A la madrugada balearon a uno de sus compañeros en un intento de robo y estalló la bronca. Afirman que todos los días sufren asaltos y salen a trabajar con miedo. Piden medidas de seguridad y mejores condiciones laborales
Por David Barresi
“Salimos a trabajar con miedo, con el peso en la espalda de la mochilita de Glovo, porque ya te ven y te fichan”, afirmó una de las trabajadoras de la empresa de envíos a domicilio que desde febrero se instaló en la ciudad. Este sábado por la noche, uno de sus compañeros recibió dos disparos en un intento de robo, por lo que fue trasladado de urgencia al Hospital San Martín, donde fue intervenido quirúrgicamente.
Se trata de Kevin Sanhueza, un joven de 26 años oriundo de Neuquén y estudiante de la UNLP. Esa madrugada había llegado con su bicicleta a dejar un pedido en 16, entre 42 y 43, y recibió dos balazos al ser asaltado. Según transmitieron sus compañeros, ahora se encuentra estable aunque en terapia intensiva, y los médicos están a la espera de ver cómo evoluciona.
Al enterarse de la noticia, la bronca estalló de inmediato entre los trabajadores de Glovo y también de Pedidos Ya, la otra app que realiza el mismo servicio. Según informaron, es el tercer hecho de gravedad que sufren en dos meses: a fines de septiembre un repartidor había sido apuñalado y a mediados de octubre otro había sufrido un violento robo en el que le apuntaron con un arma en la cabeza.
Ayer se reunieron a las 15, frente a Plaza Moreno, en la Torre I. Ni bien se armó la asamblea, la solidaridad brotó inmediatamente: enseguida empezaron a pasar un sobre en el que cada uno puso el dinero que podía para solventar los gastos que necesitara su compañero hospitalizado. De hecho, ni bien sucedió el trágico episodio, se habían comunicado con su familia y juntaron los fondos para que su madre pudiera venir de inmediato desde Neuquén. La fueron a buscar a Aeroparque, y ya se encuentra en la ciudad junto a su hijo.
La segunda resolución que tomaron fue visibilizar su reclamo: quieren trabajar seguros y mejorar sus condiciones de trabajo. Para esto resolvieron cortar la intersección de 12 y 53. “Todos los días nos pasa, en cualquier zona de la ciudad. No tiene que ver con que tomamos pedidos en zonas alejadas, en cualquier lado”, señaló otra de las repartidoras.
“Decidimos decir basta. Queremos alguna respuesta, somos varias chicas también laburando, en moto, en bici, desprotegidas totalmente, todo el día, y los pedidos son al azar, no los elegís, te puede tocar acá en el centro o ir hasta Ringuelet, Los Hornos, Altos de San Lorenzo, donde sea. Todos estamos expuestos y las chicas más, porque salimos con miedo. Esto hay que cortarlo. Es el tercer compañero al que le pasó algo grave. Mañana puedo ser yo, ella, cualquiera”, agregó.
Mientras los trabajadores se comunicaban a la madrugada para ayudar a Sanhueza, juntar los fondos necesarios y acompañar a su madre, los gerentes de la empresa estaban preocupados porque “en La Plata no se estaban tomando pedidos”. Los trabajadores de las app se vienen organizando desde hace más de tres meses en la ciudad ya que el nivel de exposición y precarización con el que trabajan se vuelve insostenible.
“Para hacerle algún reclamo a la empresa te dicen que lo hagas vía mail, o sacar un turno para poder hablar con alguien. Así se dificulta todo”, remarcaba otra de las trabajadoras. De hecho, los representantes de Glovo llegaron a amenazar con retirarse de la ciudad si los repartidores continuaban con sus protestas o intentaban armar un sindicato que los represente.
Los trabajadores que ayer se reunieron a metros de la Municipalidad no ven otra opción que continuar reclamando por sus derechos. “Así no se puede seguir”, decían. Si hay algo que parecen tener en claro es que sólo se tienen a sí mismos, y que en situaciones graves como la que ocurrió anoche, donde ni la empresa ni ningún organismo del Estado les ofrece respuestas, sólo su propia unidad, solidaridad y organización podrá aportarles alguna solución.
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