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sábado 27-04-2024

Pulso Noticias en un día de campo y abejas combativas

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Vecinas militantes de barrios populares que trabajan llevando adelante huertas y comedores como contraprestación a un programa social, visitaron el paraje rural Los Naranjos. Crónica de una picadura

por Ramiro Laterza

Fotos: Camila Flores Catino

Audiovisual: Camila Gallo

Eran decenas y decenas de abejas al acecho, zumbando con fuerza alrededor de mi traje. Cada minuto eran más y más. El humo que les tiraban para confundirlas empezó a no hacer efecto y de las diferentes colmenas salían en defensa de su reina, cual talibanes entregando su vida por Alá. De pronto el sonido se escuchaba mucho más fuerte y desde la red negra que veían mis ojos a través de la capucha protectora, uno de los insectos estaba efectivamente del lado de adentro. Minutos antes, mientras me ponía el traje, las compañeras habían sugerido que de ser picado era importante reaccionar con tranquilidad: retirarse del lugar despacio.

En el segundo que divisé que estaba en peligro intenté utilizar mis manos envueltas en guantes para apretar la obrera dentro de mi cabeza. Sentí, de manera muy clara en tacto y en sonido, que la abejita encontró un lugar para guardarse del momento tenso, reflejado en mi momento: el agujero de mi pabellón auricular. Es decir, en mi oreja derecha. Decidí seguir las sugerencias previas y apreté con esperanza pero con miedo. La abeja quedó apretada entre los dos muros de mi oreja y, antes de morir, como era de esperarse de estos talibanes, me clavó su aguijón

Cooperativistas planeros que construyen un mundo sustentable

Durante la mañana del martes 27 de febrero hubo un hecho regional que para Pulso Noticias fue relevante para divulgarlo en nuestro medio cooperativo. Dentro de un tiempo lanzaremos también el registro audiovisual de la jornada. Según el punto de vista, la noticia es un relato alegre, pero con un prisma coyuntural también puede ser tomado con tristeza y bronca, ante el intento del gobierno nacional de estigmatizar y englobar a estas militancias barriales como punteriles, vagas, castas y señalarlas como el mal de todos los argentinos. 

El movimiento social piquetero “FOL” (Frente de Organizaciones en Lucha) es parte del mapa de asambleas barriales, comedores populares y cobro de programas “Potenciar Trabajo” para este tipo de contraprestación: cocinar, limpiar, construir, cuidar niñes o sostener los cuidados de una huerta, entre otros. Y una de las particularidades de esta agrupación en nuestra ciudad es la conformación de decenas de huertas en barrios populares, tal como relatamos en esta nota. Hace pocas semanas finalizamos una microserie documental llamada “Desde La Tierra” que estaremos proyectando en un evento el próximo 15 de marzo en el Siprebo. Seguinos de cerca para enterarte.

Desde hace unos 3 años le llegó al grupo de la “Comisión Ambiental” de la organización un préstamo. Alguien había comprado un lote en el paraje Los Naranjos, en Ruta 11 antes de llegar a Magdalena, a 20km de La Plata, y por algunos años les prestaron una parte de ese lote para hacer trabajos de agricultura sustentable.

Fue allí que el grupo que da talleres de huerta en los barrios como destacamos en esta nota, compuesto en general por estudiantes y graduados de carreras vinculadas a las Ciencias Naturales de la UNLP, comenzó en 2021 a conocer el terreno y de a poco generar un proyecto de Agroforesta y de Apicultura. 

Un día de campo

Este martes lo que ocurrió fue que un grupo de unas 30 personas, mayormente mujeres, de barrios como Altos de San Lorenzo, Aeropuerto, Tolosa, San Carlos, El Peligro, El Carmen (Berisso), encargadas de las huertas con las que alimentan a los comedores, visitaron y conocieron el predio de Los Naranjos.

Parados en ronda, con un pequeño fuego encendido para ahuyentar los mosquitos que aún pululaban en la zona campera, les activistas comentaron a las trabajadoras barriales los diferentes ejes que se plantearon desde el comienzo en Los Naranjos y armaron tres comisiones en el momento para que cada una pueda estar donde le interese. 

Por un lado se reunió un grupo enfocado en “Semillas”. Tanto las huerteras barriales como las huerteras universitarias están preocupadas por construir un banco de semillas. Una biblioteca de granos para poder autoabastecerse de alimentos sanos y propios, ante el acceso cada vez más difícil y mercantilizado. Allí conversaron sobre el tema y sobre qué plantar en esta temporada que comienza. También se explicó sobre la agroforesta, un método natural y productivo amigable. Según destacaron, hay combinación de plantas por niveles, algunas más pequeñas y otras más grandes, unas de temporada y árboles para crecer durante décadas. En el método cada planta se cuida entre ellas, afirmaron. 

Luego, otro grupo de “reconocimiento” recorría la hectárea y señalaba el duro trabajo que llevó cavar muchas zanjas para hacer acequias y regar la agroforesta, el armado de “camas” para sembrar, y todas las mañanas y tardes bajo el sol, en un terreno sin árboles. También la plantación de un cordón arbóreo en paralelo a la ruta 11, la historia del préstamo del terreno del hombre que construye su casa de barro al fondo del terreno, la vecina que se sumó a colaborar y sobretodo las fuertes inundaciones que sufrieron los últimos meses que dejaron las colmenas flotando entre los vecinos y al llenar de agua todo el predio, también generó una prosperidad en algunos de los sembrados. 

Finalmente el grupo que más llamaba la atención es el apicultor: al menos se disponía de una docena de trajes completos que cubren desde los tobillos hasta el cuello, con un equipo de protección para la cabeza. Así fueron tres encargades de la Comisión Ambiental junto a unas 10 compañeras de los barrios que nunca habían vivido la experiencia. Ahí también aparecieron dos trajes más para que este grupo periodístico pueda también registrar el trabajo del día: alimentar a las abejas con un jarabe utilizado para la estimulación, encontrar cualquier vestigio de abeja reina nueva y matarla para que no se fragmente la población y también analizar cómo viene cada colmena luego que durante este año cosecharon 600 kilos de miel, distribuidos en frascos, los cuales podes pedir en @comisionambientalfol en Ig. 

Fue allí que luego de manipular algunas alzas: los cajones de la colmena donde se colocan los cuadros o panales, uno de los chicos se dirige a mí: “Mirá, levantá este, tiene 2 kg de miel adentro”, me dijo y me pasó las tijeras utilizadas para ser lo más cauto posible en la intervención. Yo, sin saber que era una herramienta para sostener con presión, una de mis dos manos inútiles no apretó y el cuadro cayó unos centímetros sobre el resto, activando una tensión en la alza que minutos después iba a tener su reacción en mi oreja.  

No es una abeja cualquiera

Mientras caminaba campo traviesa intentando mantenerme tranquilo, pensaba en una infección y un oído sordo de por vida. Rodeado de abejas con el traje de protección puesto y con un aguijón clavado y un cadáver dentro de mi oreja derecha. Veía a través de la red de la cara cómo unas 10 personas -que ya eran un solo grupo entre comisión y barrios- hacía trabajos de suelo con palas y sembraba plantines. Otras comenzaban el picado de cebollas y morrón, desgranaban choclos y preparaban la olla sobre el fuego para el futuro almuerzo colectivo. 

Las compañeras que antes me habían apretado bien el traje y ayudado para el ingreso ahora entendían que volvía con una complicación en mi tarea periodística/apícola y se acercaron con cara de preocupación y me contuvieron. Supieron que no era alérgico, tomaron una pinza para retirar el aguijón y me tranquilizaron con sugerencias como: “puede que no sea más que un ardor o una picazón, si se hincha y molesta mucho puedes poner hielo”.  A mi lado ya estaba preparada mi otra compañera de Pulso para registrar el momento único: fui orgullosamente picado por una abeja sustentable, combativa, colectiva, popular.

Es melómano y amiguero. También es periodista, docente, trabajador cultural y militante. Nació y se crió en Necochea y ahora hace más de 15 años que corta por diagonales.

Su vicio lo lleva a la sección Cultura de Pulso, pero también se puede mover por Política, Interés General y Derechos Humanos. Hace trabajos radiales para la cooperativa y da una mano para la cuestión de recursos, suscripciones, cocinar para todxs o lo que pinte. Su moto y su ansiedad lo llevan a ser de lxs más puntuales del emprendimiento.

Platense nacida en enero del ‘91. Se instaló en Capital Federal durante 10 años donde estudió Dirección de Cine en la FUC y Dirección de Fotografía en el SICA.
Sol en capricornio y fanática del trabajo. Trabajó como editora y postproductora en cortos, largos y series de TV. Creó Quinta Pared, donde unió su gusto por el cine y el teatro haciendo registros audiovisuales de obras de diferentes géneros. Trabajó por 2 años y de vez en cuando lo sigue haciendo, grabando operaciones e intervenciones quirúrgicas en diferentes sanatorios y clínicas. En la pandemia dió a luz a Yapai Audiovisual para ofrecer videos para redes a emprendedores locales.
Tiene la mala costumbre de ocupar su tiempo libre con trabajos extras que van desde Pedidos Ya en bicicleta, una sanguchería en el microcentro porteño, fotógrafa en una parrilla de la calle Florida para extranjeres que posaban mientras comían carne, fiambrera en un supermercado para apalear la crisis.
Odia la stevia en el mate y los grupos de WhatsApp.
Actualmente combina su trabajo en Pulso con atención al público en una farmacia

Fotógrafa a la que no le gusta sacarse fotos. Tardó más de un año en escribir su descripción. Nació en 1997 en Mar del Plata. Hija del medio, creció en una casa con xadres docentes, llena de libros y viendo películas en isat. A los 11 años le regalaron un mp4 que para su sorpresa tenía una cámara, desde ese momento no se despegó de cualquier dispositivo que pudiera registrar su cotidiano. Estudió fotografía en la "feliz", a los 20 años se fue a vivir a la ciudad de las diagonales con curiosidad por la imagen en movimiento. En 2022 se recibió de la Licenciatura en Artes Audiovisuales. En la facultad aprendió lo fundamental, que el cine es una disciplina colectiva. Participó de colectivos audiovisuales feministas, talleres para niñeces, festivales y ciclos de cine, y en distintos proyectos de cortometrajes, videoclips y algunos largometrajes. Se sumó a Pulso en 2023, hace trabajos de fotografía, a veces audiovisual y en redes.

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