El Consejo Directivo cuenta ahora con una mayoría que representa la alianza que destronó a “Hoja de Roble”, quienes sólo conservan cinco consejeros docentes. Tras un intenso debate, se decidió descolgar la foto de García Mutto de entre todos los decanos. También se criticó una nota periodística local, que cuestionaba el curso de ingreso irrestricto, entre otros puntos
Por Ramiro Laterza
Desde comienzos de 2018 se inició en la Facultad de Ciencias Médicas un nuevo proceso, complejo como pocos en la Universidad: graduados, docentes, estudiantes y trabajadores no-docentes de un amplio espectro político unificaron listas para destronar a la gestión de “Hoja de Roble” y poner un decano que garantice sus demandas como comunidad. Habían pasado más de dos décadas de un programa académico elitista, que intentaba generar los máximos filtros en la carrera para que sólo un grupo selecto de personas pueda ingresar y egresar de la institución.
Desde ese momento, la nueva gestión debió ir acomodando la realidad de esta inmensa unidad académica a sus formas de pensar la salud pública: desde abrir una Secretaría de Género, hasta reconocer a aquellos graduados que no fueron aceptados por “Hoja de Roble” y, sobretodo, organizar un curso de ingreso no eliminatorio, sino introductorio e inclusivo.
Durante la tarde del jueves se realizó una nueva sesión de Consejo Directivo, donde ahora la minoría pasó a ser “Hoja de Roble” con cinco docentes como representantes, y el resto de los once consejeros son de la mencionada alianza, sumado al decano propuesto por estos: Juan Basualdo.
El tema del día, que generó un importante debate y cerró el Consejo Directivo fue la propuesta de retirar la foto del exdecano que encabezó la institución durante la dictadura. Según pudo investigar Pulso Noticias, Manuel Sergio García Mutto condujo la institución entre 1976 y 1983. Durante su gestión no funcionaron los espacios democráticos de la Facultad, sino que disponía de un Consejo Asesor conformado por profesores titulares o adjuntos seleccionados a su gusto, a quienes les consultaba.
García Mutto había nacido en Brandsen en 1920 y tras comenzar la carrera de Medicina la había abandonado para dedicarse a la política, desde las filas de la Unión Cívica Radical. Fue concejal de su ciudad natal y presidente del bloque radical de Senadores. Finalmente se recibió en 1952 de médico y se dedicó a la Radiología. Fue profesor de la Facultad y titular de Radiología.
Pulso Noticias recopiló información del libro “Hombres y cosas”, editado en la Facultad de Medicina, donde se constata que las propias fuerzas de seguridad le ofrecieron el decanato a Mutto. El exdecano le consultó acerca del ofrecimiento a su amigo cercano, Ricardo Balbín, y el referente radical le aconsejó no asumir.
“Avanzamos hacia la construcción de una memoria institucional del lado de los Derechos Humanos. No queremos rendir homenaje nunca más a figuras cómplices del terrorismo de Estado”, expresaron desde la agrupación estudiantil Vientos de Abajo. Para la nueva gestión de Medicina, García Mutto, quien fue decano interventor de la Facultad de Ciencias Médicas en la última Dictadura Cívico Militar, “se encargó de facilitar información a las fuerzas del terror sobre estudiantes, docentes y no docentes, y de ocultar la real situación de detenidxs, desaparecidxs y asesinadxs”. Finalmente expresaron que ahora la Facultad está un paso más cerca de la memoria, la verdad y la justicia.
Debate por una nota periodística
Entre diferentes propuestas que se aprobaron durante el Consejo Directivo, hubo algunas que llevaron una mayor discusión entre los dos sectores. Una de ellas se trató de una nota realizada en el único diario impreso local, que apuntaba a devastar esta nueva gestión mencionada, argumentando mediante declaraciones de una de las consejeras presentes en la reunión que “acá se piensa mucho en los números y poco en la calidad de gente que estamos formando”.
Se trataba de la nota titulada: “Entre clases superpobladas y fuertes polémicas, Medicina encara otro año con ingreso irrestricto”, que con diferentes estadísticas en el ingreso apuntaba a descalificar la política de la gestión que arribó con la idea de aceptar a todos los ingresantes, manteniendo la “calidad académica” que pregonó tanto tiempo “Hoja de Roble”.
Renuncia de un profesor histórico
Finalmente, también resaltó la renuncia de un profesor histórico. Se trata del doctor Marcelo Héctor Cerezo, quien durante 43 años estuvo al frente de una de las materias más importantes en la carrera. Respecto al debate anterior, el médico, ya con edad suficiente, escribió que renunció a su cargo por el “desmadre” que se generó ante los cambios que incorporó el “masivo curso de ingreso”.
“En los últimos tres años, la situación se ha desmadrado. El masivo ingreso de alumnos, sin ningún tipo de condicionamiento, de cualquier nacionalidad, hablen o no nuestro idioma, ha llevado a un deterioro nocivo para el proceso de enseñanza-aprendizaje, al menos en el primer año de la carrera”, dijo Cerezo en una carta.
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