Con una propuesta innovadora que incluye música, baile y disfraces, la agrupación liderada por Botis regresa tras varios años de ausencia. Hoy a las 21 horas en Guajira
Una banda de rock, una obra de teatro. Un viaje. La Manzana Cromática Protoplasmática regresa a los escenarios con una propuesta única en la escena emergente, que ha cultivado un cierto aire de culto entre sus seguidores. Hoy, a partir de las 21 horas en Guajira (49 entre 4 y 5), Botis y sus secuaces se reencontrarán con su público (tras varios años de ausencia) y con el mundo de fantasía que recrean, pero sobre todo con un estilo musical de extrema calidad, que viene a llenar un espacio vacío en la ciudad.
La música. En sus palabras, La Manzana es “un ensamble lisérgico de música contemporánea con actitud rock, que incorpora ritmos latinoamericanos (del reggae al huayco), improvisaciones que remiten al free jazz, samples de dibujos animados, cortinas de series de los 80” y canciones con una vuelta compositiva que traslucen sus influencias. De Miguel Abuelo a Frank Zappa, Tchaicovsky y Lisandro Aristimuño. Retoma también, en algún lugar de su liturgia, al propio tanguero Héctor Marcó, abuelo de Botis, comandante de esta nave espacial.
La teatralidad. La puesta en escena es imponente: cada uno de los músicos toca disfrazado, componiendo un personaje (Albondigón, El Niño Pochoclo, Sr.Pelele, Pinino Bravo, Vaporín) que da vida a la fantasía de un viaje intergaláctico en forma de kermese musical. Explorando el costado lúdico de la música, se convierten así en exponentes del rock teatral, con un espíritu progresivo y una actitud rockera y festiva.
El regreso. Fundada en 2005 y con dos discos en su haber, La Manzana Cromática Protoplasmática se adelantó incluso a los tiempos de la multimedia, donde todo es simultáneo, creando lenguajes que incluyen “escenografías delirantes, performances teatrales y un espíritu de misa (o la comunión obsesiva por perder la forma humana)”. De ahí el culto, el rito, que vuelve a encontrarlos con su gente tras varios años. Demasiados.
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