La participación del empresariado en la dictadura no es novedad. Ahora se va conociendo la historia de un exfuncionario de facto de La Plata que fue dueño de una calera donde se podrían haber cometido múltiples delitos de lesa humanidad
Por Daniel Satur y Estefanía Velo*
La exempresa productora de cal Fasacal, ubicada en el barrio de Hernández de La Plata, fue señalada por un vecino y sobreviviente de la dictadura como un lugar donde “ingresaban personas detenidas, se las torturaba e incineraba en los hornos del establecimiento”. Era un lugar al que se trasladaba personas “en camiones oficiales a veces, pero en su mayoría a través del tren de carga que ingresaba a la fábrica”. A muchas de ellas las tiraban “directamente a los hornos que estaban prendidos”.
El testimonio, estremecedor y comparable con alguno de los múltiples relatos de sobrevivientes de Auschwitz, ya forma parte de una denuncia penal radicada desde fines de junio en el Tribunal Federal Nº 3 de La Plata. El autor del relato es un ex detenido desaparecido que, casualmente, se crió y vivió toda su vida enfrente de la fábrica.
La denuncia se dio a conocer a través del colectivo de organismo de derechos humanos Justicia Ya! La Plata, quienes exigen que se investiguen de manera urgente los hechos denunciados.
Como principal medida, el querellante patrocinado por la abogada Carolina Vilchez (integrante del colectivo de abogadxs La Maza) solicitó de manera urgente resguardar los elementos de pruebas en el predio. Es decir, que no haya ninguna remoción del terreno para rastrear y analizar la posibilidad de hallar restos humanos. Además piden la intervención del Equipo Argentino de Antropología Forense para llevar adelante esa investigación.
La colaboración civil en la última dictadura ya es de público conocimiento, principalmente, por parte del empresariado. Aún así muchos cómplices siguen sin tener condena y hasta ocupan lugares de poder. En este caso, el dueño de Fasacal, Jorge Larran, fue el Secretario de Gobierno de la Municipalidad de La Plata desde 1976 a 1983. Y actualmente, su hijo, Germán Larran es el Subsecretario de Gestión Ambiental local.
La fábrica, ubicada en 511 entre 25 y 26, se encuentra abandonada desde hace más de 30 años. Se convirtió en un basural a cielo abierto que fue denunciado por los vecinos hasta que en 2012 un grupo de jóvenes cansados de sufrir dicha problemática en el barrio, decidieron desarrollar un vivero experimental al cual denominaron “El Bosquecito”.
Recuperaron el terreno como pulmón verde de la zona, y allí hacen huerta, talleres, reproducen semillas libres y plantas de manera autogestiva.
El pasado 15 de noviembre, sin orden judicial y abusando de su poder, Larran hijo intentó desalojarlos. Ingresó con una máquina topadora, acompañado de personal municipal y policial para deforestar el lugar pero cientos de vecinos se opusieron a esa acción. Por ello, la urgencia de la medida solicitada ante el Tribunal Federal Nº 3, a cargo de Ernesto Kreplak, de preservar el terreno.
La calera del terror
Según declaró el denunciante (se preserva su nombre por seguridad), desde 1974 a 1979 observó “operativos realizados por personal de fuerzas de seguridad y militares los cuales identificaba por los uniformes y los vehículos, en el predio de la FASACAL. En estos operativos se ingresaba a personas detenidas, se las torturaba e incineraba en los hornos del establecimiento fabril, posteriormente se fabricaba cal con dichos restos o se los enterraba en el lugar”.
“Los traslados se realizaban en camiones oficiales a veces, pero en su mayoría a través del tren de carga que ingresaba a la fábrica. Las personas eran llevadas tanto vivas como muertas, en este caso personal armado descargaban y los tiraban directamente a los hornos que estaban prendidos y a donde la vía tenía descarga directa”, aseguró.
La quema de cuerpos humanos, según aclaró, se podía distinguir los fines de semanas cuando la fábrica no tenía actividad. Emanaba un olor nauseabundo, muy diferente al de su funcionamiento normal hasta que comenzaron a usar incienso para disimularlo. “Era habitual escuchar las torturas que recibían las personas detenidas que ingresaban al lugar”, expresó el denunciante.
También señala ataques a los propios trabajadores de la empresa, un rasgo particular del accionar de los empresarios durante esa época. La firma Fasacal S.A.C.I. -que sigue vigente en los papeles al día hoy- poseía una cantera propia ubicada el Partido de Olavarría. Allí operaba la jefa de la producción de cemento y cal en el país, la empresa Loma Negra de la familia Lacroze-Fortabat, denunciada por mandar a desaparecer en dictadura a varios de sus delegados gremiales y al abogado que los representaba, Carlos Moreno.
Memoria, verdad y justicia
Pasaron 40 años para que el denunciante, sobreviviente de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica, pueda poner en palabras todo lo vivido durante su juventud. Y no es para menos, ya que su primera presentación ante un juez fue en los Juicios por la Verdad de 2006. Año en el que desaparecieron a Jorge Julio López, dejando un mensaje e instalando nuevamente el miedo en la sociedad.
Allí relató los tormentos que sufrió en mayo de 1976 cuando fue secuestrado y llevado a la Comisaría 5ª de La Plata donde fue torturado. A la semana lo trasladaron al arroyo Miguelín de Ensenada hasta que logró escapar después de recibir un disparo en su pierna. Ese impacto le produjo una disminución en su movilidad hasta el día de hoy.
“En los años posteriores a mi declaración judicial, recibí distintas amenazas, agresiones y atentados contra mi vida y hogar que motivaron la designación por parte del juez, en el año 2013, de una custodia de la Policía Federal Argentina que se mantiene hasta la actualidad”, contó el denunciante.
En diálogo con este medio, Carolina Vilchez aseguró que estos tipos de denuncias “tienen que ver con un proceso de abrir la memoria colectiva, hacer justicia y merecen la plena investigación”.
Asimismo, Vilchez exigió que se llame a indagatoria a Jorge Larrán: “Sobre todo porque es una persona que tiene una determinada edad y que no opere esto de la impunidad biológica porque los genocidas se mueren. Entonces que lo llamen de manera inmediata”.
Si sabés algo o querés denunciar podes comunicarte a través de la siguiente página de Facebook ¿Qué pasó en Fasacal?
El posible hallazgo en La Plata de un nuevo eslabón de la larga cadena de centros de detención, tortura, muerte y desaparición por los que pasaron miles y miles de luchadoras y luchadores de la clase obrera y los sectores populares pone al descubierto los efectos que dejan décadas de impunidad para los crímenes de Estado.
La totalidad de los empresarios que fueron parte directa del genocidio en Argentina gozaron de la más absoluta libertad para continuar sus vidas y sus negocios. ¿Para los Larran la historia puede estar empezando a ser distinta?
*Una producción de La Izquierda Diario y Pulso Noticias.
Más conocida como “Tefa”, nació en Mar del Plata en 1989. Trabajadora de prensa, periodista y Licenciada en Comunicación Social (egresada de la UNLP). Buscadora de la aguja en el pajar: le apasiona el periodismo de investigación. Trabajó en prensa institucional, en diversos medios privados de La Plata, y colaboró en medios alternativos como ANRed. Actualmente escribe notas vinculadas a los derechos humanos, política y cada tanto entrevista a personajes de diversos territorios. También integra el área audiovisual, En Foco, como productora periodística. Siempre redactando con las gafas violetas puestas. Desde 2018 forma parte de la cooperativa Pulso Noticias, donde aprendió a vender publicidad, gestionar pautas y hasta armar un gran escritorio en madera.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).