A cinco años del femicidio de Emma Córdoba, recorremos la nueva vida de Ana Laura González, su amiga, también víctima y sobreviviente del ataque
“Ya está, hice todo lo que estuvo a mi alcance y logramos esta condena; ahora puedo rehacer mi vida tranquila”, dijo Ana Laura González a fines de 2021 después de escuchar la condena a reclusión perpetua para Ariel Osvaldo Báez, el femicida que decidió por la vida de Emma Córdoba, su entrañable amiga, y que intentó hacer lo mismo con ella pero el destino le dio la posibilidad de seguir viviendo.
Mientras se cumplen 5 años de aquel 8 de julio de 2017, día en el que se desarrollaron los hechos en una casa ubicada en Punta Lara, Pulso Noticias te cuenta la nueva vida de Ana. Es ella un ejemplo de cómo las víctimas buscan justicia y cómo construyen desde una perspectiva, incluso de amor, para que no haya más violencia.
Hoy Ana es otra persona. Nada es lo mismo. Pero no se quedó hundida en el dolor ni haciéndose preguntas sin respuestas. Claro que para eso tuvo que trabajar mucho. Atravesar duelos. Conocer nuevas personas y hacer terapia con su psicóloga a quien considera uno de los pilares de esta nueva etapa.
Pasaron 5 años de un día que nunca podrá olvidar pero hoy se encuentra más decidida y convencida que nunca: “Mi vida es mía y voy a vivirla como me pinte”, dice con un tono de voz entre tranquilo y amable.
Emocionante jornada para recordar a Emma Córdoba con una sonrisa
SEGUIR VIVIENDO
Si bien no existe un momento, ni una sola persona a la que le pueda atribuir un cambio para poder continuar con su vida, Ana destaca sin dudar a “Facu”, quien fuera su pareja conteniéndola pero sobre todo ayudándola a abrirse nuevas puertas.
Entre sus nuevas actividades, Ana trabaja en el Ministerio de Mujeres de la Provincia de Buenos Aires un espacio en el cual, desde su lugar, puede aportar un granito de arena para ayudar a víctimas de distintos ataques de Violencia de Género. Su trabajo es administrativo y es por eso que tiene la posilibilidad de hacerlo tanto presencial como Home Officce. Además, cuenta que tres veces por semana da clases de musculación.
Justamente el entrenamiento es otro de los bastiones para Ana y es por eso que lo adoptó para este nuevo camino. Y además de todo esto, estudia nutrición. A veces puede ponerle más al estudio y otras no tanto, como toda estudiante que tiene diversas actividades. Pero ahí va, sin prisa y sin pausa.
“GIMNASIA ES MI VIDA”
Más allá de que disfruta de entrenar, estudiar y trabajar Ana tiene también sus pasatiempos: “Me gusta mucho hacer cosas al aire libre”, comenta.
Y Gimnasia, el club de sus amores, ocupa un gran lugar en su vida: “Cuando era chiquita me querían hacer de Independiente, pero yo quería ser del Lobo, ser de un equipo de La Plata y poder seguirlo. Empecé a ver los partidos con mi tío y mis primos. Una de las mejores decisiones que tomé hace tres años fue acercarme al club y empezar a militar con la gente de de la agrupación Gimnasia es pueblo. Esto de vivir Gimnasia de otra manera es algo hermoso. Es un estilo de vida”.
Femicidio de Emma: “Estoy acá por ella y por todas las mujeres”
Más allá de seguir peleando por construir una sociedad sin violencia como ella misma pretende y aporta desde su lugar para que así sea, tiene sueños y metas por cumplir: “Espero poder recibirme y aportar mi granito de arena desde lo profesional en el centro cultural que lleva el nombre de Emma en Punta Lara”.
DE ANA PARA EMMA
Fue en el verano de 2015 cuando se conocieron. Primero como compañeras de trabajo, las chicas hacían juntas todo lo que podían dentro del espacio laboral: trabajaban, comían, limpaban, charlaban, y después se iban a tomar mates a la casa de Ana. Emma dejó el trabajo para dedicarse a la carerra de Medicina en la UNLP a principios de 2016 pero eso no las separó. Ya habían sellado su amistad.
La recuerda como una persona llena de amor, con ganas de ayudar y que siempre tenía una sonrisa o una palabra de aliento: “Le diría que la amo y que la extraño un montón. Que lo mejor que me pasó en la vida fue haberla conocido. Haber compartido mi vida con ella. Le agradecería por todo lo que me enseñó y la abrazaría muchísmo. Espero que esté orgullosa de mi, de todos sus amigos, y de su familia principalmemnte por cómo sobrelleva su ausencia. Y le contaría que los perros están re bien”.
Femicidio de Emma: “Estoy acá por ella y por todas las mujeres”
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