La periodista Mariana Sidoti cuenta la historia del niño platense ejecutado por un policía bonaerense el verano de 2013, a través de una gran investigación. Se trata de una historia de gatillo fácil que retrata miles de otras historias
Con un aula repleta, en la Facultad de Trabajo Social, la periodista Mariana Sidoti presentó su libro Vivir sin justicia junto a Sandra Gómez –mamá de Omar Cigarán, el joven asesinado por un policía bonaerense-, y Julio Avicento integrante del Colectivo contra el gatillo fácil. La editorial Mascaró decidió publicar lo que fue su tesis de grado de la Licenciatura en Comunicación Social (UNLP).
“El libro tiene la intención de trascender si fue un robo o si ese niño estaba armado, trascender la presunción de inocencia”, expresó la autora, quien realizó un trabajo de investigación muy importante durante varios años, entrevistando a la familia de Omar, a sus amigos, trabajadores de la niñez, fiscales, funcionarios, vecinos del barrio, entre otros.
La autora participaba de la organización social “Olla de Plaza San Martín”, donde un compañero llegó con Sandra quién contó sobre la reciente muerte de Omar y allí se conocieron. Desde ese momento, Mariana nunca dudó en escribir esa historia. “Los niños y niñas con las que jugábamos y veíamos en la plaza podían atravesar el mismo camino”, comentó.
Al principio de la presentación se proyectó el documental La Plaza de los pibes, el cual cuenta las trayectorias vitales y sociales de los jóvenes que integraban la denominada “banda de la frazada” , allá por el año 2013, las cuales fueron atravesadas por la estigmatización de los medios de comunicación, las instituciones del Estado y el amedrentamiento del aparato represivo para con las y los niños. Omar Cigarán, el protagonista del libro, pertenecía a ese grupo de pibes y pibas que se encontraban en situación de calle, pedían monedas en pleno centro platense, o se juntaban en la glorieta de Plaza San Martín.
En ese sentido, la periodista afirmó que “esos niños y niñas han transitado tres caminos: la cárcel, la muerte o están ´arruinados´ como una forma de decirle a quienes siguen estando en la calle, o entran y salen de la cárcel”, sostuvo. “Me acuerdo que muchas personas contaban que Omar quería cumplir los 18 para entrar a la cárcel y no consumir más, esa era su expectativa, como la de muchos otros pibes”. Las adicciones y el exceso de drogas que se encontraban en las calles no contribuían a resolver esos problemas.
Asimismo, manifestó que el Estado estuvo presente pero sin recursos para abordar la situación. Recordó casi todas las instituciones por las que pasó Omar, siendo un niño, pero remarcó que siempre hubo un desfinanciamiento para la niñez. “Al día de hoy no se conoce exactamente cuál es el presupuesto” por lo que los trabajadores no cuentan con las herramientas básicas para ocuparse con ellos.
Otro eje del libro que la autora resaltó fue lo que ella nombró como “punto de fuga”. “Entrevisté a un psicólogo judicial, quien había trabajado con Omar, y me dijo que había dibujado muy bien un punto de fuga”, con todo lo que ello implica. Y explicó el “punto de fuga” del Estado para con la familia de Omar: “Una vez a Milton (el papá de Omar) le dijeron en la escuela que su hijo estaba para ir a Romero”, básicamente porque no “encajaba” con las reglas normales y enseguida querían deshacerse de él.
También se refirió a la “vecinocracia”, es decir, reveló que los vecinos del Barrio Hipódromo donde vivía Omar se reunieron por la “in-seguridad” de la zona y allí marcaron a “ese rubiecito que andaba molestando”. La autora manifestó que “no hay Policía violenta si no hay vecinos que lo piden”.
Dejando muchas puertas abiertas, invitó a todos los presentes a leer y recorrer la historia de Omar Cigarán. Una historia que retrata muchas otras historias de pibes pobres asesinados por la Policía.
En tanto, Sandra Gómez, entre emoción y lágrimas, resaltó la importancia del libro, de difundir su lucha y la de todas las mamás que exigen justicia por sus hijos asesinados por el gatillo fácil. Ella, junto a Julio, participan del Colectivo contra el Gatillo Fácil en nuestra ciudad, y recordaron varios casos como el de Darian Barzábal, Mauricio Andrada, Ismael Perussato y muchos más. “La mayoría de los casos quedan impunes”, aseguró el militante. Y agregó: “Estamos viendo cada vez más represión, hay que ser consciente de lo que se vive”.
Para finalizar, un joven amigo de Omar que también perteneció a la denominada “banda de la frazada”, Jhonny, cantó dos temas de hip hop con sus letras combativas con las cuales exige justicia y libertad para todos.
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