Se trata de Israel “Coquito” Roldán, quien se crió allí y ahora ayuda con ollas de comida para los vecinos tres veces a la semana. El aporte solidario del club tripero
Por Gabriel López
Interrumpido para siempre el torneo Federal A en el que lleva bien puesta la 10 de Estudiantes de San Luis, lo que era rutina de ejercicios por internet pasó a ser licencia total. Israel “Coquito” Roldán no maldijo la situación, aceptó el destino tal como llegó, con la experiencia de que “algo nuevo tendremos que aprender” como la vez en que Morant y Ortíz lo llevaron a jugar al club provinciano de la tierra del buen vino. “En Gimnasia no iba a tener continuidad, fui hace cinco años y todavía estamos”, dice y espera seguir pronto en un club que el mes próximo llegará a los 100 años.
Coquito se crió en el barrio donde miles se levantan cada día para cumplir con obligaciones y con retribuciones que a fin de mes nunca serán las mismas que las del sacrificio. Pero el amor y el humor suplen todo lo demás. Nació en 1990, cuando su ídolo Maradona tenía 30 años, la edad que ahora tiene él. A sus 18 ya Leonardo Madelón lo llevó a los amistosos y varias partidos al banco de Primera. “Estuve cuando Guillermo Barros Schelotto volvió a jugar oficialmente, 1 a 1, en el estadio de San Lorenzo, el penal se lo hicieron al Melli”, recordó en diálogo con Pulso Noticias.
Las fogatas de dos ollas
Ya llevan cinco días de solidaridad. Lo que pimero fue una olla arriba de una parrilla ahora son un par. Los lunes en 28 entre 77 y 78; los miércoles y viernes en 28 entre 81 y 82.
“A partir de las 13 horas, en tres días a la semana, entregamos una porción a cada uno que se acerque. Ahora le damos también una gaseosa y pan. Es lo único que tienen en el día. Conozco lo que es pasar por situaciones difíciles desde chico, aunque nunca por hambre como se está viviendo ahora. Mi mamá Cristina y mi papá Miguel nos enseñaron a ir para adelante y le siguen poniendo el pecho a pesar de que siguen pasándole cosas”.
-¿Cuántos son? (pregunta Coco con barbijo en la puerta de la casa de la tía Moni).
-Somos cinco (responde alguien que perdió su única changa).
“Estaba un día con mi tía cuando dijimos ‘nos largamos’, y de a poco se sumó gente, como los del negocio La Isolina, enfrente de casa. Otro poco Maxi Roldán que trabaja en un supermercado, mas la panadería de Walter Soria”.
Roldán muestra que el fútbol es sólo una parte de esta existencia, que fortalece al ser humano para otros aspectos. “Gimnasia es el club del que somos hinchas, me dio la posibilidad de ser otro tipo de persona, y algo lindo he dejado porque apenas se enteraron de esta olla popular han venido a verme”. El viernes llegó una combi de Gimnasia Social. Una caricia al alma para el futbolista.
La pasión se relaciona con el fuego. Coquito es uno de esos íconos del triperaje, que ahora no juega pero sirve pases desde el corazón. Se acuerda bien de partidos increíbles como el que jugó ante Talleres en un estadio Kempes con 50 mil personas, y uno ve que lo apoyan por las redes sociales cuando subís una foto o si salís por televisión, ante tantas buenas vibras, ahora les estoy dando mi mejor ayuda”.
COLABORACIONES
Ingresar a las siguientes cuentas de Facebook: Coco Roldán, Mónica Gomez, Marisol Martinez, Kalule Estuard.
AGRADECIMIENTOS
Ramiro Roldán, Maxi Roldán, Andrés Roldán, Cartucho Roldán, Agustin González, Marcelo Nutelli, Cristina Polci, Miguel Roldán y Natalia Escobar.
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