El miércoles se produjo un principio de incendio en una de las oficinas del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia. Los detectores de humo no funcionaron. Advierten que además hay una fuga de gas. Desde febrero los trabajadores denunciaron que mientras el edificio se cae a pedazos, la autoridades invierten millones en molinetes.
La sede central del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia (OPNyA), ubicada en 116 entre 70 y 71, al igual que la de otros edificios públicos de la ciudad, ostenta un nivel de deterioro que se vuelve peligroso para todas las personas que allí trabajan. Ya no solo lo dicen los representantes gremiales de ATE si no también los hechos concretos: el miércoles se produjo un principio de incendio que si no era apagado por un trabajador de limpieza podría haber tenido consecuencias graves.
“Pasadas las 17hs, un fax hizo cortocircuito y se prendió fuego en una de las oficinas vacías, en la que el fuego fue apagado por un trabajador de limpieza que se encontraba cerca, con un extintor, y gracias a él, la situación no pasó a tragedia ya que aún había trabajadorxs en otras oficinas”, señalaron a través de un comunicado las delegadas y delegados de ATE en el organismo.
Lo cierto es que vienen advirtiendo la situación desde febrero,cuando la Directora Ejecutiva Pilar Molina bajo las órdenes del Ministro de Desarrollo Social Santiago López Medrano y la Gobernadora María Eugenia Vidal decidieron poner molinetes en el establecimiento utilizando una inversión millonaria mientras el edificio se cae a pedazos.
“Venimos reclamando por las pésimas condiciones en las que se encuentra el edificio: instalación eléctrica peligrosa, humedad en las paredes con cables expuestos, sin un plan de evacuación diseñado ni simulacros y personas con roles asignados. A esto hoy le sumamos la presunción de una fuga de gas que se huele desde las ventanas del 1er piso y en la que alarmantemente se pueden observar caños de gas, cables, salida de estufa y aires acondicionados por las paredes externas”, indicaron.
Además, remarcaron que “pusieron detectores de humo que al momento en que se produjo el cortocircuito, no llegó a alertar a nadie (la advertencia fue el fuego y el olor a humo). Tampoco ningún funcionario/a acusó recibo de la situación a las trabajadoras de esa oficina y todo fue tomado a modo de ‘exageración’ de quienes venimos denunciando los serios riesgos que tenemos como trabajadorxs al habitar ese edificio”.
“Si bien esta situación de abandono y desidia lleva años en el edificio del OPNyA, con la gestión de Molina, Granillo Fernandez y Facundo Sosa se agrava, ya que han habilitado el gasto de millones de pesos para la colocación de molinetes en la entrada con el cínico argumento de ‘seguridad laboral’, que como ya hemos manifestado, los mismos representan una barrera más a la hora de tener que activar un plan de evacuación que ni siquiera tenemos”, concluyeron.
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