El prestigioso instrumentista dará un show en el Teatro Metro de nuestra ciudad. Antes, contó cómo “convive” con las nuevas plataformas digitales, habló de las búsquedas con su banda y dijo: “El desafío del músico hoy es dar un buen show”. Jazz, blues y un poco de humor en las diagonales
¿Qué tienen en común Charly García, Gustavo Cerati y el Chago Farías Gómez? Que son grandes músicos, sí, claro. Pero además, los tres incluyeron en su banda alguna vez el sonido mítico de la trompeta de Gillespi, cultor del jazz, parte de la historia del rock argentino. “Hago la música que me motiva. Música negra, el soul, blues, funk y algo de rock”, dijo el instrumentista en su paso por la ciudad, antes del show que dará este sábado en el Teatro Metro, a las 21 horas.
Esta vez, él estará al frente de la banda, integrada por reconocidos músicos de la escena nacional: Álvaro Torres en piano y sentetizadores, Rafa Franceschelli en bajo, guitarra elécterica, loops y programaciones, Sebastián Peycere en batería y Alejandro Chiabrando con el saxo. Con la trompeta, el flugelhorn, los sintetizadores o la guitarra eléctrica, Gillespi incluirá en su show parte de su último material, Desayuno en Ganímedes, realizado junto a Daniel Melero.
“El show es bueno. Con la banda estamos juntos hace más de cinco años, y conseguimos una afinidad musical, una sintonía entre nosotros, que le da cierta potencia. Dentro de nuestra música, claro, tampoco somos La Renga”, dijo Gillespi, entre risas, tras pasar por las diagonales y dar muestras de la chispa que lo convirtió en uno de los personajes más queridos del rock nacional. Y agregó: “Venimos con un repertorio de veinte canciones, que son el final de una etapa. No porque quiera rajar a la banda, sino porque empezaremos a trabajar sobre otra cosa”.
Combinando el sonido clásico del jazz y el funk con las sonoridades electrónicas, Gillespi da cuenta de sus experimentaciones, juegos y búsquedas sobre el escenario. En la vida, a veces se desconcierta un poco más. Para él, Spotify y las ganancias que generan “es chino”, o difícil de entender. Acepta las nuevas plataformas, pero no cree que sean lo suyo. “Podemos convivir”, aclaró, y reconoció que tiene la versión gratuita de la app: “Es la peor tortura. Escuchás un tema y salta una voz a preguntarte si tenés calor. Y después te dice: ‘¡Para librarte de mí tenés que pagar!'”.
Gillespi se declara “espasmódico” en su afán por la lectura. Tiene en su mesa de luz la última novela de Paul Auster, le gustan las biografías y, un poco también, la literatura narrativa. Tuvo su época “cortazariana”, cuando don Julio lo deslumbró en la universidad. Así vive uno de los instrumentistas más prestigiosos del país, adaptándose a YouTube, buscando sus espacios y teniendo en claro sus objetivos: “El desafío del músico, hoy, es dar buenas actuaciones”. Que así sea.
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