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jueves 03-10-2024

Juicios de Lesa Humanidad: el acompañamiento psicológico a las víctimas

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Entrevistamos a una de las profesionales de la subsecretaría de Derechos Humanos sobre el trabajo que se realiza previo, durante y después, en el marco de los procesos judiciales. ¿Cómo es declarar lo sufrido, más de 40 años después? ¿Cómo golpea en las familias de la víctima? 

En una entrevista que realizamos en diciembre del año pasado, charlamos con Lorena Schwab, Licenciada y Profesora de Psicología egresada de la UNLP, formación con perspectiva de género y Derechos Humanos. Nos explicó  el trabajo que se hace desde la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, en el área de acompañando a testigos que son parte de estos juicios de lesa humanidad.

Junto al Codesedh (Comité para la Defensa de la Ética, la Salud y los Derechos Humanos), estos profesionales del área bonaerense conforman un equipo de varios años de experiencia que paulatinamente fue cambiando las funciones y encontrando su especificidad en el contexto de los juicios, acompañando psicológicamente a víctimas y familiares del terrorismo de estado. “Particularmente nuestro equipo acompaña en instancias judiciales, pero también en otras instancias como por ejemplo una búsqueda de identidad, o personas que se presentan espontáneamente en la Subsecretaría, entre otras”, explicó 

Sin embargo el mayor trabajo del equipo es en este tipo juicios, a requerimiento de los tribunales. En La Plata, por ejemplo, se viene llevando adelante (ahora congelados por la Feria judicial) los juicios por los crímenes cometidos en las Brigadas de Lanus, Banfield y Avellaneda, también por los casos en la Caballería de 1 y 60 y Comisaría Octava, además de otros que se realizaron durante estos años como el de los niños torturados en el “Hogar de Belén”, en Banfield. 

Es en este tribunal platense donde ejerce su mayor trabajo el equipo de la Subsecretaría, además de otros trabajadores que se desempeñan en otros juicios en la provincia. 

Cambios de dinámica

La posibilidad de tener profesionales de la salud para personas que son convocadas a declarar, siendo víctimas o familiares de víctimas del genocidio no funcionó siempre igual. Hace un tiempo, el primer contacto de las personas llamadas a declarar era con la Policía Federal, quienes llevaban la célula de notificación a las casas. “Eso cambió bastante a pedido de los organismos de derechos humanos, que desde hace muchos años vienen pensando este tipo de acompañamientos”, señaló Schwab. Así, los tribunales lo incorporaron como parte del juicio, entonces generalmente antes de que empiece el juicio ya se notifica a los equipos para que sean parte del proceso: se les consigna un listado de personas que van a testimoniar en ese juicio y ahí empieza su trabajo.

Antes, durante y despues

Todo comienza por buscar a las personas: “depende de los juicios, hay personas que son querellantes o militan en algún organismo de Derechos Humanos entonces ya están en contacto; pero otras por ahí ni siquiera sabían que existía el proceso o nunca habían sido llamados antes a declarar. Así que el primer contacto siempre es con nosotras”, describió sobre el equipo que consta de todas mujeres profesionales. 

Respecto a la complejidad que puede tener estos acompañamientos psicológicos en estos hechos tan traumáticos, Lorena resalta de que se trata de un trabajo colectivo: “intentamos que se pueda trabajar en dupla, porque la escucha es diferente y aporta mucho al trabajo, siempre que estén las condiciones”. 

La intervención con las personas a declarar se realiza entonces antes en esas primeras convocatorias, pero también durante y después de la declaración. “Sabemos que el llamado a testimoniar despierta mucha ansiedad. Hay personas que lo esperan porque lo han venido siguiendo, pero otras que no saben ni siquiera que hay un juicio por lo que les pasó. Entonces ese primer llamado despierta mucha ansiedad. O muchas veces los hace conectarse con eso que pasó y que lo tenían un poco ahí olvidado”, describe respecto a la complejidad. “Entonces somos muy cuidadosas, trabajamos mucho en eso para que la persona llegue lo mejor posible a ese momento de declarar”.

En ese primer contacto también se evalúa la posibilidad o no de dar testimonio. Al estar juzgando hechos que sucedieron hace más de 40 años, hay personas que ya son de edad avanzada, entonces “a veces concluimos que volver a exponer lo les pasó puede ser contraproducente, y hablándolo con ellas y ellos observamos que no están en condiciones de prestar testimonio”. 

A veces es un trabajo de mucho tiempo, quizás está la predisposición a dar testimonio, pero no es el momento adecuado, porque están atravesando otras situaciones importantes en su vida, como algún duelo o alguna enfermedad. Entonces allí el equipo prepara la posibilidad de prestar testimonio, en algun otro tiempo designado. 

Al momento del día del testimonio, allí se puede observar a este equipo, recibiendo a las personas que llegan al Tribunal y a su grupo familiar. Sentándose al lado del banquillo donde se da testimonio, observando con atención y cuidado al testigo. Luego de eso, también se mantiene el contacto con todo el grupo familiar, ya que a veces se muestran algunas consecuencias. 

La idea de la intervención del equipo también es que puedan trabajar el testimonio en sí mismo: “lo que tienen para decir, lo que quieren decir, lo que pueden decir  y cómo querrían decirlo”, sintetiza Lorena. “Siempre apostamos a lo reparatorio para esa persona, que puedan también contar algo de la historia de lo que les ha pasado, ya que a veces en los requerimientos judiciales no lo tienen en cuenta: cómo fue su historia familiar”, dice y agrega que en los últimos años las querellas y la Fiscalía que interviene también tienen presente eso. “Nosotros tratamos de anticiparlo para que puedan intentar elaborar algo de eso”, cierra. 

Las familias

Para el equipo de la subsecretaría, la familia de la víctima también es considerada víctima directa del genocidio: cuando declara un padre, también se acompaña a su hijo, o viceversa. Lo que no se realiza, porque no está en sus incumbencias ni posibilidad son las sesiones de terapia, sino que de ser necesario hacen una derivación: “ayudamos a encontrar un espacio seguro y cuidado para esas personas”. 

Respecto a su experiencia en este sentido, Lorena describe: “Hay familias que se han desmembrado, que han tenido que modificar su estructura familiar. Ni hablar de las que se han exiliado, incluso algunas de forma separada. Entonces claramente eso tiene consecuencias que se ven hasta el día de hoy”.

Experiencia con las víctimas trans

De los juicios mencionados de los últimos años, le consultamos a Lorena sobre algunos más paradigmáticos. Por un lado mencionó lo sucedido en pandemia, que como un gran desafío para toda la justicia se continuó con los procesos judiciales pero de manera virtual. El juicio “Brigadas” mencionado anteriormente es un vasto proceso que está llegando a su final pero ya lleva más de 3 años, donde hay 570 víctimas y 468 testigos. “Si bien nosotras veníamos haciendo acompañamientos a distancia porque hay personas que viven en el exterior, eran casos muy puntuales. Este juicio se hizo desde el inicio completamente de forma virtual, entonces fue un gran desafío repensar también nuestro dispositivo, acompañar desde nuestras casas, y fue bastante difícil” recuerda. 

POr otro lado, pero dentro del mismo proceso de “Brigadas”, Lorena contó cómo fue hacer el acompañamiento a mujeres trans y travestis que declararon por primera vez en un juicio de lesa humanidad; donde también por primera vez hubo una querellante trans, que fue Valeria del Mar Ramírez. “Un acompañamiento que fue muy hermoso de hacer, pero esto de haber sido invisibilizadas durante tantos años; ver esos relatos y ayudar a que puedan construir esos relatos por primera vez, que sean escuchadas, que sean tenidas como víctimas fue muy fuerte, fue muy importante. Así que para nosotras también fue un gran desafío y hemos trabajado mucho en eso y seguimos trabajando también”.

Para finalizar Schwab agradeció la entrevista y resumió: “es verdad que muchas veces nuestro trabajo no se ve, y nos gusta mucho lo que hacemos, lo hacemos con mucho compromiso también y está bueno que se sepa de estos equipos que acompañamos y que no es solamente en instancias judiciales, sino que también trabajamos en situaciones que se presentan a demanda. así que estamos ahí para quien quiera consultarnos algo”.

Escuchá la entrevista completa

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Es melómano y amiguero. También es periodista, docente, trabajador cultural y militante. Nació y se crió en Necochea y ahora hace más de 15 años que corta por diagonales.

Su vicio lo lleva a la sección Cultura de Pulso, pero también se puede mover por Política, Interés General y Derechos Humanos. Hace trabajos radiales para la cooperativa y da una mano para la cuestión de recursos, suscripciones, cocinar para todxs o lo que pinte. Su moto y su ansiedad lo llevan a ser de lxs más puntuales del emprendimiento.

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