Paloma Giordano viene de obtener una valiosa medalla en los juegos Odesur en la disciplina esquí acuático y ya se prepara para irse a entrenar a Estados Unidos. Constancia, espíritu competitivo y amor por el deporte son las claves del éxito para la joven platense
Por Lucas Mazzuca
Con apenas 15 años, Paloma Giordano demuestra en cada respuesta ante las consultas de Pulso Noticias la madurez de una deportista que pretende llegar cada vez más lejos. La joven de Villa Elisa obtuvo una medalla de bronce en la disciplina esquí acuático en los juegos Odesur que se disputaron en Cochabamba, Bolivia, entre finales de mayo y principios de junio. “Sé que ganar una medalla no es el fin, así que tengo que seguir entrenando muy fuerte para los próximos torneos”, asegura. Justamente, el 7 de julio comenzará una preparación de tres semanas en Estados Unidos, becada por el Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento) donde si bien no lo hará por primera vez, lo cierto es que se preparará con todo para el mundial juvenil que se disputará en España durante el mes de agosto y los juegos panamericanos de noviembre.
Con un estilo particular y un virtuosismo poco habitual en el mundo del esquí acuático, llegó a estar entre las dos mejores del mundo hace cinco años, pero una lesión (se quebró el fémur entrenando) la marginó de la élite por un tiempo. Ahora afronta un presente inmejorable y tiene sueños por cumplir en el deporte que tanto ama. A pocos días de un nuevo viaje para perfeccionarse, contó su experiencia en los Odesur: “Viajé con el objetivo de entrar a finales y ganar alguna medalla, pero hasta que no estás en el agua nunca se sabe lo que puede llegar a pasar, pero me tenía confianza”. Las condiciones del lago y sus nervios le jugaron una mala pasada en los Juegos, pero Paloma supo reponerse y conquistar su primera medalla: “En figuras pasé a la final en el tercer lugar, pero en la competencia, por los nervios de ser los Odesur y de tener la presión del torneo, me fue mal, me caí y lamentablemente no pude lograr una medalla. Pero en slalom (una de las modalidades), pese a las malas condiciones que nos tocaron, pude pasar tercera a la final, y ese día me mentalicé en esquiar bien y llegar a algo bueno, y así fue como gané el tercer lugar”.
Pese a que no terminó del todo conforme con lo realizado porque quedó con la sensación de que pudo haber dado más, la joven confió respecto a la medalla de bronce que ganó: “Sentí mucha felicidad al lograrla porque las otros dos chicas, que se quedaron con el primer y segundo puesto, son muy buenas”. Al momento de dedicar su conquista, no dudó: “La medalla especialmente se la dedicó a toda mi familia. A mi mamá, que está siempre al lado mío, y a mi papá, que gracias a él estoy en este deporte y es mi entrenador al igual que Javier Julio, que siempre está detrás de todo el equipo argentino y que deja todo por nosotros”.
La joven deportista platense vivió por primera vez una experiencia de Juegos Sudamericanos y ese recuerdo no se le borrará jamás: “Cuando llegamos a la Villa Olímpica nos dijeron que teníamos que dormir en el edificio de Aruba porque el de Argentina estaba lleno. Me puso contenta que haya tantos argentinos en los Juegos. La Villa estaba muy linda y fue muy bueno cruzarnos con deportistas de otros países”.
Por otro lado, contó que gracias a la beca que le da el Enard, entre tantas cosas, cuenta con la posibilidad de continuar con los estudios, ya que con tantas horas de entrenamiento se le hacía cuesta arriba poder cumplir con las asistencias y a la vez estudiar: “Nos dan una enseñanza que nos permite terminar con los estudios. Igual, nunca me costó el hecho de no poder ir al colegio porque nunca me sentí del todo cómoda, tuve problemas como sufrir bullying, que de a poco y gracias a los consejos de mis papás que siempre están conmigo pude superarlo”.
Es justamente de su papá que sacó la pasión por el esquí acuático: “Mi amor por este deporte empezó a los 6 años, cuando él me preguntó si quería esquiar. Comencé a competir y a los 7 años gané una medalla latinoamericana, al salir tercera en figuras, una de las variantes en las que más me destaco. Desde que comencé hasta el día de hoy, mi papá ha sido mi entrenador. Me crié viéndolo a él”. En tanto que, además de destacar a su familia, Paloma no se olvida de Javier Julio, quien es su referente a nivel internacional: “Fue dos veces campeón mundial y tiene un gran recorrido. Es nuestro capitán y el que nos maneja los viajes al exterior para competir y perfeccionarnos”.
Ahora se encamina a Estados Unidos, donde estará por tres semanas entrenando y luego seguirá su recorrido en las distintas competencias que le tocará afrontar. Así, con tan sólo 15 años, Paloma Giordano vuela sobre el agua.
¿En qué consiste el esquí acuático?
El esquí acuático es un deporte en el que los esquiadores, agarrados a una cuerda, descalzos o montados sobre uno o dos esquís, se deslizan sobre el agua, tirados por lanchas motoras que se desplazan a unos 60 km/h. Está supervisado por jueces que puntúan a los participantes. Se divide en modalidades y 22 categorías desde Novato hasta Maestro y compiten según sexo y edad.
Este deporte exige buenos reflejos y equilibrio; el hecho de deslizarse a altas velocidades por la superficie del agua sobre unas estrechas tablas de madera, y practicar juegos y acrobacias, permite a cualquiera imaginar la emoción y la belleza que encierra.
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