La agrupación HIJOS La Plata realizó un mural en memoria de la militante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos y sobreviviente del genocidio cometido por la última dictadura. Una figura clave en la militancia por los derechos humanos en la región
En 50 entre 7 y 8, desde el sábado luce el rostro de Nilda Eloy, junto al de Jorge Julio López. Se trata de un homenaje realizado por HIJOS La Plata, realizado días previos a este 12 de noviembre, cuando se cumplirán dos años de la partida de la emblemática militante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD) y sobreviviente del genocidio cometido por la última dictadura.
“Este año decidimos homenajearla realizando un mural en su memoria a metros de la sede de los Tribunales Federales de La Plata, lugar donde tanto batalló la compañera para que se reabrieran las causas contra los genocidas, para que se reconocieran los casos de todos y cada uno de las y los compañeros víctimas del Terrorismo de Estado y para que se investigara seriamente la segunda desaparición forzada de Jorge Julio López”, señalaron desde HIJOS.
La organización recordó a través de un comunicado de prensa, que Nilda fue una joven estudiante platense, con interés por el arte, cuando fue secuestrada de la casa de sus padres el 1º de octubre de 1976, por una patota al mando del genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz. Sufrió la detención ilegal hasta agosto del ‘77, tras lo cual fue legalizada como presa a disposición del Poder Ejecutivo. En ese periplo sufrió torturas y vejaciones en 6 de los Centros Clandestinos del denominado “Circuito Camps” como La Cacha, el Pozo de Quilmes, el Pozo de Arana, el Vesubio, el Infierno y la Comisaría 3ra de Valentín Alsina. Recuperó su libertad recién a principios de 1979 desde la cárcel de Villa Devoto.
“Por su caso fue condenado el genocida Etchecolatz en el juicio realizado en La Plata en 2006, y el represor Hugo Guallama en 2012. Aquel proceso de 2006 fue el mismo que nos planteó el desafío de salir a denunciar la segunda desaparición forzada de Jorge Julio López. Nilda y sus compañeros de la AEDD se cargaron esa mochila especialmente en sus espaldas. Y sostuvieron con solidez el reclamo: que López había sido secuestrado por sectores vinculados a Etchecolatz. Por entonces no fue fácil sostener esa posición, menos ante un panorama con la mayoría de los genocidas en libertad, con la negación del hecho de parte del gobierno kirchnerista, y la construcción de una trama de impunidad y encubrimiento de parte del poder judicial en el caso que lleva más de 13 años en esa situación”, remarcaron.
Ademas, agregaron que “el ejemplo de lucha de Nilda no se agota. Este año su nombre apareció en el juicio oral en los testimonios de las hijas de desaparecidos del CCD Brigada de San Justo, a las que ayudó a conocer y recuperar la memoria de sus padres. El año que viene ocurrirá lo mismo en la causa nº n° 34000189 por el CCD “El Infierno” (Brigada de Investigaciones de Lanús con sede en Avellaneda) donde el TOF 1 fijó fecha de inicio del juicio oral para el 7 de septiembre de 2020. Allí estará presente Nilda con su testimonio en video para relatar su paso por ese lugar de muerte y seguir exigiendo juicio y castigo a todos los genocidas y sus cómplices”.
“Dueña de un humor ácido e inteligente, a la par de una profundidad envidiable al momento de expresar, Nilda fue para muchos de los militantes platenses una referencia ineludible en los momentos difíciles. Su tono pausado y hondo, su claridad y firmeza para formular definiciones políticas formó a muchos”, expresaron desde HIJOS.
“Nos queda la imagen de la presencia impecable de Nilda en todas y cada una de las luchas en La Plata y la región: con los estudiantes, con los trabajadores, con los movimientos sociales, con el movimiento LGTBI, con los colectivos antirrepresivos, con los espacios de mujeres organizadas y con todas las expresiones de la lucha popular”, destacaron.
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