Desde hoy hasta el viernes, en todas las escuelas públicas y privadas del país, se buscará profundizar las estrategias educativas en torno a la Educación Sexual Integral
Desde este lunes hasta el viernes próximo tiene lugar la Semana de la Educación Sexual Integral (ESI) en la Argentina. El Programa Nacional de Educación Sexual Integral comenzó a funcionar en el marco de la Ley Nº 26.150, sancionada en el año 2006. La misma establece el derecho de las y los estudiantes de los distintos niveles del sistema educativo a recibir ESI, en todas las escuelas públicas y privadas, laicas y confesionales del país.
Vale aclarar que la Educación Sexual Integral no es sólo “hablar de relaciones sexuales”, sino también de otros aspectos que abarcan el respeto a la diversidad, el consentimiento, el cuidado del propio cuerpo, así como el del otro, concientizar sobre las nuevas formas de organización familiar, la prevención del abuso sexual en la infancia y adolescencia, la valoración y el respeto a la intimidad.
Según lo establece el Calendario Escolar 2021, en concordancia con la Ley Nacional y la Ley Provincial N° 14.744, el objetivo de la Semana de la ESI se basa en profundizar en estrategias educativas de la mano de una comisión interdisciplinaria de especialistas en la temática.
En el marco de esta fecha especial, el Defensor del Pueblo Adjunto de la Provincia de Buenos Aires, Walter Martello, señaló que “distintos cambios sociales y culturales registrados en los últimos 15 años ponen de manifiesto la necesidad de ampliar los horizontes de los derechos instituidos”.
A propósito de esta inquietud, desde el Observatorio de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del organismo provincial se proponen una serie de acciones:
• Añadir el respeto a la diversidad sexual y de género con carácter formativo, basado en conocimientos científicos y laicos.
• Modificar el criterio normativo para que la definición de Educación Sexual Integral contemple principios de diversidad sociocultural, de géneros y de diversidad de las personas con discapacidad. Una propuesta concreta a tener en cuenta es el proyecto de ley que fue presentado, con igual objetivo, por la diputada provincial Mariana Larroque.
• Modificar el artículo 5 de la Ley 26150 ya que actualmente otorga una solapada discrecionalidad a las comunidades educativas para que puedan adaptar la ESI “en función de las convicciones de sus miembros”. El último párrafo del artículo vigente suele ser tomado para desvirtuar el programa de educación sexual integral.
• Incluir en la Ley 14744, dentro de las funciones del organismo de aplicación, visibilizar, promover y garantizar los derechos sexuales y reproductivos de las personas con discapacidad.
• Incorporar la educación digital dentro de la Educación Sexual Integral para brindar herramientas efectivas para la prevención de delitos informáticos como el grooming.
Según Martello, algunas de estas ideas ya están contempladas en distintos proyectos de ley y su implementación “podría permitir consolidar y expandir la ESI como política de Estado”.
El último relevamiento oficial muestra la existencia de una fuerte inquietud en las y los estudiantes secundarios para que se profundicen algunos contenidos. Por caso, el 47.5% considera que se deben reforzar aquellos contenidos de la ESI vinculados a la prevención de infecciones de transmisión sexual e indicadores similares se registran respecto a otras temáticas como el embarazo no intencional en la adolescencia y los métodos anticonceptivos (47,3%); y la violencia de género en la adolescencia (46,8%).
“No debemos olvidar que la Educación Sexual Integral es un Derecho Humano en sí mismo. Nos asegura que podamos acceder en igualdad: a la salud, a la información, al cuidado del propio cuerpo y a tomar decisiones libres sobre nuestros derechos sexuales y reproductivos”, finalizó Martello.
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