En esta entrega, el encuentro correspondiente por el tercer puesto de los Juegos Olímpicos de Seúl 1988. Luis Muchaga tomaba la posta de Sohn en la dirección técnica. Un triunfo que fue la consagración de una generación. Más de tres horas de partido que en el país sólo se pudo ver en vivo mediante un canal de cable brasileño
Por Ricardo Baldoni
El 2 de octubre era el último día de competencia de los XXIV Juegos Olímpicos. El podio del vóleibol iba a ser la última entrega de medallas previo a la ceremonia de clausura y Argentina festejó como nunca ese Bronce logrado ante Brasil. Argentina conseguía de ese modo una medalla en deporte por selección luego de 52 años.
No era fácil seguir desde Argentina el partido. Y no por las doce horas de diferencia horaria, sino porque la televisión de aire de aquel entonces todavía no hacía maratónicas transmisiones en vivo, sino que se pasaban compactos en diferido de las principales presentaciones -tal como lo fue la Plata de Gaby Sabatini- . El partido por el Bronce sólo se pudo seguir por medio de la naciente transmisión por suscripción al cable, a través de la señal brasilera Bandeirantes.
El seleccionado masculino de vóley formó parte de los 118 deportistas que representaron a Argentina en Seul. Se había ganado el boleto luego de ganar el Preolímpico del 87, en una final para el recuerdo frente a Cuba por 3-1. Ya en los JJ.OO y por el grupo B, la participación comenzó con los triunfos ante Túnez y Japón. El tercer partido fue uno de los principales encuentros de esta generación: ante Estados Unidos.
El seleccionado norteamericano venía de ser campeón mundial 1986 y era junto con la Unión Soviética los máximos candidatos a quedarse con la medalla dorada. Argentina jugó un partidazo; llegó a estar dos sets arriba y match point frente a quién sería el campeón. No obstante la derrota, el seleccionado dirigido tácticamente por Luis Muchaga luego le ganó a Holanda para asegurarse así el segundo puesto del grupo y el pase a semifinales.
Al igual que en el mundial de 1982, la URSS fue el límite para esta generación de jugadores que le competía de igual a igual a todas las potencias -sólo Cuba faltó a aquella cita al no mandar delegación-. Argentina y Brasil sería el duelo por el Bronce. Los brasileros, de amplia trayectoria voleibolística, estaban en el inicio de un proceso que redundaría en varios logros deportivos en la década del 90 y 00. Argentina por su parte, tenía más de la mitad del plantel que había obtenido el tercer lugar en el Mundial 82 varios de esos jugadores eran figuras en el vóley italiano.
Fue triunfo para la Argentina por 3-2 en un emocionante partido. Con parciales de 15-10, 15-17, 15-8, 12-15 y 15-9 el vóley argentino vivió, luego en más de tres horas de juego, quizá su hora más gloriosa. El punto final, donde el ataque brasilero tira afuera el intento en ofensiva por la derecha, marcó el inicio de las corridas hacia ninguna parte de los jugadores que alcanzaban la medalla olímpica por primera vez para el vóley argentino.
«Cada cuatro años la medalla es más trascendental. Hay millones y millones de atletas en el mundo y nosotros tenemos una medalla, el voley argentino tiene una medalla, que es lo más importante. Y eso hace que la medalla sea cada vez más importante», recordó Waldo Kantor al cumplirse un aniversario de aquel logro.
El seleccionado era un equipo que tenía sus fortalezas en la fuerte personalidad, en la técnica y en la agresividad que ponía en cada juego para suplir las diferencias físicas, principalmente en altura, con las potencias del vóley. La figura de Uriarte y Martínez en el bloqueo, de Kantor en defensa y el aporte de Hugo Conte en ofensiva eran las claves de aquel equipo..
Claudio Zulianelo, Daniel Castellani, Esteban Martínez, Alejandro Diz, Daniel Colla, Javier Weber, Hugo Conte, Waldo Kantor, Raúl Quiroga, Jon Uriarte, Esteban de Palma y Juan Carlos Cuminetti, fue el plantel completo que brilló en tierras asiáticas.
El alcance de este logro no fue sólo para el vóley argentino, sino también para el deporte colectivo. Con el Bronce, Argentina lograba una medalla en deporte por selecciones luego de la obtenida por el polo en Berlín 1936 -la última donde participó más de un integrante había sido la vela en clase dragón en Roma 1960-. Eran tiempos donde a Argentina se lucía en deportes individuales y le costaba destacarse en lo colectivo.
Esta dinámica fue cambiando y para Tokio 2021 la delegación argentina llevará su mayor representación a nivel equipo en toda su historia. El fútbol, el básquet, el handball y el rugby seven en masculino y el hockey sobre césped y el vóleibol en masculino y femenino -aún resta el torneo clasificatorio en handball femenino-.
Fuentes: FeVA, Ernesto Rodríguez III, Diario Crónica, Gonzalo Bonadeo. «Pasión Olímpica» y Voley 631
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