Vecinos de Mar Chiquita llevan adelante una lucha histórica para evitar que un desarrollo inmobiliario se establezca sobre la zona de Reserva de Biósfera. Enviaron una carta a autoridades provinciales y nacionales para impedir el avance
En el medio de una pandemia de origen zoonótico y un contexto marcado por incendios de dimensiones históricas en Corrientes y luchas sociambientales como el ‘Atlanticazo’ contra la instalación de petroleras en el Mar Argentino o el ‘Chubutazo’ que freno la ley de zonificación minera, un grupo de vecinos autoconvocados luchan para evitar que se establezca un desarrollo inmobiliario privado en el Balneario Parque Mar Chiquita, sobre la zona de Reserva de Biósfera.
Con una carta que cuenta con más de 70 mil adhesiones solicitaron a autoridades bonaerenses y del gobierno nacional impedir que avance la construcción del barrio ‘Lagos del Mar’ al considerar que se sentaría un “precedente nefasto” y daría lugar “a la multiplicación de los mismos en un espacio destinado a fin de preservar la biodiversidad y proteger ambientes de vital importancia para el desarrollo humano”.
La presentación se enmarca en una batalla legal que lleva casi una década. En 2012 se iniciaron obras para implantar lo que comenzó a venderse como “Barrio Náutico Lagos del Mar”, efectuando movimientos de suelo que afectaron tanto al espejo lagunar como al humedal donde pretende construirse.
Una medida cautelar logró paralizar en 2015 los trabajos, debido a la ausencia de la Declaración de Impacto Ambiental que debe emitirse previo al inicio de cualquier obra de estas características. Ante ello los desarrolladores rebautizaron al emprendimiento como “Eco Barrio Lagos del Mar”, buscando con ello disimular su responsabilidad en el daño causado al medio ambiente.
El ámbito de la Reserva de Biosfera Parque Atlántico “Mar Chiquito” forma del programa MaB de la UNESCO. Este espacio natural es contenedor de una enorme biodiversidad, además de la única albufera del país.
Según determinó un informe realizado por la Universidad Nacional de Mar del Plata, la instalación del barrio cerrado implicaría un “aumento de riesgo de inundaciones por perturbación de los humedales”, la “alteración de la calidad y cantidad de aguas, tanto subterráneas como superficiales”, un proceso de contaminación “de las aguas superficiales de la laguna por ingreso de nutrientes”; la “salinización de las aguas subterráneas” y la “Introducción de especies exóticas” las cuales “reducen el cauce natural de la Albufera, aumentando las áreas inundables”, entre otros daños.
Emergencia costera
En el documento emitido, los vecinos señalaron que el proyecto inmobiliario “duplica al menos a la población estable del Balneario Parque Mar Chiquita, localidad que lejos está de encontrarse en emergencia habitacional” lo cual agravaría la situación de emergencia costera en la que se encuentra desde el año 1998. “Multiplicar la antropización (ocupación humana) de playas y médanos no colaborará, precisamente, a salir de dicha situación sino que la agravará al crecer el tránsito de personas y vehículos sobre las playas y el cordón de médanos costeros”, detallaron.
En Mar Chiquita habitan en la actualidad unas 300 familias mientras que el proyecto inmobiliario contempla la ocupación de 409 lotes en un área muy sensible en términos ambientales.
“Señores Funcionarios, para que quede claro: Los desarrolladores de ‘Lagos del Mar’ exigen de Ustedes, como premio a su absoluta falta de respeto a las normas, que les brinden la convalidación de la Ordenanza de Zonificación y la Declaración de Impacto Ambiental que debieron haber solicitado antes de iniciar obra alguna”, señalaron en el escrito.
“Consideramos que habilitar el avance de este Proyecto sobre la base de una grave falta original sería también una grave falta, y sentaría un precedente nefasto que habilitará la presentación de nuevos proyectos sobre el espejo lagunar allí donde las diferentes capas de Reserva tengan un resquicio legal a tal fin, y es por ello que respetuosamente solicitamos a Ustedes la denegación de la Declaración de Impacto Ambiental, y con ello la definitiva clausura de éste y cualquier otro proyecto inmobiliario de estas características en las áreas de Reserva o de transición de las mismas”, reclamaron.
La carta se hizo pública días después de que los fiduciarios del emprendimiento privado hicieran lo propio con un documento dirigido a la ministra de Gobierno bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez, en la que piden que se aceleren los trámites administrativos para darle continuidad a la inversión.
La política mete la cola
Lejos de escuchar a la Justicia, a principios de 2019 el Concejo Deliberante marchiquitense aprobó una Ordenanza, bajo la gestión del entonces intendente Carlos Ronda, que asignó la zonificación extraurbana, dando luz verde para el avance del proyecto inmobiliario.
Situación que también fue extendida durante la gestión del actual jefe comunal Jorge Paredi. Según señalaron los vecinos en su carta, “los inversores exigieron pública y agresivamente a las autoridades del Municipio la sanción de la Ordenanza 037/21, legislando sobre una cuestión cautelada”.
En diálogo con Pulso Noticias, Eduardo Santos, vecino de Mar Chiquita, manifestó que “la gestión actual volvió a sacar una nueva ordenanza de zonificación para este predio, ajustándola a lo que Ordenamiento Territorial y los propios desarrolladores piden”. Sin embargo reiteró que “sigue faltando el informe de impacto ambiental”.
Respecto a la demora sobre la definición de la situación, Santos señaló que “la pandemia tuvo que ver seguramente pero también los tiempos políticos”. “A esta gente (en relación a los desarrolladores) el cambio de gestión también los descolocó y tuvieron que ‘tender puentes’ hacia otro lado. Todas esas cosas llevan tiempo”, dijo.
“Pero el expediente sigue dando vueltas, el juez no se expidió de manera definitiva, dijo que desde lo ambiental hasta que el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) no emita finalmente la Declaración de Impacto Ambiental no pueden hacer nada. Si finalmente esto llega al OPDS y el éste se expide favorablemente se estaría cerrando esta situación”, relató. Además aclaró: “En este caso en particular tendrían que pensarlo dos veces. El juez declaró a las obras como clandestinas e ilegales”.
En la misma línea expresó: “Acá con el terreno pelado y sin mayores papeles salieron a vender y lo que se fue haciendo fue producto del aporte de los compradores. Pero los que compraron, no compraron lotes sino cuotas de un fideicomiso. Cuando todo esto termine y salga el ultimo papel, ahí pueden escriturar y tener un terreno. Este modelo se replicó a lo largo de toda la Provincia para evitar precisamente tener que invertir dinero para crear un barrio cerrado”.
“Consideramos que esto tiene que tener una salida judicial hacia quienes vendieron lo que no podían vender, los compradores deberían ser resarcidos económicamente. En ninguna cabeza cabe que dentro de una reserva se puede construir un barrio de estas dimensiones. En todo el partido de Mar Chiquita ya hay 7 emprendimientos de este tipo, el único que objetamos es el que afecta un área de reserva”, concluyó.
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