La Cámara de Apelación de Mar del Plata resolvió el pedido de la defensa de cuatro (ex) policías que están señalados para hacerse el cotejo de ADN. En total son seis los funcionarios policiales que deberán acercarse a la Asesoría Pericial, y dos quedan a la espera de una nueva resolución judicial
El retardo de la justicia en la causa de Natalia Melmann es “insoportable”, según expresa su mamá, Laura Calampuca. Pasaron dos décadas del peor crimen que puede vivir una familia y todavía esperan arribar a la verdad. A Nati la secuestraron, violaron, desaparecieron y asesinaron un grupo de efectivos de la policía Bonaerense el 4 de febrero de 2001, en Miramar.
Luego de tres juicios con larguísimos debates, recursos interminables de la defensa y decenas de amenazas, en 2002 se logró condenar al “civil entregador” Gustavo “Gallo” Fernández y a los tres policías: Ricardo Suárez, Oscar Echenique y Ricardo Anselmini. En 2018 se llevó a juicio al cuarto policía femicida Ricardo Eugenio Panadero, allí lo absolvieron y finalmente en 2022 lo condenaron en un nuevo juicio.
¿Y EL QUINTO?
Durante las primeras autopsias se reveló que el cuerpo de Nati tenía cinco perfiles géneticos diferentes, de los cuales cuatro coincidieron con los funcionarios policiales condenados. Aún resta revelar la identidad del quinto ADN. La familia Melmann – Calampuca entregó su vida para luchar por la verdad y justicia de Natalia: “¿Cuánto más tenemos que esperar?”, se pregunta reiteradas veces su mamá. “¿Están esperando que no existamos más para saber quién fue el quinto?”, agrega Laura Calampuca, y reflexiona muy angustiada: “¿A cuántas chicas le habrá hecho daño ese quinto femicida encubierto?”.
La principal medida de prueba para lograr revelar la identidad del quinto femicida “es cotejar el perfil genético”, repite Gustavo Melmann y Laura Calampuca. Por ello, la fiscal de la causa Ana María Caro y la abogada de la familia, Josefina Rodrigo, solicitaron comenzar por un grupo reducido de policías. El juez de Garantías N° 1, Daniel De Marco, en un principio, autorizó la extracción de sangre de ocho policías y ya se había ordenado el cotejo del dueño de la casa donde fue llevada Natalia por última vez, Enrique Diez.
Sin embargo, la intromisión de la abogada defensora de cuatro de ellos presentó un recurso “ex tempore” (fuera de tiempo) para suspender la medida ante la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de Mar de Plata.
En ese marco, el 9 de junio los jueces de la Sala II de la Cámara de Apelación de Mar del Plata, Adrián Angulo y Marcelo Madina, resolvieron “confirmar parcialmente la resolución del Juez de Garantías en cuanto autorizó la extracción compulsiva de una muestra sanguínea” de dos policías y “revocarla en cuanto ordenó dicha medida respecto de Leonardo Oviedo y Juan Carlos Torrente”. Es decir, estos últimos fueron excluidos del cotejo.
Para los jueces, según la resolución a la que tuvo acceso este medio, los argumentos plasmados sobre Oviedo y Torrente son “insuficientes para establecer una probable vinculación con relevancia penal con el ilícito investigado”.
La familia Melmann – Calampuca apelará esta última resolución ya que están convencidos de que esos dos (ex) policías pertenecían al grupo de “amigotes” de Anselmini, Suarez, Panadero y Echenique, y “a esta altura no confiamos en nadie”, dice Laura Calampuca.
Leonardo Oviedo era Sargento Primero en el momento del hecho, y estuvo como Encargado del Destacamento Copacabana la madruga del 4 de febrero de 2001. Un detalle a destacar: dicho destacamento policial se encontraba a tres cuadras de la casa del policía Enrique Diez, donde se comprobó que estuvo Natalia por última vez. El barrio queda al sur de Miramar, en una zona semirural y en esa época había muy pocas casas. Además, el pueblo sabía que los policías hacían sus “jodas” en ese lugar.
Mientras que Juan Carlos Torrente, Sargento Primero, estuvo esa noche de guardia en el Puesto de Vigilancia de Mar del Sud (el mismo destacamento donde cumplía funciones Panadero) y tuvo comunicación por la radio policial uno de los condenados, Ricardo Suarez.
Ambos policías declararon en el primer juicio y fueron investigados por falso testimonio. “Recuerdo muy bien que había una persona que no quiso declarar en el 2001, por miedo, que nos contó que el policía Oviedo había contado dentro de una panadería que tenía los testículos inflamados debido a un golpe en la comisaría. A esa persona le pareció raro el comentario, por eso nos lo trasladó. Siempre lo mencionamos, pero nunca lo tomaron en cuenta”, relata Gustavo Melmann a Pulso Noticias. Y agrega: “Torrente me amenazó y me quiso pegar uno de los días del primer juicio”. El papá de Nati recuerda que al viajar en el Rápido del Sud de Miramar a Mar del Plata se cruzó con dos policías que también iban al juicio para declarar, uno de ellos era Juan Carlos Torrente quien se abalanzó contra Melmann. Y el otro, se encuentra dentro del listado de los que esperan la fecha para extraerse sangre.
24 años despues piden ADN del dueño de la casa donde estuvo secuestrada
En síntesis, la justicia debe cotejar el ADN de seis policías señalados por la familia como posibles femicidas. Y el caso de Oviedo y Torrente se seguirá insistiendo en una instancia superior. Mientras, se espera el resultado de Enrique Diez.
“La fiscal tiene que mandar el oficio a la Asesoría Pericial para que establezcan una fecha y debería solicitarlo como prioritario para que no se siga dilatando la medida de prueba”, explica la abogada Josefina Rodrigo.
EL CUENTO DE NUNCA ACABAR
“24 años después siguen bancando a esta gente para no llegar a saber quiénes son todos los que participaron en el homicidio de Nati”, expresa Gustavo Melmann. Y resalta: “Espero que podamos lograr que le hagan la extracción de una vez por todas a esta gente y seguir avanzando en la causa”.
“Le pedimos a los jueces, a la fiscal y a las autoridades de nuestro país que se comprometan a que se esclarezca de una vez por todas el crimen de nuestra querida hija Natalia”, exige Gustavo Melmann.
Mientras que Laura Calampuca señala que los jueces y fiscales son parte del encubrimiento y la impunidad. “Al final ellos tienen que resolver y defender a las víctimas, pero, al contrario, sólo benefician a los policías asesinos. Los condenados son los que saben quién fue el quinto partícipe. Aunque siguen manteniendo su pacto de silencio, los jueces los benefician con las salidas transitorias”.
Más conocida como “Tefa”, nació en Mar del Plata en 1989. Trabajadora de prensa, periodista y Licenciada en Comunicación Social (egresada de la UNLP). Buscadora de la aguja en el pajar: le apasiona el periodismo de investigación. Trabajó en prensa institucional, en diversos medios privados de La Plata, y colaboró en medios alternativos como ANRed. Actualmente escribe notas vinculadas a los derechos humanos, política y cada tanto entrevista a personajes de diversos territorios. También integra el área audiovisual, En Foco, como productora periodística. Siempre redactando con las gafas violetas puestas. Desde 2018 forma parte de la cooperativa Pulso Noticias, donde aprendió a vender publicidad, gestionar pautas y hasta armar un gran escritorio en madera.
