Pulso Noticias dialogó con Darío Balvidares, autor del libro que se presenta este jueves en La Plata y que señala al ministro de Educación, Sánchez Zinny, como una de los principales beneficiados con las “reformas educativas”
Mañana jueves a las 18 horas en la Facultad de Exactas (50 y 115) se presentará La educación en la era corporativa (la trama de la desposesión), libro donde se investiga la amplia red de empresas, fundaciones y ONGs que, gracias a su vinculación con funcionarios de primera línea del gobierno provincial y nacional, están haciendo negocios multimillonarios con la educación. Pulso Noticias dialogó con Darío Balvidares, Licenciado y Profesor en Letras, su autor, quien remarcó que las reformas educativas “vienen del centro del mercado mundial” y que pegan de lleno en un sistema educativo como el de la Provincia de Buenos Aires, con escuelas sin estufas en pleno invierno.
Darío, ¿Cuál es el negocio de la educación?
El negocio no es más poner una escuela privada, donde necesitabas un capital inicial. La educación como negocio es la endoprivatización, desde adentro del propio sistema, en la competencia entre la escuela privada y la pública, y la exoprivatización, es decir, todo lo periférico, como las pruebas estandarizadas PISA, un gran negocio mundial que son invento de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Según estimaciones, el mercado educativo mundial está valuado en 3 trillones de dólares. Un número increíble, pero no descabellado para un sector que cotiza en bolsa.
¿Qué funcionarios están involucrados?
(El ministro de Educación de la provincia) Sánchez Zinny es un privatizador serial ya desde los años 90, cuando integraba el grupo Sophia y decía que era escandaloso el estatuto del docente. Además de tener cuentas offshore, según revelaron los Panamá Pappers, ha creado varias fundaciones o empresas de servicios educativos vinculadas a Bancos de Estados Unidos junto con Esteban Bullrich.
En 2012 Sánchez Zinny crea Kuepa.com, empresa de provisión de servicios informáticos y “bachilleratos online para adultos”. Un año después, es denunciada por haber accedido a una base de datos de alumnos porteños, entregada por Bullrich (en ese entonces ministro de Educación de la Ciudad), a quienes les enviaba mails invitándolos a terminar el secundario en tiempo breve y a cambio de 495 pesos.
¿Qué implica este avance del mercado para alumnos y docentes?
La reforma educativa es polisémica, pues hay una fuerte cuestión ideológica. Buscan diseñar un nuevo sujeto educativo para el nuevo mercado de trabajo. De hecho, en las reformas desaparece el concepto trabajo y es cambiado por el de empleo. El fin último de la educación pasa a ser la empleabilidad.
En el prólogo de La Educación en la era corporativa, Andrea Arrigoni da pie a la investigación de Balvidares, señalando que estas reformas “retroalimentan la concepción de una formación destinada a producir sujetos sin historia, ni geografía, sin derechos laborales ni colectivos, individuos funcionales y descartables a modo de las necesidades de la economía del mercado”.
Alfredo Grande, quien también prologó el libro, agregó: “Las industrias más rentables en el mundo de la inmundicia capitalista son las armas, los medicamentos, la pornografía… y la educación”.
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