Mientras en nuestra región Y-TEC (YPF y Conicet) se apronta a comenzar a producir baterías de litio, a nivel nacional no existe un proyecto articulado en relación a este recurso natural clave en el proceso de transición energética. Hacia dónde vamos y por qué este mineral no es declarado ‘recurso estratégico’. Sobre ello dialogamos con el director de Articulación del Plan Estratégico del Litio de Y-TEC, Marcelo Koenig
“Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros: los imperios y sus caporales nativos. En la alquimia colonial y neocolonial, el oro se transfigura en chatarra, y los alimentos se convierten en veneno”, escribe Eduardo Galeano en su inoxidable libro “Las venas abiertas de América Latina”.
Más adelante agrega: “La lluvia que irriga a los centros del poder imperialista ahoga los vastos suburbios del sistema. Del mismo modo, y simétricamente, el bienestar de nuestras clases dominantes –dominantes hacia dentro, dominadas desde fuera– es la maldición de nuestras multitudes condenadas a una vida de bestias de carga”.
“La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será”, remata el escritor uruguayo. Su obra, que parece nunca tener fecha de vencimiento, vuelve a resultar una brújula en tiempos de aumento de las desigualdades sociales en la post pandemia, crisis climática y guerra.
En este marco el litio, que aparece como oportunidad puede terminar en un nueva “victoria ajena” si no se adoptan las decisiones políticas más pertinentes. Argentina, Chile y Bolivia concentran el 85 por ciento de los salares más rentables del mundo en el denominado “Triángulo del Litio”, recurso natural clave en la transición energética, ante el agotamiento de los combustibles fósiles y las consecuencias que estos producen respecto al calentamiento global.
En nuestro país, a diferencia de lo que ocurre en Chile y Bolivia, no existe un proyecto litifero nacional. Por el contario, un puñado de empresas extranjeras regidas por el Código de Minería del menemismo, se dedican a la exportación de la materia prima dejando irrisorias regalías.
Los investigadores Melisa Argento, Ariel Martin Slipak y Florencia Puente señalan en el libro “La transición energética en Argentina” que en nuestro país “este elemento aun es presa de un esquema ‘extractivo-predador-exportador’ de la naturaleza y de sus bienes comunes. Esto se debe a la inexistencia de un marco político-económico coordinado, plural y consensuado a corto, mediano y largo plazo capaz de favorecer la participación de los diversos actores y articular el proceso socioproductivo concibiendo la transición socioecólogica como horizonte”.
Un importante escollo para salir de ese esquema es la renuencia de las elites y los gobiernos de las provincias dueñas del recurso (junto a una importante falta de decisión política) para declarar al litio como recurso estratégico, tal como ocurre en los países vecinos.
Desde el Foro Interuniversitario de Especialistas en Litio (un grupo integrado por 30 líneas de investigación de nuestro país, que reúne a más de 300 científicos) vienen expresando la necesidad imperiosa de avanzar en ese sentido y reclamaron la urgencia de convocar a todos los actores de la cadena para generar un desarrollo con valor agregado, participación federal y democrática.
¿Gloria o condena?
Marcelo Koenig, director de Articulación del Plan Estratégico del Litio de Y-TEC (YPF y Conicet) compara la concentración de litio en Argentina, Chile y Brasil con la de Arabia Saudita, Venezuela e Irán juntos en materia de petróleo. En ese sentido advierte: “Todo este caudal puede ser una condena o una gloria”.
Koenig, es además ex diputado nacional del Frente de Todos y autor de uno de los infructuosos intentos de avanzar hacia la declaración del litio como recurso estratégico durante su etapa como legislador. Hoy desde su rol en Y-TEC, donde pronto comenzarán a desarrollarse baterías de litio, considera que el proceso de industrialización del litio “va a cimentar el consenso para que se declare estratégico”.
Con el dialogamos para conocer más sobre el avance del proyecto que se apronta a comenzar en nuestra región y acerca de la posición de Argentina respecto a este recurso natural fundamental en el actual contexto político y económico.
“La idea es promover la industrialización del litio”
El pasado 16 de agosto el presidente Alberto Fernández visitó las instalaciones UNILIB, la primera planta de baterías de litio en el país, que funcionará dentro del Polo Científico-Tecnológico de la Universidad de La Plata, y las instalaciones de Y-TEC en el partido bonaerense de Berisso.
A partir de allí pudimos conocer más de este proyecto que se llevó adelante con la participación financiera del Ministerio de Ciencia, de la UNLP y de la empresa conformada por YPF y el Conicet. En una primera etapa se proyecta la producción de 1000 baterías al año, en la que intervendrán 70 equipos de trabajo, con el objetivo de abastecer a pueblos, escuelas y lugares sin energía solar.
“La planta produce baterías hechas con celdas de litio, realizadas en base a la tecnología desarrollada en nuestro país. Respecto al destino de eso, las celdas y las baterías sirven para diversas cosas, es claro es que no están pensadas en principio, o por lo menos la primera tanda, para electromovilidad. Lo que hicimos nosotros además desde Y-TEC es firmar convenios con distintas provincias para hacer una transferencia de tecnología y hacer otras plantas productoras de baterías en distintas provincias, en Santiago del Estero, en Formosa, en Catamarca, en La Rioja y en San Juan. Ahí el destino evidentemente no va a ser solamente el de baterías estacionarias. Tendrá que ver con los requerimientos y las necesidades particulares de cada provincia”, señala Marcelo Koenig en el comienzo de la charla con Pulso Noticias.
–En referencia a la transferencia de tecnología, se estaba aguardando la llegada de máquinas de procedencia china. ¿Las empresas chinas son las que se encargarían de ese proceso de transferencia?
“No, si bien es cierto que las máquinas que se compraron son chinas, no es el total del desarrollo tecnológico para fabricar las celdas, para fabricar las baterías. Hay un desarrollo argentino en ese proceso. Cuando uno hace un proceso industrial nuevo siempre se compran máquinas en otro lugar, donde ese proceso ya esté desarrollado. Ahora, eso tiene a su vez un desarrollo científico que se viene haciendo en Y-TEC hace más de 10 años en la Argentina”.
-Es decir que hay empresas argentinas que pueden seguir desarrollando esa tecnología para poder hacer la transferencia en distintos lugares del país.
“Esto lo está haciendo Y-TEC, e Y-TEC lo va a transferir a empresas estatales, si los estados provinciales quieren intervenir en el tema, porque la idea es promover la industrialización del litio. Hoy estamos exportando 37.000 toneladas de litio y no podemos desarrollar y utilizar ese litio propio en favor de la industrialización, que es lo que genera más valor”.
–En las celdas que se van a producir desde Y-TEC ¿el componente litio es un componente que fue extraído de Argentina y que vuelve a ingresar al país a precio dólar?
“Fue extraído en Argentina, hoy hay dos empresas que están exportando litio, es decir que tienen concluido todo el proceso hasta el carbonato de litio. Una es Livent, la empresa norteamericana que funciona en Catamarca y otras es Allken, de Australia, que funciona en Jujuy. Y-TEC hizo un acuerdo con Livent para proveer de las 20 toneladas que necesita para que funcione esa fábrica, pero va a escalar más, así que se va a necesitar más. Ahí es donde entra el desarrollo de YPF Litio que ya tiene varias áreas en donde se están acelerando las concesiones para hacer el proceso de exploración y explotación en La Rioja, en Catamarca. Y a esto se le agrega una cosa muy novedosa, hay solo un antecedente en el mundo, en Estados Unidos, de un pozo petrolero ya sin capacidad de producir petróleo, en Formosa, desde donde se va a sacar litio. YPF va a ser parte de eso y de ahí va a extraer el litio para su proceso de industrialización, amén de que pueda llegar a convertirse en exportadora o no. Dependerá de la cantidad que saque y del volumen que se desarrolle en estas fábricas de las que estuvimos hablando”.
-En ese camino es donde aparece como fundamental la idea de que el litio pueda ser declarado recurso estratégico. ¿Hay algún avance sobre eso? ¿Cree que se puede llegar a viabilizar a partir de que se ha puesto el debate más en materia pública y de que los principales dirigentes políticos del país estén hablando del litio?
“Yo creo que el proceso de industrialización corre por un carril paralelo al tema de la declaración estratégica del litio. Yo creo que a medida que vaya avanzando la industrialización la idea de recurso estratégico va ir teniendo más fuerza y asidero. El proyecto que nosotros estábamos armando no se terminó cristalizando porque no teníamos la fuerza necesaria para imponerlo. Porque muchas de las provincias que, por el artículo 124 de la Constitución, tienen el dominio originario de los recursos naturales, se oponen a la idea de declararlo estratégico. Yo creo que de alguna manera es una falta de visión de las provincias porque declararlo estratégico no implica que se apropie nacionalmente, no hace, en palabras de ellos, que Buenos Aires se quede con un recurso que es de las provincias. Lo que hace es poner todos los recursos de la nación en favor de ese desarrollo, y es también entender que en la geopolítica mundial hoy el litio es un recurso de primera necesidad y hay una disputa claramente en torno a la cuestión del litio. Es decir, yo creo que hay un proyecto en el largo plazo, que tiene que ver con declarar estratégico al litio y que Argentina tenga una política soberana sobre el litio, donde se beneficien las provincias productoras. Ahora, al mismo tiempo hay que ir desarrollando la industrialización porque es necesario y porque también eso va a cimentar el consenso para que se declare estratégico”.
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–En ese sentido, mirando lo que pasa en Chile y en Bolivia, aunque sea desde el punto de vista de las regalías que se obtienen, ¿los gobernadores de las provincias que poseen el recurso no lo ven cómo una oportunidad de obtener una mayor ganancia a partir de una declaración del litio como recurso estratégico?
“Las regalías nuestras están en alrededor del 3% y las de Chile van escalando y pueden llegar hasta el 40%. Evidentemente habría mayores regalías si nosotros modificamos el encuadramiento del litio y lo sacamos del Código de Minería y de la Ley de Inversión Minera, que se hizo durante la década del ‘90. Yo creo que eso tendría un beneficio, pero hoy todavía no existe el consenso para hacer esta discusión. Yo creo que hay que separar la minería de la extracción de litio, que creo que es un proceso más químico que minero, pero este es un debate que está todavía abierto y evidentemente las tres provincias que conformaron la mesa del litio excluyendo a las demás, las principales provincias donde están determinadas las reservas del litio (Jujuy, Salta y Catamarca), no tienen la misma mirada”.
“Con-ciencia” crítica
–En referencia a la importancia de la industrialización, desde el Foro Interuniversitario de Especialistas del Litio habían sugerido otros modelos asociativos del Estado nacional con desarrollos provinciales o desarrollos con empresas que tienen espacios ya pedimentados en el territorio. ¿Cómo evalúa las posibilidades de esas propuestas?
“Nosotros estamos en vínculo con el Foro del Litio. Hemos acordado en muchas cosas porque ellos son impulsores de la idea del litio como estratégico y también son impulsores de la industrialización. Ellos planteaban que lo que había que hacer era inclinarse más por la fabricación de los packs y no tanto por lo de celdas, Y -TEC fue por otro camino que es el camino de la fabricación de celdas, que es el elemento más importante de las baterías. Después respecto del resto en general, por lo menos mi visión particular coincide con lo que se manifiesta en el Foro del Litio”.
-Otra de las cosas que se reclama desde el Foro es una mayor articulación del sistema científico-tecnológico, en el sentido de que hoy no hay una política que contenga o en la que se tengan en cuenta los desarrollos que el Estado está financiando a través del CONICET y de distintos espacios de investigación.
“Yo creo que eso es cierto, pero uno puede ver el vaso medio lleno o el vaso medio vacío. Tengamos en cuenta que Y-TEC es 40% Conicet y 51% YPF, es decir que el desarrollo de Y-TEC es parte del desarrollo del sistema científico-técnico de la Argentina. Hay una parte importante que sí se está articulando. De hecho, hoy no podríamos estar desarrollando una fábrica de baterías y de celdas si no fuera por la articulación con el sistema científico-técnico”.
-Desde el sector científico también se plantea que hoy quienes realizan los informes de impacto ambiental son las propias empresas, y que se podría integrar a los investigadores para que puedan hacer esos procesos. Sería interesante, teniendo en cuenta los pasivos ambientales que dejan estas multinacionales
“Yo creo que otra minería es posible en todo nivel, también en el litio, pero es más cara. Entonces muchas veces las empresas transnacionales no hacen todas las cosas y el Estado no hace todo los controles que deberían hacerse. Yo estoy convencido que hay que explotar el litio, eso significa siempre un nivel de contaminación, mucho menor al de la minería a cielo abierto porque no se requieren grandes cantidades de agua potables, ni se utiliza cianuro, pero si se utilizan cuencas hídricas que tienen que ser debidamente estudiadas. Creo que nosotros tenemos que hacer una reglamentación que requiera para cada emprendimiento que se desarrolla la investigación de las cuencas hidrográficas, realizado por entes que tengan el suficiente prestigio para que no sean informes hechos ad hoc. A mí me parece que uno de los objetivos que tenemos que tener nosotros con el litio no es una mirada de no hacerlo porque contamina, pero hay que hacerlo con el debido respeto al medio ambiente y particularmente a las comunidades que habitan en la región donde está la riqueza del litio”.
Entre la coyuntura y la mirada de largo plazo
-Usted hace algunos años hizo una comparación sobre la potencialidad del triángulo litio en Sudamérica, señalando que es como si habláramos de Arabia Saudita, Venezuela e Irán juntos en materia de petróleo. Y en ese sentido, dijo: “Todo este caudal puede ser una condena o una gloria”. En ese razonamiento lo ambiental y el derecho de las comunidades entran en juego de una manera muy determinante
“Sí, es así. Y es así también lo que hablábamos anteriormente, la cuestión de la industrialización. En algunos de esos países el beneficio fue para la clase dominante y no para el conjunto de los habitantes de ese país. Realmente me parece interesante plantear esa comparación porque lo que nos permite es analizar que tener el recurso no significa beneficiarse con él”.
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Mirando a las principales cabezas del gobierno nacional, ¿cree que el presidente Alberto Fernández, el ministro de Economía Sergio Massa y la secretaría de Energía Flavia Royón pueden facilitar la posibilidad de que se tenga en cuenta la mirada del litio como un recurso estratégico o más bien pueden generar que ese proceso se dé de una forma más lenta?
“Yo creo que es parte de un debate y no lo tenemos que mirar nada más en la coyuntura o en el corto plazo. Lo que sucede es que esto lleva su tiempo, por eso es un proyecto estratégico, no una botonera inmediata. Para ejemplificar esto que digo, un proyecto de exploración de litio que termine en carbonato de litio, que termine en la construcción de una planta, lleva ese proceso un mínimo de ocho años. Entonces más allá de la coyuntura de un ministro de Economía, acá nos tenemos que poner de acuerdo en un proyecto estratégico, que va a trascender como mínimo dos administraciones. Hay que hacer una discusión más de largo plazo, no inmediata. Y después, como todo, va a haber disputas de sentido de ese proyecto estratégico. Hay algunos que piensan en una Argentina extractivista, que tiene cuatro o cinco rubros, la soja, la pesca, el gas y el petróleo y ahí quieren incluir el litio y construir una Argentina produciendo esos commodities para el mercado mundial. Yo estoy en desacuerdo con esa Argentina porque a esa Argentina le sobran 20 millones de personas, yo creo, como dijo Máximo Kirchner, que los números tienen que cerrar con la gente adentro”.
Si bien es importante dar los debates y construir con miradas a largo plazo, el proceso de transición energética en el mundo sigue avanzando, la falta de decisión política y las permanentes discusiones ¿no nos puede hacer terminar más cercanos a la condena que a la gloria?
“Puede ser, pero eso también se modifica por la política. Vos fijate que la guerra Rusa-Ucraniana modifica gran parte. En algunos lugares hace acelerar el proceso de transición energética, pero al mismo tiempo en otros lugares, como en el caso de Estados Unidos, a partir de que se transformó en el primer exportador de petróleo hace que traten de estirar la vida de los combustibles fósiles. Toda esta disputa nunca hay que pensarla en pequeño. Yo acuerdo con que si nosotros no tenemos una decisión soberana, si en vez de pensar qué hacemos nosotros con nuestro litio piensan otros qué hacen con nuestro litio, lo que vamos a hacer es favorecer la transición energética en otros lugares y al mismo tiempo quedándonos con el pasivo ambiental”.
Periodista - Papá primerizo y asador de departamento.
Walter Amori nació en Villa Ramallo, en 1983, pero ya lleva más años transcurridos en La Plata que en su ciudad natal. Se recibió de Licenciado en Comunicación Social en la UNLP, lugar donde además fue docente de Opinión Pública. En la capital bonaerense trabajó en prensa institucional y desarrolló tareas periodísticas en medios privados y públicos. Desde 2018 forma parte de Pulso Noticias. Anda en eso de ver de qué se trata la vida después de empalmar paternidad primeriza y dos años de pandemia. Tiene una parrilla en el balcón con poco uso.