Isabel, la madre del referente mapuche, estuvo en La Plata difundiendo la injusta detención e intento de extraditar a su hijo. Aseguró que la situación represiva y el hostigamiento hacia su pueblo en el sur del país es permanente
Por David Barresi
El pasado 23 de agosto la Corte Suprema de Justicia confirmó la extradición a Chile del lonko mapuche Facundo Jones Huala, donde el poder judicial de ese país pretende juzgarlo por la supuesta provocación de un incendio. Apenas dos días después, pasando por arriba cualquier tipo de procedimiento legal, veinte efectivos de la Policía Federal se lo llevaron violentamente de la casa de su abuela Trinidad Huala, donde estaba cumpliendo arresto domiciliario, trasladándolo nuevamente a la Unidad Nº 14 del Servicio Penitenciario Federal de Esquel.
“Sabíamos que podía pasar esto en cualquier momento, desde que se anunció que le dieron la extradición”, aseguró su madre Isabel Huala, quien esta semana estuvo en La Plata dando un conversatorio en el Centro Cultural Omar Favero, ubicado en barrio Hipódromo, donde funciona la radio Estación Sur.
Facundo había sido encarcelado el 27 de junio del año pasado, ya que pesaba sobre él un pedido de captura internacional por la causa que le armaron en Chile. El juez subrogante del Juzgado Federal de San Carlos de Bariloche, Gustavo Villanueva, reabrió en aquel momento el pedido de extradición a pesar de que ya había sido desestimado en 2016 por otro magistrado federal, Guido Otranto. Ahora, el máximo tribunal argentino ratificó la decisión, y sin mediar ninguna formalidad legal bajo el argumento de una posible fuga procedieron a llevarlo violentamente a prisión federal.
“Lamentablemente este Estado hace lo que quiere, como quiere y cuando quiere”, expresó Isabel, que el pasado sábado 25 no estaba en Bariloche, porque se había comprometido a participar de la Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil que se realizó el lunes 27 en Capital Federal. “Vi el video de cómo se lo llevaban. Es muy fuerte para mí como madre por no poder estar ahí para defenderlo”, señaló.
“Nosotros hace diez años decíamos lo que empezaba a ocurrir, y es lo que está pasando. Este es un plan sistemático. Se visualizó después de que desaparecieron a Santiago Maldonado, porque él estaba pidiendo la libertad de Facundo. Se había acercado a la comunidad por eso”, relató y continuó: “Cuando estaban sepultando a Santiago matan a Rafita (en referencia a Rafael Nahuel, asesinado por la espalda por efectivos del grupo Albatros de Prefectura en una violenta represión en noviembre de 2017). El dolor se hace más grande y el temor también. Yo no sé qué le puede pasar a Facundo si lo extraditan”.
La extradición todavía no es un hecho. La defensa del lonko mapuche pidió que sea juzgado en la Argentina, derecho que le asiste por haber nacido en el país. Pero el conflicto es netamente político, y su resolución también. Jones Huala encabezó la recuperación de tierras en Cushamen que pertenecen históricamente a su familia paterna, ocupadas hoy por los multimillonarios Benetton (el territorio recuperado por los mapuches expresa una mínima porción de las casi un millón de hectáreas que poseen los terratenientes extranjeros).
“Facundo es el chivo expiatorio, el demonio que fueron inflando hasta hoy. Facundo no está peleando por él solo, está peleando por el pueblo, hasta por aquellos que le dicen barbaridades en las redes sociales, hasta por aquel que escribe en Clarín. Pelea por nuestros hijos, los hijos de nuestros nietos, y por los abuelos que mataron en el genocidio”, remarcó Isabel.
A su vez, explicó que “Argentina está copiando el modelo de Chile, lamentablemente. El pueblo mapuche es la piedra en el zapato para ellos porque nosotros a nuestra tierra la tenemos como nuestra madre, si matan a nuestra tierra nos matan a nosotros. Vamos a ser quienes defendamos esos lugares”.
“Yo crié a mis hijos sabiendo que eran indios, descendientes de araucanos. Seis hijos parí, el primero es Facundo y los crié libres, pero como decía mi papá, usando la cabeza, está para usarla, para leer, para estudiar, para aprender, para investigar. Y cuando el mapuche dice algo, se responsabiliza y lo debe cumplir. Y Facundo dio su palabra en defender a su pueblo”, afirmó con seguridad.
También detalló las condiciones de detención que sufrió su hijo: “Estuvo en una huelga de hambre y una huelga seca que le ha dejado muchas secuelas. La prisión domiciliaria no fue tan feliz porque su familia, su abuela, pasó a estar también en prisión domiciliaria, con cámaras, con restricciones. La abuela tiene muchos hijos y nietos, y no podían entrar más de cuatro personas a la casa. Eso se lo dije al juez, pero las condiciones decían que las puso la Corte Suprema, entre comillas, porque las puso la impresentable de (la Ministra de Seguridad de la Nación) Patricia Bullrich. Ella creó este demonio de Facundo”.
Isabel Huala describió que la presencia de las fuerzas de seguridad en el departamento de Cushamen sigue siendo permanente, y que las agresiones hacia la comunidad mapuche no han cesado. “Pero los medios hegemónicos no lo muestran”, señaló. Varios miembros de su familia tienen causas judiciales iniciadas por haber participado de protestas, y algunos de ellos han tenido consecuencias graves en su salud a causa de las represiones policiales. Aún así, no baja las banderas de su lucha por el derecho a recuperar y proteger sus tierras ancestrales en el sur. Y reiteró:
“Creyeron que habían cazado a un mapuche pero era Santiago Maldonado. Y cuando se dieron cuenta lo quisieron hacer desaparecer. Pero como toda la gente salió a la calle tuvieron que devolverlo. No hay que olvidarse que Santiago estaba pidiendo la libertad de Facundo”.
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