“Después de años de trabajo silencioso hemos crecido y nos hemos hecho más fuertes”, afirmaron en su comunicado de prensa
En la tierra de Pancho Villa y Emiliano Zapata, en el patio trasero de la potencia mundial y donde día a día aumentan los crímenes por el narcoestado y las desapariciones de luchadores, se desarrolla otro modo de organización del pueblo. Otro tipo de democracia.
Así es como en el sureste mexicano, específicamente en Chiapas, el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) informó la creación de 11 nuevos “Caracoles” con su Junta de Buen Gobierno (autoridades del gobierno autónomo) más 16 municipios autónomos rebeldes.
“Después de años de trabajo silencioso, a pesar del cerco, a pesar de las campañas de mentiras, a pesar de las difamaciones, a pesar de los patrullajes militares, a pesar de la Guardia Nacional, a pesar de las campañas contrainsurgentes disfrazadas de programas sociales, a pesar del olvido y el desprecio, hemos crecido y nos hemos hecho más fuertes”, afirman en su comunicado de prensa.
La Junta de Buen Gobierno está conformada por delegados y delegadas (entre 20 y 24 integrantes) elegidos en las asambleas de los municipios autónomos de cada territorio, y son quienes gobiernan la zona de cada Caracol. Allí coordinan las áreas de trabajo como son educación, comercio, salud, comunicación, justicia, agrario, tránsito, proyectos, y hasta el Banco Popular Autónomo Zapatista (Banpaz). Siempre sosteniendo su matriz comunitaria del “mandar obedeciendo”.
“Sabíamos y sabemos que nuestra libertad sólo será obra de nosotros mismos, los pueblos originarios. Con el nuevo capataz en México, siguió también la persecución y la muerte: en apenas unos meses, una decena de compañeros del Congreso Nacional Indígena-Concejo Indígena de Gobierno, luchadores sociales, fueron asesinados”, expresan en su comunicado. Y agregan: “entre ellos, un hermano muy respetado por los pueblos zapatistas: Samir Flores Soberanes, ultimado después de ser señalado por el capataz que, además, sigue adelante con los megaproyectos neoliberales que desaparecen pueblos enteros, destruyen la naturaleza, y convierten la sangre de los pueblos originarios en ganancia de los grandes capitales”.
En ese contexto, anuncian nuevos Caracoles y más municipios autónomos rebeldes zapatistas en nuevas zonas del sureste mexicano para enfrentar los avances capitalistas, los megaproyectos neoliberales y la masacre a los pueblos originarios. “En lugar de escalar en los cargos de los malos gobiernos o convertirnos en una mala copia de quienes nos humillan y oprimen, nuestra inteligencia y saber se dedicó a nuestro propio crecimiento y fortaleza”, señalan.
Asimismo, convocan al resto de las organizaciones del Congreso Nacional Indígena a sumarse a la construcción de los gobiernos autónomos, como también a todos los colectivos del mundo que pregonan la libertad, solidaridad y apoyo mutuo de los pueblos.
Para finalizar su comunicado, enuncian: “aquí estamos, somos zapatistas. Para que nos miraran, nos cubrimos el rostro; para que nos nombraran, negamos nuestro nombre; apostamos el presente para tener futuro, y, para vivir, morimos. Somos zapatistas, mayoritariamente indígenas de raíces mayas, y no nos vendemos, no nos rendimos y no claudicamos. Somos rebeldía y resistencia. Somos uno de tantos mazos que romperán los muros, uno de tantos vientos que barrerán la tierra, y una de tantas semillas de las que nacerán otros mundos”.
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