últimas encuestas realizadas en suelo bonaerense, la percepción negativa de la mandataria provincial ha subido fuertemente en el último mes. De acuerdo a un trabajo realizado por la consultora de Gustavo Córdoba, la imagen positiva de Vidal asciende a 46,5%, siete puntos porcentuales menos que la anterior medición, a la vez que el concepto negativo subió 7 puntos llegando al 46,4%.
Por su parte, la consultora Synopsis muestra que en los primeros diez días del mes de agosto, la imagen positiva de la gobernadora trepa al 46,4%, cinco puntos menos que hace 30 días atrás, mientras que el número de aquellos que ven en forma negativa la gestión oficial ascendió al 40,9%, 8 puntos porcentuales más que en julio.
Si bien en todos los sondeos Vidal sigue siendo la figura pública con mejor imagen, la misma ha descendido gradualmente desde principios de año, cuando llegaba a casi el 60% de imagen positiva y la convertía en el principal alfil de Cambiemos en una supuesta renovación presidencial ante el descenso en la percepción positiva del presidente Mauricio Macri.
Pero uno de los datos que más preocupan al Gobierno por estas horas es aquel que muestra que el peronismo unido en su totalidad podría quitarle la conducción del suelo bonaerense a Vidal, algo que por estas horas está trayendo muchos dolores de cabeza en La Plata y en la Casa Rosada, planteándose para eso acciones tendientes a recuperar la confianza de la sociedad en el manejo de la crisis.
De acuerdo a los trabajos mencionados, el peronismo en todas sus vertientes logra casi el 50% de consideración positiva e intención de voto de cara al año que viene, mientras que el armado de Cambemos con todos sus partidos, en el mejor de los casos, llega al 40% de posibilidades de voto, por lo cual las mentes oficiales tienen pensado encargarse de seguir manteniendo las fuertes diferencias que existen entre el kirchnerismo y el peronismo federal de los gobernadores para frenar un crecimiento del PJ en las encuestas que ponga en riesgo la continuidad política de Cambiemos el año que viene.
El trabajo de Synopsis muestra que a nivel país quienes votarían a una fuerza opositora ligada al peronismo llegan al 52,3%, mientras que el voto a Cambiemos trepa nada más que al 32,8%. A su vez, el estudio de Gustavo Córdoba advierte que a pesar de la causa de los cuadernos de la corrupción K, la imagen positiva de Cristina Kirchner sigue en ascenso, alcanzando el 47,6% contra el 46,9% que tiene una percepción negativa de la expresidenta.
Como puede observarse, se trata de números que preocupan a las mentes oficiales de cara a las elecciones ejecutivas del año próximo, donde parece jugar un papel más fuerte el magro rendimiento económico que ha hecho descender el poder adquisitivo de los ciudadanos que las causas por corrupción en la década pasada, que tienen a la exmandataria como referente.
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