El Bachillerato Popular Tinku, dedicado a la educación de personas adultas en el oeste platense, lanzó una campaña de donaciones para garantizar las clases virtuales. “Es importante empezar a construir herramientas para que les estudiantes de los barrios no queden excluides”, remarcaron
La imposibilidad de continuar con las clases presenciales en este momento de alza de contagios por Covid-19 vuelve a poner sobre la mesa una desigualdad estructural que existe en numerosos barrios de la ciudad: el acceso a la conectividad.
Teniendo en cuenta la experiencia del año pasado, una escuela del oeste platense lanzó una campaña para construir un “Banco de Datos” que pueda ayudar a muchos alumnos y alumnas a sortear las dificultades que plantea esta coyuntura sanitaria en numerosos barrios de la ciudad.
Se trata de Tinku, el bachillerato popular que funciona desde el 2014 en la localidad de Abasto. Asisten al mismo 110 estudiantes que tienen entre 18 y 60 años y están cursando allí sus estudios secundarios. Una de sus sedes funciona de la Escuela Primaria N° 70 (Ruta 36 y 529) y hace pocos meses abrieron otra en el Centro Comunitario Barrio Nuevo (185 y 517).
“Todo el año pasado trabajamos de manera virtual en una situación bastante compleja. En esa zona el acceso a la conectividad de la mayoría de las familias es algo que no está, que se hace muy dificultoso, así que lo sostuvimos con la elaboración de materiales, cuadernillos, que les estudiantes pasaban a buscar, y después vía grupos de whatsapp”, explicó a Pulso Noticias Emilia Nieto, integrante de Tinku.
En ese sentido, señaló que este año la vuelta a la presencialidad “fue todo un debate porque sabíamos que era muy difícil, que las condiciones no estaban del todo garantizadas para el retorno. Pero también veíamos como una necesidad poder tener algún encuentro con nuestros estudiantes, para que pudieran hacerse el tiempo para la escuela, que es bastante dificultoso para ellos, porque la mayoría son trabajadores de la economía popular”.
“Además la mayoría están acompañando a sus hijos e hijas, en la escolaridad, entonces siempre el tiempo para la escuela de ellos digamos es menor. Así que volvimos con la idea de que la escuela pudiera estar ahí haciéndose presente para poder organizarse para la situación de pandemia. Porque la verdad es que para nosotros la escuela no es solamente el lugar donde se va a aprender contenido si no también es un espacio donde poder organizarnos y también atender a las situaciones problemáticas que viven en los territorios en los que estamos”, afirmó.
Si bien pudieron comenzar las clases presenciales, con muchos cuidados, en pequeños grupos y al aire libre, ante la situación de aumento exponencial de los casos, revieron la modalidad. “Consideramos, junto con les estudiantes, que era importante resguardarnos, y a tono con las medidas sanitarias que se tomaron, volver a la virtualidad”, aseguró.
“Es importante para nosotres no perder el espacio del encuentro, que muchas veces vía whatsapp es difícil. Ahí surge la idea de la campaña para poder tener espacios de encuentro de manera virtual, entendiendo lo difícil que es para la mayoría de les estudiantes acceder a internet”, detalló en referencia a la campaña “Doná Conectividad”.
“La idea es poder contar con un dinero que va a ser destinado específicamente para eso, para que a partir de un relevamiento en los diferentes grupos de estudio y de trabajo, relevar qué necesidades hay, cuáles son los estudiantes que están necesitando acceder a datos móviles, y así distribuir el dinero para que puedan ir accediendo a todo lo que necesiten”, expresó Nieto.
La colaboración con el Banco de Datos Móviles, se puede hacer mediante transferencia bancaria BPBA / Cuenta DNI a: Alias CORDON.CANTO.CATRE / CBU 0140999803200070907905 / CUIL 20-35492382-4 (Agustin Castro) / * Montos sugeridos: $100 – $300 – $500 – $750 – $1000.
La conectividad como derecho esencial
“La pandemia desnudó la enorme desigualdad social, que claramente atraviesa la educación y las dificultades para sostener el vínculo pedagógico, que en la virtualidad no fueron los mismos para toda la sociedad. Si bien la pandemia nos golpea a todos, no golpea del mismo modo, y para nosotros en ese sentido el derecho a la conectividad es un derecho esencial”, remarcó la docente.
Además, apuntó: “tiene que haber políticas concretas que puedan garantizar esto en todos los barrios, pero bueno al mismo tiempo consideramos que es importante poder organizarnos y empezar a construir redes de solidaridad con la gente cercana, y con todas las personas que vivimos en la ciudad de La Plata porque sabemos que no es lo mismo vivir en el centro del casco urbano que vivir en la periferia. Eso implica un montón de desigualdades estructurales en relación a múltiples cuestiones”.
De hecho, en julio del año pasado el Concejo Deliberante aprobó un proyecto para que el Estado Municipal “arbitre los medios necesarios para garantizar zonas de libre navegación para docentes y estudiantes en las diferentes localidades de La Plata” mientras durara el período de aislamiento, como forma de dar una respuesta a este problema. Sin embargo, la ordenanza nunca fue puesta en marcha.
“Para nosotres es importante desde ahora empezar a construir herramientas para que les estudiantes de los barrios del oeste platense no queden excluidos de la educación porque también hay un elemento que se suma a la pandemia, que es que la educación de adultos en general siempre queda soslayada o queda muchas veces como en un último lugar en la escala de prioridades en el sistema educativo, y es muy importante poder visibilizar también eso”, señaló Nieto y agregó: “Les adultes tienen tanto derecho a estudiar como les jóvenes, como les niñes, como les universitaries y que en ese sentido hay que establecer políticas activas para poder garantizarlo”.
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