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jueves 05-12-2024

Fue luchador de Titanes en el Ring y hoy enseña defensa personal a mujeres en El Mondongo

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Se trata del maestro Miguel Ángel Cabrera. A sus 61 años repasa sus épocas de gira con Martín Karadagián y cuenta los trucos que les enseña a las chicas para que sepan cómo protegerse ante un ataque callejero

Por Ezequiel Franzino

Aunque no tenga los ojos achinados, no enseñe karate ni utilice la técnica de “encerar y pulir”, en el corazón del barrio El Mondongo existe un maestro de artes marciales que nada tiene que envidiarle al mítico señor Miyagi. Para conocerlo, hay que llegar hasta la calle 66 entre 119 y diagonal 79, atravesar un pequeño hall decorado con dragones chinos y vasijas extrañísimas, poner las manos en posición de rezo e introducirse en el submundo de la academia Lung-Chi-Do, que en criollo significa “El camino del espíritu del dragón”.

En este pequeño gimnasio escasean las terminaciones de obra y los revoques, pero sobran las bolsas, los punch ball y la experiencia de su director: el maestro Miguel Ángel Cabrera es poseedor de un currículum demencial. Lleva más de 48 años vinculado a las artes marciales, se formó en Tailandia con grandes expertos, es cinturón negro 12º Khan de Muay Thai (uno de los rangos más altos dentro de la disciplina), y su escuela es la única en su tipo en La Plata. Su esposa, Melisa Castillo, no se queda atrás: en el último mundial de boxeo tailandés consiguió el 4º puesto.

“No me gusta fanfarronear porque todo sale de la sabiduría y la humildad. Si buscás lujo, acá no vas a encontrar. Acá se viene a aprender”, dice el maestro Cabrera.

En esta academia se entrenan más de 80 alumnos, que de lunes a viernes asisten a clase con el sueño de transformarse en campeones de boxeo tailandés o de Kick Boxing. De hecho, algunos de los que pasaron por esta escuela hoy pelean por el mundo en MMA, como el caso de Nahuel “el Roble” Gandolfi. Sin embargo, no todos los que toman clase en Lung–Chi-Do priorizan la competencia: algunos van con la idea de tener un físico privilegiado, y los sábados por la tarde más de quince mujeres aprenden defensa personal.

“La mayoría son chicas que fueron atacadas en la calle. Estamos viviendo tiempos muy malos. Antes era bravo, pero ahora está peor. Algunas fueron atacadas mientras andaban en bicicleta, otras cruzando una plaza”, explica el maestro.

Luego de una charla previa en donde las mujeres le explican las motivaciones que tuvieron a la hora de inscribirse en estos cursos, Cabrera les brinda un entrenamiento personalizado y exhaustivo, donde aprenden atrapes, guardias, cómo reaccionar ante un agarre de cuello o de espaldas, y cómo zafarse si las tiran al suelo.

“En una segunda etapa se enseña la línea de defensa contra ataques de puñales o a punta de pistola. Son temas complejos porque ahí se están jugando la vida en un segundo o en un mal movimiento”, explica Cabrera, que tiene 61 años y los músculos y el físico de un pibe de 25.

El Súperpibe

Aunque no le guste ahondar demasiado en su pasado, lo cierto es que antes de maestro, Miguel Ángel Cabrera supo ser una estrella de televisión. Durante los cinco años en los que participó de Titanes en el Ring, encarnando el papel de Súperpibe, conoció la fama y el país de Ushuaia a La Quiaca.

Rememorando aquellos momentos en los que vivía en hoteles y ganaba buen dinero siendo un joven de 18 años, Cabrera dice que “Nos veían como artistas. La gente se te colgaba, te pedían fotos. Era vivir en una fantasía total”.

Consultado sobre el tiempo compartido con Karadagián, Cabrera contó que “Martín era un hombre rústico, que no se dejaba conocer. Era un renegado, pero muy cumplidor. Nunca me quedó debiendo un peso”.

Más allá de que la experiencia de Titanes en el Ring haya quedado en su memoria como un buen recuerdo, para Cabrera eso es cosa del pasado. “En aquella época mi función era hacer feliz a los chicos, pero ahora me toca ayudar en lo que es la defensa personal”, concluyó el maestro.

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