A última hora del lunes, el Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia se comprometió a reincorporar a Ailén Melgarejo, quien había sido despedida tras denunciar violencia de género por parte de sus superiores.
Este martes 6 de diciembre dos seccionales del gremio ATE, junto a organizaciones de mujeres y feministas, tenían previsto movilizar a la sede central del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia de la Provincia de Buenos Aires (OPNYA) en La Plata para exigir la inmediata reincorporación de la trabajadora Ailén Melgarejo.
Sin embargo, esta mañana la seccional Sur (Lomas de Zamora) de ATE informó que el lunes a última hora había sido confirmada la reincorporación de Melgarejo, por lo que suspendieron la medida que tenían previsto realizar hoy.
“Ante la decisión del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia comunicada a nuestra seccional a través de ATE Provincia de que se reincorporará a Ailen Melgarejo, y que a su vez ninguna de las compañeras que padecieron violencia laboral y violencia de género sufrirán descuentos en sus haberes, decidimos tomar ese compromiso y no concretar lo acordado para la jornada de hoy”, explicaron desde el gremio.
A su vez, remarcaron que las autoridades del organismo “se comprometen a conformar un equipo de psicólogxs y profesionales con perspectiva de género con el objetivo de abordar las situaciones denunciadas y acompañar a quienes fueron violentadas”.
Según señalaron, la reincorporación fue informada en “una reunión sostenida entre Germán Urman, director ejecutivo del OPNyA, Viviana Arcidiacono, Subsecretaria de Responsabilidad Penal Juvenil, y Juan Murgia, secretario gremial de ATE Provincia”.
“Por supuesto, quedamos en estado de alerta en nuestros lugares de trabajo, organizadxs, y con la plena disposición a movilizar en caso de que no se concrete todo lo mencionado”, afirmaron desde la seccional de ATE.
Las razones de un despido arbitrario
Melgarejo había sido despedida el pasado 7 de noviembre del Centro de Contención de Glew, dependiente del OPNYA, por “razones de servicio”, aunque las sospechas apuntaban a otro lado: hacía tiempo que Ailén y otras compañeras venían realizando denuncias de violencia laboral y violencia de género contra quienes fueron las autoridades de esa área hasta fines de octubre: Juan Storino y Nestor Armoa.
“Las denuncias por maltratos verbales, ninguneos, impedimento de licencias médicas, amenazas y persecución constante, fueron elevadas al OPNYA y efectuadas en los organismos judiciales competentes. Esta situación no es novedosa: Storino y Armoa vienen acumulando denuncias y compañeras han renunciado a sus puestos laborales debido a la perpetración de este entramado de violencias”, habían manifestado desde el gremio estatal a través de un comunicado.
La mayor crítica que se le hace al organismo es que su área de género no solo no aplicó los protocolos que afirma promover en situaciones de violencia de género, sino que además ignoró el caso de Melgarejo: “No ha escuchado a las trabajadoras denunciantes, y no intervino ante el despido de Ailén, quien venía realizando las denuncias”. Los denunciados, mientras tanto, siguen ejerciendo cargos directivos en otras dependencias.
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