Los Adultxs por los Derechos de la Infancia realizarán este lunes la recuperación de una casa en Abasto, de la cual madre e hija debieron escaparse ante la negativa de la Justicia de “sacar” al presunto abusador
Durante los primeros dìas de Octubre Silvia Piceda y Sebastián Cuattromo visitaron La Plata para contar sus historias de vida y, como dicen cada vez que hablan “toda la fuerza y esperanza de nuestro camino colectivo”.
Ambos sufrieron abusos sexuales cuando niños e incluso, Silvia, conviviò con el abusador de su pequeña hija, hasta que comenzò una historia de lucha legal y política contra dicha persona.
Segùn contó Silvia a Pulso Noticias, ella fue abusada durante su niñez por un compañero de trabajo del padre y por un primo. “En mi casa nadie quiso hablar del tema ni hacer nada, y con los años pensé que lo había superado”, cuenta esta médica especialista en hígado, sentada en el banco de plaza junto a su compañero y este redactor.
La vida para Silvia siguió y a mediados de los 90 conoció a un expreso político del ERP, Dalmiro Suárez, quien ya tenía una hijastra de una pareja anterior. Tuvieron una niña entre ambos y años después se separaron. La médica se fue a vivir a una casa en el barrio platense de Abasto y su expareja, a escasos metros. En cierto momento comenzó a percibir, sin tanta trascendencia, que la pequeña no quería dormir en la casa del padre y sufría ataques de pánico. Pero no fue hasta que la hijastra anterior del exmilitante se acercó a Silvia y le confesó que había sido abusada por su padrastro cuando niña, allì la mujer entendió lo que estaba sucediendo, y acudió a la justicia platense. Lo único que consiguió fue que el juez Rondina obligara la revinculación de la niña con él. Allí Silvia decidió revelarse ante la orden judicial y escaparse de su casa de Abasto para no tener cerca al presunto abusador de la niña.
Las tres mujeres comenzaron una odisea judicial: denuncias archivadas, aceptación de denuncias sin medida perimetral, burlas, jueces de familia que no protegen. “Siempre recuerdo al juez platense Hugo Adrián Rondina quien actuó protegiendo a el padre de la nena constantemente”, denuncia Silvia mientras resume su tránsito por los pasillos judiciales.
Tras años de contar la historia y generar conciencia sobre este flagelo, Silvia y sus compañeros de “Adultxs por los derechos de la infancia” decidieron volver a su casa de Abasto. Esto, para ella y el grupo, se trata de una victoria, por eso el próximo Lunes 19 de noviembre, desde las 11 horas, se realizarà una mateada colectiva en el dìa de la llegada.
La casa està en Abasto, partido de La Plata, en 496 y 220. “Luego de años de injusticia y de lucha celebraremos juntxs, y con una gran mateada colectiva, el Día Internacional de Prevención del Delito de Abuso Sexual”.
La casa recuperada de Silvia y Jazmín es en 496 y 220, a la altura del km 52 de la ruta 2.
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