Colaboración de Lisandro Amado, en texto y fotos, desde Jujuy
“¿Usted es otra damnificada? ¿O ha cobrado como le corresponde?” Se escucha en el ómnibus que va parando a recoger “profes” y “seños” mientras anda valles y quebradas desde Humahuaca a San Salvador de Jujuy. Las docentes se sientan a la par, y en el colectivo resuenan murmullos de bronca con los nombres Vélez y Morales.
Hay maestras jujeñas que este mes cobraron 50.000. Otras 20.000. No son pocas las que no encuentran en su recibo más que un 0 lacónico. Mientras los cerros de colores desfilan por fuera, el pasillo del bus se puebla de guardapolvos y de caras desbordadas de bronca y tristeza. El gobierno provincial ha castigado con descuentos exorbitantes a las docentes que han adherido al paro por mejores salarios, asignación democrática de cargos y derogación de la reforma constitucional. La quita se aplicó de manera masiva, y las maestras viajan comparando sus recibos de sueldo, tratando de encontrar alguna lógica, ya que hay grandes diferencias entre descuentos a docentes que realizaron la misma cantidad de paros. Entre ellas, corre el rumor de que la secretaria general Silvia Vélezy otros directivos de la ADEP (Asociación de Educadores Primarios), estuvieron recorriendo escuelas para pasar al gobierno provincial el registro de los docentes adheridos.
Foto: corte de ruta en Tilcara, 10 de agosto.
Como para cambiar de tema, las educadoras calculan a qué hora llegarán a sus casas o escuelas, teniendo en cuenta los cortes de ruta que mantienen las comunidades originarias hace dos meses ya. “Los cortes se levantan hasta el sábado, después se vuelve, es por el tema de las elecciones”, explica una a sus colegas. Pero, al partir de Tilcara encontramos cruzado en la ruta, flanqueado por gomas y banderas, el carrito ferroviario que oficia de portal. En el corte de Purmamarca ahora se da “paso libre”, para prevenir posibles sanciones vinculadas a la veda electoral. Allí, las comunidades se mantienen a la vera de la ruta con sus Wiphalas en alto, listas para volver a actuar.
Es difícil hablar de lo que deciden los cortes en general. Cada corte se rige por su propia asamblea y toma sus decisiones de manera autónoma. Abra Pampa y La Quiaca se mantenían firmes, dando paso cada tres horas. Se comenta que, bien arriba en la extrema puna, sobre la ruta 40, la comunidad de Coranzulí mantiene un corte que espera 6 horas para dejar pasar.
Foto: corte de ruta en La Quiaca, 6 de agosto.
Por supuesto que algunos en Jujuy se molestan. “Así se ponen al pueblo en contra, los políticos nos hacen pelear entre pobres”, se escucha comentar. Pero más se escucha la bronca contra Morales por el daño que les hace a la docencia y las comunidades. Los vehículos hacen filas en la ruta y la salida de la ciudad, los niños se inquietan mientras pasa el tiempo y se impregna el calor tropical. Un señor mete su auto entre medio de las dos filas, insiste con la bocina, y, sacando su mano por la ventanilla, comienza a arengar. Otros se le suman y el bullicio es ensordecedor. La barrera se mantiene mientras los cláxones callan. Como prometía la anotación en papel pegada al mástil de la Wiphala, al dar las dos y media, el corte se abre de par en par. El que arengaba e insistía con la bocina, se cuela en la fila encerrando al auto al que le correspondía pasar.
A mi lado, un hombre en camisa de obra ve en facebook un video en el que la periodista Olga Burgos, de Maimará, cuenta cómo le sancionaron una contravención por “poner obstáculos al paso de ambulancias, permanecer en un lugar público e interrumpir las comunicaciones”. Su supuesto delito había sido dar cobertura periodística a la movilización. Es decir: Fue duramente multada por el crimen de trabajar. Olga cuenta en el video como llegaron intimidantes a su casa cuatro policías y tuvo que contener el llanto de su hija, quien creía que la iban a llevar.
Pasando Tilcara, suben nuevas “seños”, y la charla de las penalizaciones vuelve a empezar. Una de ellas trae noticias frescas: un nutrido grupo de docentes está haciendo una permanencia en ADEP, exigiendo que el gremio tome partido por quienes dice representar. Y esta noche se realizará una marcha de antorchas coronada con el músico Bruno Arias encabezando un festival en apoyo. Entonces, los ojos de las maestras, enternecidos y cansinos de infancia y estrés laboral, se colorean en el tono indefinible de la esperanza.
Foto: 27 de julio, por paritarias