Así se lo dijo a Pulso Noticias el cantautor Víctor Heredia, quien se mostró disconforme con la realidad que vive el país. Además, hizo un repaso de su carrera y de lo que significa la música en su vida a los 71 años de edad
Siempre comprometido con la realidad que le toca vivir, Víctor Heredia se ha transformado con el correr de los años en una de las voces autorizadas de nuestra cultura para plasmar en canciones lo que nos toca vivir a los argentinos.
Víctor Ramón Cornu Heredia, como reza su nombre completo en el documento de identidad, comenzó su incursión en la música en enero de 1967 en el tradicional Festival de Cosquín con tan solo 19 años de edad, y desde ese mismo momento llevó adelante una vida plagada de éxitos que lo llevaron a ser uno de los cantautores más queridos por los argentinos.
Creador de himnos populares como “El Viejo Matías”, “Todavía cantamos”, “Sobreviviendo”, “Informe de la situación”, “Dulce Daniela”, “Razón de vivir” o “Aquellos soldaditos de plomo”, el artista oriundo de Paso del Rey lanzó a fines del año pasado su CD doble “50 en vuelo” en donde festejó sus 50 años de carrera con la música cantando con amigos en versiones renovadas de sus títulos más conocidos.
En esta entrevista con Pulso Noticias, el cantor popular hace una concienzudo análisis de la realidad que vive la Argentina, un repaso sobre su extensa trayectoria con la música, así como también nos da su visión del mundo ante las nuevas tecnologías, el recuerdo imborrable de su amiga Mercedes Sosa, y de lo que significa la relación que mantiene con el público de la ciudad de La Plata.
– ¿Cómo vivió el lanzamiento de su último disco “50 en vuelo”?
La verdad que lo viví como una celebración de mis 50 años con la música. No hay ninguna persona en el mundo que quiera pasar el cumpleaños sin sus amigos, y yo a la gente que me sigue y que busca mis canciones y que me considera como artista, obviamente que yo la considero parte de mis amigos. Es eso, es mi cumpleaños número 50 con la música y que lo quiero compartir con todos mis seguidores.
– Esta celebración de su extensa carrera con un disco doble lo lleva a recorrer toda la Argentina. ¿Cómo vive toda esta situación?
– El disco salió en octubre de 2017 y lo presentamos en noviembre y desde entonces hemos tenido una recepción extraordinaria en el público, donde hemos estado segundos en ventas físicas en la compañía grabadora. Estamos llenando gratamente todos los teatros en donde nos estamos presentando.
– Justamente hablando del tema de las ventas de discos, parece mentira que en un tiempo donde lo que mandan son las tecnologías y las redes sociales, pudiendo tener al instante las canciones y los discos nuevos, tener semejante nivel de ventas y repercusión en la gente. ¿Cómo toma un músico de su talle este hecho?
– Es algo que me tomó por sorpresa, porque la verdad que no tenía demasiada expectativa en eso porque en general en estos días se baja todo desde las redes sociales y nos gratifica tener semejante nivel de ventas físicas del disco. Yo siempre les cuento a mis hijos lo maravilloso que era esperar en las puertas de las disquerías la salida del último disco del artista que uno seguía, y cuando tenías en la mano aquellos viejos LP p ahora los CDs con el librito y las indicaciones, las letras, las fotografías y otros chiches, uno se entusiasmaba mucho, era como un ritual el poner el disco y sentarse ahí a hojear el libro, seguir las letras, algo que ahora prácticamente no sucede. El otro día me comentaba un amigo mío que fue a comprar un auto y estaba enojadísimo porque no tenía CD, ya que ahora las tecnologías han cambiado tanto que ya no tienen los soportes para escuchar los CD.
– A los chicos de ahora cuando se les habla del surco, de las púas y no saben de los que se les está hablando, no saben lo que era dar vuelta un disco para escucharlo de los dos lados, todas cosas que también pasan hoy en día, ¿no?
– Sí, totalmente. Ese ruidito que hacía el surco antes de iniciar la música era parte del ritual. Si yo no tengo eso me parece que me está faltando algo, pero es verdad que ahora los chicos no entienden cuando uno le habla de ese tipo de cosas y de la emoción que sentía uno cuando ponía un disco y se sentaba a escucharlo, ahora es como que la velocidad que ha adquirido el mundo no ha dejado tiempo para eso.
– Igualmente usted se ha sabido aclimatar a las nuevas tecnologías con sus cuentas de Facebook, de Twitter y habla siempre a través de ellas
– Yo escribo siempre en ellas pero la verdad que hay otra gente que lo maneja porque realmente no me queda tiempo para manejarlo yo mismo. Yo escribo y sí entro a responder los mensajes que me deja la gente, pero si lo tuviera que armar y manejar todo no lo podría hacer y no lo sé hacer, esa es la verdad.
– ¿Qué le pasa cuando contesta todos los mensajes que le deja la gente en las redes sociales?
– A mí me da mucho placer porque tengo un contacto muy directo con la gente que me escribe, así que les respondo con mucha alegría y con mucho afecto, a la vez que me nutro para mi trabajo de muchas de las experiencias e historias que ellos me cuentan.
– ¿Cómo ve la situación que vive la Argentina en estos momentos?
– La Argentina atraviesa un momento difícil y complejo, donde vemos cómo las políticas económicas que lleva adelante el gobierno nacional lleva a que bajen los ingresos de los argentinos y llegar a fin de mes sea casi una misión imposible para la mayoría de las personas. La gente humilde pasa por grandes dificultades, los comedores populares revientan de gente porque no hay plata en las casas para darle de comer a los hijos, la pobreza aumenta en forma alarmante, y acuerdos como los firmados con el FMI, en vez darnos un optimismo de cara a lo que se viene nos hace ser pesimistas porque los argentinos ya hemos vivido estas historias y sabemos cómo acaban las mismas.
– ¿Es un momento complicado el que vive la democracia por estos días en nuestro país?
– Yo siempre digo que debemos honrar la democracia con todas las letras, y una forma de hacerlo es respetando al gobierno que está hoy en día que ganó por la voluntad y el voto popular, y por más que no compartamos sus ideas y sus proyectos, ayudar desde nuestro lugar para que se hagan mejor las cosas y podamos salir adelante. Igualmente debo decir que la baja en el poder adquisitivo de los argentinos, el aumento del desempleo, las Pymes cerrando sus puertas, el hambre acechando las puertas de los más pobres, son todas cosas que hacen que como argentinos también le pidamos al gobierno que cumpla con la palabra que le había dado a la gente en épocas de campaña, porque muchas de las cosas que vemos hoy no son lo que prometieron, sino todo lo contrario.
– ¿Cree que las autoridades no dan la importancia que se merece a la crisis que atraviesa el país?
– No sé que pasa por la cabeza de los que nos mandan en estos momentos. Yo tengo una capacidad económica que pude hacer a lo largo de los años que a mí no me alcanza, pero eso no hace que no vea que la crisis llega a los más pobres de forma alarmante, no pudiendo comprar comida, debiendo elegir entre comprar comida o pagar una factura de los servicios por los tarifazos impagables que sufrimos. A m{i no me falta el pan en la mesa, pero esta política económica hace que cada vez los argentinos lleven menos pan a sus mesas, y lo que más sufren son los más necesitados, especialmente los más chicos y los más viejos.
– ¿Un artista debe estar comprometido con la realidad?
– No queda otra. Un artista sí o sí debe estar comprometido con la realidad que vive su pueblo, aunque en mi caso ser un artista comprometido me trajo muchos dolores de cabeza y sufrimientos personales, con años de censura durante la dictadura genocida y mucho dolor familiar
– Usted tiene una canción “Aquellos soldaditos de plomo” que habla de la guerra. Cuándo ve todo lo que pasa en el mundo relacionado con las guerras, ¿qué es lo que siente?
– Aquellos soldaditos de plomo está escrita desde el deseo de que después de la dictadura genocida que se recomponga la relación que tenían las Fuerzas Armadas con el pueblo argentino, pidiendo que se transforme en una fuerza democrática y no en algo antidemocrático como fue durante la época de la dictadura. Después cuando uno ve lo que pasa en Siria y en otros lugares del mundo con las guerras, lo único que me ocasiona es una profunda tristeza, donde yo he visto muchas cosas, desde la guerra de Vietnam a la de Malvinas, y uno siempre tiene la sensación con lo de Siria, lo de Afganistán, lo que pasa en Palestina, es todo tan tremendo y la verdad que no me entra en la cabeza de que los seres humanos nos podamos comportar de esta manera. Es horroroso lo que está pasando. Yo no creo en las guerras sin consecuencias, donde cualquier tipo de ataque y de situación violenta que viven algunos pueblos, genera algún daño colateral, ya que hoy hay seis millones de evacuados en Siria, lo cual es una locura.
– ¿Qué cree que nos está faltando como sociedad respecto a los valores?
– Hemos perdido humanidad. Creo que este mercadeo que se ha hecho de nuestras vidas, esta supuesta necesidad que debemos “obligadamente” tener todos en relación a nuestro patrimonio, a los objetos suntuarios y otras cosas, nos ha deshumanizado de tal manera que pasa esto. Las grandes potencias siguen peleando esas guerras, ya no por ideología o en defensa de la paz o de la libertad, sino que lo hacen concretamente por un beneficio económico, y me parece tremendo que a esta altura de la historia de la humanidad siga pasando esto, es tremendamente horroroso.
– Dejando ya la realidad y pasando otra vez a la parte musical, ¿cuál es el disco de soporte que a Víctor Heredia lo conmueve y lo lleva en el auto para ir escuchándolo?
– En realidad pongo mucho a la Negra Sosa. A mí me une hace mucho tiempo algo muy sensible y emotivo con Mercedes y me encanta escucharla cantar, así que tengo la vieja costumbre y un viejo tocadiscos de poner ahí los artistas que me gustan. Si bien escucho a muchos artistas y amigos, lo que escucho siempre y que me llega a lo más profundo del corazón, es a Mercedes. Le doy play y que me sorprenda siempre con su voz, ya que siempre le encuentro algo nuevo a Mercedes.
– ¿Qué significó la figura de Mercedes Sosa para usted?
– Yo siempre digo que para mí Mercedes fue como una segunda mamá, teníamos una relación casi de madre e hijo. La extraño todos los días, ya que siempre me acuerdo de ella a cada rato, de las conversaciones que teníamos, de los consejos que me daba, de su coherencia en la vida. Una persona que marcó mi vida para siempre, que dejó su semilla en mí, de eso no hay dudas y por lo que le estaré eternamente agradecido. Otra de las cosas que siempre comento es que a mí me temblaban las piernas cada vez que entraba a cantar con ella, porque sabía que tenían que rendir y no la podía defraudar por todo lo que ella confiaba en mí y me quería.
– ¿Qué siente cuando participa de programas de televisión o de radio, de recitales o de eventos con grandes personajes del mundo de la música y que a muchos de ellos los tiene con una relación de amistad muy cercana?
– Cuando uno se reúne con amigos, con musicazos impresionantes como por ejemplo León Gieco, a uno lo que le entra es una sensación de profundo respeto, y por otra parte, estar con esos artistas increíbles a uno lo inhibe un poquito ya que yo soy bastante tímido en ese sentido. Es muy grato y un placen inmenso estar con amigos arriba de un escenario y compartir con ellos momentos musicales, siempre lo he tomado de esa manera y no dejo de emocionarme como el primer día que subí a cantar con la Negra.
– ¿Cuáles fueron sus primeros contactos con la música, con los instrumentos y con el arte en general?
– Cuando uno tiene una vocación, la verdad que uno se arregla con lo que tiene. MI viejo en mi época no tenía dinero suficiente para poder comprar un piano, por lo que yo empecé estudiando piano, y las lecciones me las estudiaba en una madera que me había armado mi viejo donde me había pintado las teclas y yo estudiaba las lecciones en eso, lo cual me facilitó algo muy extraordinario, que es que aprendí a solfear y a cantar lo que solfeaba, o sea que todavía se me hizo más intensivo el estudio musical. Luego pasó el tiempo, mi viejo se dio cuenta que yo me aburría, y cuando cumplía 10 años me trajo mi primer guitarra y me dijo: “A ver si con esto te divertís más”, y aquí estoy hasta esto que ven ahora he llegado.
– Desde aquella primera participación en Cosquín en 1967 con solo 19 años, ¿cuáles son los sentimientos que tiene a la hora de seguir cantando arriba de un escenario?
– La sensación en principio es la de responsabilidad, lo que te provoca cierta inquietud, por lo cual cada vez que vas a pisar un escenario lo primero en lo que pensás es en que te vas a olvidar la letra, en que los equipos de sonido funcionen correctamente, todas cosas que hacen que uno se pueda comunicar como corresponde con el público. Lo más lindo que le puede pasar a un artista es obtener esa comunicación y ese diálogo con la gente, tener la oportunidad de decir lo que uno siente verdaderamente y entender que la gente lo está recibiendo de buena manera.
– ¿Todavía tiene miedo de olvidarse la letra?
– (Risas) Pasa eso. Yo no conozco a ningún artista que no piense en eso, aunque uno lo evita a ese miedo cuando sube a un escenario, pero en la cabeza las letras y los versos te van apareciendo, sobre todo para el que los escribe como es el caso mío, pero siempre tenés ese duendecito que te dice “guarda, no te distraigas, seguí pensando para no olvidarte”.
– Hay muchos artistas que están cansados de que le hagan cierto tipo de preguntas sobre su vida o su carrera. ¿Hay algo de lo cual esté cansado que le preguntan o que ya no quiera responder?
– La verdad que no, porque yo creo que cuando la gente pregunta no es solo por curiosidad, sino también porque tiene el afán de enriquecerse, así que a mí la verdad que no me molesta nada y me pueden preguntar siempre lo que quieran sin problemas.
– ¿Lo mismo le pasa con las canciones?, porque hay intérpretes que por ahí se aburren de que le pidan ciertas canciones en sus espectáculos
– No, no me pasa eso, porque yo siento que las canciones son el puente, el nexo entre mi espíritu y el corazón de la gente, y a esto hay que agradecerlo. Comprendo que haya algún artistas que se aburra de tocar siempre la misma canción, ero yo no toco siempre la misma, ya que el repertorio va siempre variando y se torna circular donde voy mostrando distintas etapas de mi vida y de mi carrera, pero hay algunas canciones que obligadamente tienen que estar porque fueron estableciendo ese nexo y ese puente con la gente, o sea que cómo me voy a negar o me va a aburrir cantar El Viejo Matías.
– ¿Y cómo hace para no aburrirse?
– No me aburro porque cada vez que la canto lo hago de una manera distinta y la gente la percibe siempre de una manera distinta y yo siente siempre esa emoción. Siento la emoción de la gente y a su vez yo también me emociono y lo disfruto, porque por otra parte es la canción que me puso en el corazón de mucha gente, así que cómo me voy a aburrir de cantarla, todo lo contrario, lo disfruto.
– ¿Qué significa la ciudad de La Plata para usted?
– La Plata es una ciudad entrañable con escenarios maravillosos para actuar como es el caso del Teatro Coliseo Podestá que no solo es un orgullo para esa linda ciudad, sino para todos los argentinos. Me acuerdo cuando una vez fui a actuar al Coliseo y me amenazaron, y al gente aceptó ser desalojada en ese momento, la sala se revisó y después hicimos una función maravillosa.
– ¿Cómo es su conexión con el platense?
– He estado cantando en varios lugares de La Plata, desde el Almacén San José hasta el estadio de Atenas. Recuerdo que en el Almacén San José tocaba yo, decía sus poemas Tejada Gómez, cantaba la Negra, recitaba Hamlet Lima Quintana, lo pisaba Jaime Dávalos, lo que hace que tenga a La Plata en un lugar muy lindo de mi corazón.
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