Son seis trabajadores de nueve los que quedaron fuera de la corresponsalía de la ciudad
Por Paulina Tarantino
Conocí a Diana Lopez Gisberts en Gráfica 3, la mejor materia que tuve en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP. Sus correcciones eran tan certeras como fulminantes: me devolvía los trabajos llenos de rojos y a cada tachón colocaba un “simplifique”. A lo largo de la cursada me desaprobó cuatro prácticos, y para octubre, cuando yo sumaba cuatro no entregas, perdí la materia. Yo lloraba y le pedía una oportunidad. Pero me dijo -con toda la razón del mundo- “si hubieras hecho los trabajos sí, pero esas no entregas demuestran falta de compromiso”.
Con el tiempo entendí que Diana me había enseñado las dos cosas más importantes para un periodista: que la escritura fluye más sobre oraciones simples y que el periodismo es un ejercicio de constancia.
Hoy, después de seis años, la volví a ver. Y también me hizo llorar.
La entrevisté por casi dos horas y me explicó que la única manera de ayudar era contando su historia, la historia de los despedidos de la agencia de noticias Télam en la corresponsalía de La Plata. “Porque no somos un número”, dijo.
Diana tiene 47 años. Hace 24 que trabaja en la redacción de la agencia estatal. Sigue manteniendo el trabajo en la facultad donde la conocí. Escribió dos libros. Dirigió cinco tesis. Cría sola a su hijo de 7 años. Éste, el de redactora especial de Télam, es su trabajo de cabecera con el que paga el alquiler de su casa. “Hemos revertido dos cierres, uno firmado por decreto y publicado en el Boletín Oficial; esto es un ajuste salvaje, pero vamos a persistir”, expresó.
En total, nueve trabajadores ocupan la corresponsalía de calle 47 entre 12 y 13. Sólo a tres de ellos les llegó el mail salvador que se viralizó por las redes sociales y que reza el siguiente texto: “Sos parte de la Nueva Agencia Télam, confiamos en vos para la construcción de una agencia profesional”. Los demás, poco a poco reciben los telegramas. Hasta ahora, tres de ellos.
El martes, el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, había dicho en Radio Mitre que 354 trabajadores de todo el país iban a ser desvinculados de Télam por “recorte presupuestario” y por la circunstancia de que que el plantel de trabajadores de la empresa “se duplicó irresponsablemente entre 2003 y 2015”.
“La intención que tienen es minar la calidad del trabajo diario y el espíritu federalista de la agencia”, enfatizó Diana, “recordemos que Telam tiene una redacción en cada una de las provincias de la Argentina. ¿Cómo se va a informar la gente ahora?”, preguntó.
Al lado de Diana se encuentra Osvaldo Fanjul. Quienes van a la cancha del Lobo o a ver al Pincha lo conocen. Quienes escuchan radio también. Los colegas del periodismo deportivo lo asocian a trayectoria y referencia local. “Soy un cabeza de pelota desde toda mi vida”, dijo Osvaldo.
Tiene 55 años y fue el primero que recibió el telegrama de despido, en el domicilio de sus padres. “Cuando me avisó mi vieja se me cayó la Catedral encima”, expresó.
Osvaldo trabajó para TyC sports, Radio la Red, Cablevisión, Diario El Día y Radio Gol. Hacía siete años que estaba en Télam. “Acá me redescubrí como profesional, porque incursioné en otras secciones que no eran la deportiva y me sentí a gusto”, concluyó. Actualmente, trabaja en 0221 radio y como docente de Periodismo Deportivo en la casa de estudios local. “En casa el reloj suena a las 6.15 y no paro hasta las ocho de la noche, porque amo lo que hago”, contó. Sin este trabajo, su vida y la de su pareja sufren un descalabro económico. “Ya no soy un pibe, y nuestra profesión está siendo muy maltratada, quiero ser optimista pero estoy muy golpeado”.
Somos un medio de comunicación cooperativo que se conformó luego de los despidos ilegales en el diario Hoy y en la radio Red 92 de La Plata, sucedidos a principios de 2018.
Sin laburo y con la intención de mantener nuestros puestos de trabajo, un grupo de periodistas, correctorxs, fotógrafes, locutorxs, productorxs audiovisuales y diseñadorxs decidimos organizarnos de forma colectiva.