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miércoles 09-10-2024

“Es fundamental que podamos ejercer soberanía sobre el litio”

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Argentina posee uno de los recursos claves para enfrentar un mundo en proceso de transición energética. Sin embargo no hay una planificación estratégica que vincule al sector científico con la industria para realizar desarrollos con valor agregado. En la actualidad un grupo de empresas transnacionales exportan la materia prima dejando escasos beneficios económicos y generando grandes perjuicios ambientales y sociales. Sobre ello dialogamos con la Doctora en Química de la UNLP e investigadora del Conicet, Martina Gamba

Argentina, Chile y Bolivia, concentran el 85 por ciento de los salares más rentables del mundo en el denominado ‘Triángulo del Litio’. Hablamos de un recurso natural que aparece como elemento clave en la transición energética, ante el agotamiento de los combustibles fósiles y las consecuencias que estos producen respecto al calentamiento global y el cambio climático.

Se trata de un mineral que hoy poseen todos nuestros teléfonos móviles y que es fundamental para el futuro de los autos eléctricos y el almacenamiento de las energías renovables (eólica, solar y mareomotriz).

Pero hoy, a diferencia de lo que ocurre en Chile y Bolivia, no existe un proyecto litifero nacional. Por el contario, un puñado de empresas extranjeras regidas por el Código de Minería del menemismo, se dedican a la exportación de la materia prima dejando escasas regalías tanto a las provincias del NOA (donde se ubica el recurso) como al Estado nacional.

Desde el Foro Interuniversitario de Especialistas en Litio (un grupo integrado por 30 líneas de investigación de nuestro país, que reúne a más de 300 científicos) expresaron la necesidad de que el litio sea declarado como ‘recurso estratégico’ y reclamaron la urgencia de convocar a todos los actores de la cadena para generar un desarrollo con valor agregado, participación federal y democrática.

Durante la gestión presidencial de Cristina Fernández de Kirchner hubo intentos por vincular el conocimiento científico con la industria en materia del litio, pero los esfuerzos fueron insuficientes. Con el gobierno de Mauricio Macri, Argentina se limitó meramente a garantizar las condiciones para la exportación del recurso natural por parte de compañías transnacionales.

¿Cuál es la postura del gobierno actual? ¿Hay posibilidades de generar una fuerte inversión desde el Estado para la fabricación de baterías de litio? ¿Cómo es el diálogo con la comunidad científica? ¿Existen las condiciones para desarrollar baterías en nuestro país? ¿Se puede explotar el recurso natural de manera sustentable? ¿Alcanza sólo con el litio para garantizar una verdadera transición energética?

Sobre todo esto dialogamos con Martina Gamba, Doctora en Química y docente de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP, investigadora del CONICET e integrante del Grupo de Estudios en Geopolítica y Bienes Comunes (IEALC-UBA) con quienes ha publicado el libro “Litio en Sudamérica. Geopolítica, Energía, Territorios”.

A todo su conocimiento científico, Martina le suma pasión, compromiso político y honestidad intelectual en esta entrevista con Pulso Noticias.

-¿Hoy estamos meramente en una fase de exportación de materia prima, principalmente de carbonato de litio, por parte de compañías extranjeras?

“Sí, actualmente en Argentina hay dos proyectos en explotación, en producción. Uno se ubica en la provincia de Jujuy y otro en la provincia de Catamarca. El de Jujuy se trata de una asociación de capitales de diferentes orígenes: está Toyota, también Oro Cobre que es una empresa minera de origen australiano y está JEMSE (Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado), una empresa estatal provincial en una proporción mucho menor. Jujuy es la única provincia, de las tres que tiene litio en salmuera en nuestro país, que ha construido una empresa estatal para participar del negocio de la extracción de litio. Por otro lado, en Catamarca está la empresa Livent, de capitales norteamericanos. Son empresas que extraen litio tanto en grado técnico como en grado batería. De allí inclusive se está exportando litio en forma de soluciones concentradas, un estadío menor en el proceso de purificación del litio. Por fuera de estos dos proyectos que están en operación en la actualidad (el de Catamarca desde el año 1998 y el de Jujuy desde 2014) hay un proyecto en avanzada construcción también en la provincia de Jujuy y además de esto hay 50 proyectos en diferentes etapas de prospección, exploración, etc. Todo esto en el área del Altiplano Puna (Jujuy, Salta y Catamarca)”.

El Triángulo del Litio comprende los salares de Chile, Argentina y Bolivia

A excepción del caso de JEMSE, ¿la lógica siempre es la exportación del recurso natural por parte de empresas de capital transnacional?

“Claro, es curioso porque JEMSE de todas maneras participa del negocio, de hecho entra subordinada a las empresas Toyota y Oro Cobre, entonces tampoco JEMSE como empresa estatal puede hacer un uso soberano de la materia prima que se extrae en el proyecto Sales de Jujuy. En el resto de los 50 proyectos que todavía no están en producción pero sí en exploración, lo que vemos es que a las tradicionales empresas mineras, que son actores globales en el campo de la minería, se les suman otras compañías como por ejemplo Pluspetrol que decide cambiar su producción netamente fósil a la nueva industria verde. Se le suman también empresas automotrices como Toyota y BMW. Ahí es donde nos podemos ir dando cuenta como el litio se transforma en el paradigma de esta nueva industria verde, en la cual hay una disputa geopolítica sobre quién va a ser vanguardia en ese nuevo paradigma energético”.

Vos hablabas de grado técnico y grado batería. ¿Cuál es la diferencia central?

“Grado batería implica una pureza mayor al 99.5%. Y grado técnico tiene que ver con purezas inferiores y por lo tanto tiene un menor valor agregado porque necesita ser refinado, tiene que ser purificado para alcanzar una pureza que se pueda utilizar en la confección de los materiales que van dentro de una batería”.

El 85% de los salares más rentables en salmuera están en el triángulo del litio (Uyuni-Bolivia, Atacama-Chile, Olaroz y Del Hombre Muerto-Argentina). Pero litio hay en muchas partes del mundo. ¿En los salares del triángulo, el litio es más rentable porque es más sencilla su extracción y porque es de mayor calidad?

“Es una relación entre la concentración de litio y el grado de precipitaciones que haya en la zona. Pero aquí hay que aclarar una cosa, el litio no está sólo presente en salares, está presente en rocas, en mares. Pero todavía no se han desarrollado técnicas para extraer litio del mar que sean rentables desde el punto de vista económico, porque la concentración de litio en el mar es muy baja. El litio en roca se explota en Australia, que es el principal exportador de litio. Si miramos solamente el litio en salmuera, lo más rico, más del 85% está en el triángulo del litio. Y la técnica de explotación de litio más rentable es la técnica evaporítica, que implica evaporar grandes volúmenes de agua por efecto de la radiación del sol. Y esa técnica evaporítica va a ser tanto o más rentable mientras mayor sea la concentración de litio de esas salmueras y mientras menor sea la tasa de precipitaciones. En ese sentido el salar de Uyuni, a pesar de ser el más extenso, tiene tasas de precipitaciones más altas y se complejiza allí el proceso. Los salares de Argentina tienen muy buena calidad en relación a los factores que mencionaba”.

Martina Gamba, Doctora en Química (UNLP) e
Investigadora del CONICET

¿Qué implicaría declarar al litio como recurso estratégico y por qué hoy esto es resistido desde las provincias que tienen el recurso natural?

“Para nosotros que se declare al litio recurso estratégico sería un avance, implicaría sacar al litio del Código de Minería y generar una política específica para este mineral que, como se ve, tiene uso en lo que está siendo un nuevo paradigma energético a nivel global por el agotamiento de los combustibles fósiles y las emisiones de dióxido de carbono, que están modificando el clima del planeta. En el caso de Chile, como de Bolivia, ha sido declarado como recurso estratégico. En Chile sobre todo vinculado a la energía nuclear, porque también el litio tiene uso en la energía nuclear. En Bolivia el hecho de que el litio sea un recurso estratégico hace que el Estado controle absolutamente todo, tanto desde la explotación hasta la producción de materiales y baterías. Es decir, es fundamental que podamos ejercer soberanía sobre ese recurso, decidir de forma democrática sobre ese recurso. Porque hoy está regulado con el mismo marco normativo que regula toda la actividad minera. Lo que vemos es que el litio se utiliza para la nueva industria verde, para reducir emisiones de carbono y, sin embargo, en nuestro país, en nuestro territorio, la extracción de litio es sinónimo de más aridez, de menos agua, de poblaciones que tienen que migrar porque ven que sus animales se enferman. Declarar como recurso estratégico al litio sería importante, pero más importante sería generar condiciones para que de forma democrática todos los actores involucrados en la temática podamos discutir qué es lo mejor que podemos hacer con el litio para nuestro país, para nuestro bienestar”.

¿Cuáles son esos actores?

“Cuando hablo de todos los actores involucrados estoy hablando de las poblaciones locales que viven en los salares y en las zonas aledañas a los salares; estoy hablando de los actores de la ciencia y la tecnología, que tenemos que comprar litio a precio de mercado porque no hay litio argentino; estoy hablando de las Provincias que por supuesto son quienes tienen el litio y son los dueños originarios del recurso; también de las empresas estatales como Y-TEC, que es YPF y el Conicet; pero también Astillero Río Santiago; también las empresas pequeñas y medianas de capitales nacionales, Fabricaciones Militares. Todos estos actores podríamos estar debatiendo qué hacer con el litio en Argentina”.

Fuente: Investiga. Ciencia y Tecnología (UNLP)

En ese sentido, dese el Foro Interuniversitario de Especialistas en Litio sugirieron en su último informe la constitución de una Comisión Nacional del Litio para generar un desarrollo con valor agregado y con participación federal y democrática, y la creación de una Agencia Nacional de Energías Alternativas

El Foro lo que propone, además de que se declare al litio como recurso estratégico también propone la creación de una  Agencia Nacional de Energías Alternativas y una Comisión Nacional del Litio, a semejanza de lo que se hizo en Chile. Las resistencias que se generan en las provincias son difíciles de entender porque nadie está diciendo que las provincias se beneficien menos, nadie está diciendo que se va a violar la Constitución. Lo que estamos diciendo es que haya un mayor beneficio. Hoy las provincias cobran menos del 3% de lo que las empresas declaran en boca de mina, porque no hay ningún otro control, cuando el INTI por ejemplo tiene la capacidad de hacer un control tanto de la calidad como de la cantidad de lo que las empresas exportan. En este momento eso no se lleva adelante. Y además el Estado nacional paga un porcentaje para fomentar la exportación y fomentar la producción minera. Entonces lo que hay esa una transferencia de recursos nacionales a las provincias y eso se podría maximizar si se modificara la legislación. Tampoco se estaría violando la Constitución porque el Código de Minería y la Ley de Inversiones Mineras son cosas que se pueden modificar en el Congreso”.

De hecho hay más de un proyecto en el Congreso, pero tienen mucha resistencia de algunos sectores provinciales

“Ahí lo que vemos es que hay una serie de intereses muy fuertes de ciertas elites provinciales pero que no necesariamente son los pobladores o los compatriotas que viven en esas provincias. Son más bien esas élites las que se benefician de que el litio siga estando bajo un régimen igual al de cualquier otro metal o mineral ordinario”.

Proyecto Sales de Jujuy – Salar de Olaroz

También hay un reclamo desde hace muchos años de la comunidad científica abocada al litio, para participar de manera integral dentro de los procesos productivos y las políticas públicas y no ser meros aportantes de servicios secundarios o no quedar “encapsulados” en los laboratorios

Sí, el hecho de que la explotación del litio esté en manos de estas empresas transnacionales, que lo único que les interesa es maximizar sus beneficios económicos, hace que no haya interacción con el sector científico. Estas empresas transnacionales tienen sus casas matrices en otros países donde hacen todos los desarrollos técnicos, están formadas por múltiples filiales ubicadas en distintas partes del mundo, se venden las materias a sí mismas para transformarlas en otras cosas, con mayor valor agregado en otros lugares. Entonces Toyota, que saca litio de Jujuy, se lo vende a sí mismo y lo transforma en hidróxido de litio en Japón. Ese proceso, de pasar de carbonato de litio a hidróxido de litio implica un 20% de agregado de valor en términos económicos y se lo podría hacer tranquilamente en Argentina porque el sistema científico argentino tiene capacidad para hacerlo y hay empresas pymes que también podrían estar involucradas en ese proceso. Pero a las empresas les conviene venderse a sí mismas al precio más barato posible para tributar lo menos posible en nuestro país. Entonces, esta tríada normativa lo que hace es evitar y cancelar la posibilidad de que el sector científico interactúe”.

Y tampoco se busca desde el sector científico quedar subordinados a los intereses de las empresas

“Lo mejor sería que haya científicos y científicas haciendo líneas de base, haciendo monitoreo, haciendo estudios de impacto ambiental, viendo cómo incluir toda la cuestión cultural de las poblaciones dentro de lo que ellos hacen como estudios de impacto ambiental, que sólo tiene en cuenta aspectos técnicos y deja de lado toda la cuestión cultural. Hay toda una complejidad que desde el punto de vista puramente mercantil no se tiene en cuenta. El sistema científico argentino hoy cuenta con más de 300 profesionales en áreas que van desde la Biología, las Ciencias Sociales, la Geopolítica, hasta la Física Nuclear, que podrían aportar en toda la cadena de agregado de valor del litio. Hoy por ejemplo los únicos estudios de impacto ambiental que existen son los de las empresas y los hacen para que les aprueben los proyectos, no hay estudios hidrogeológicos completos, que tengan la noción de cuenca. La afectación en una zona de salar por la presencia de una empresa en realidad va a afectar a todo el salar, porque son sistemas donde el agua subterránea está conectada y el agua salobre está conectada con las cuencas de agua dulce. Extraer el agua salada modifica el agua dulce y también modifica las lagunas superficiales y eso impacta en la principal actividad económica de las comunidades que es el pastoreo. Hay toda una serie de complejidades que sólo el sector científico independiente y desde una mirada integral puede abordar”.

La necesidad de un cambio en el metabolismo social

Un informe publicado este año por la Agencia Internacional de Energía indicó que la demanda del litio aumentará 42 veces si se cumplen las proyecciones de emisiones 0 para 2040. Teniendo en cuenta esto: ¿hay posibilidades reales de llevar adelante una explotación del recurso que sea sustentable, respetando el entorno natural, la biodiversidad y el derecho de las comunidades que habitan en esos territorios?

“Yo creo que más que hablar de una minería sustentable, de lo que se podría hablar es de una minería responsable en el sentido de que se respeten los procesos de consulta libre, previa e informada a las comunidades y el tiempo que lleve hacer ese proceso de consulta. Que se respete la legislación ambiental vigente, se tenga en cuenta la mirada de científicos y científicas independientes. Sin dudas hay métodos que son alternativos al evaporítico, que son métodos electroquímicos, inclusive hay algunos métodos dentro del evaporítico para que el bombeo no sea a través de pozos verticales sino de pozos horizontales. Es decir hay una bibliografía diferente, metodologías que podrían disminuir los impactos ambientales. Hoy las empresas externalizan los pasivos ambientales, las provincias por ejemplo se tienen que hacer cargo de los residuos sólidos que generan. Lo que hacen es dejar montañas de acopio de metales de descarte al aire libre y estamos hablando de hectáreas de materiales de descarte. Lo que se podría hacer es disminuir los impactos ambientales y sin duda es algo necesario porque si no es como hacer una trampa donde en nombre de la transición energética global te despojan de la biodiversidad y de un ambiente que posibilita la vida, porque los humedales argentinos son ambientes fundamentales para el desarrollo de la vida, desde las bacterias, las formas de vida más antiguas, hasta la vida de las poblaciones. Es necesario que se adquieran, más temprano que tarde, todas estas cosas para hacer una minería más responsable y compatible con la reproducción de la vida en estos territorios”.

-Maristella Svampa y Enrique Viale en el libro ‘El Colapso Ecológico ya llegó’ plantean que la del litio puede llegar a ser una “falsa solución” en la medida en la que se reproduzcan las mismas relaciones de dominación de la naturaleza que están en el modelo que se pretende abandonar, el modelo de los combustibles fósiles. Y en la misma línea señalan que de poco serviría una transición sin cambios en el modelo de consumo y de distribución. “No hay litio que alcance en el mundo para la cantidad de automóviles eléctricos que se requeriría si se mantiene el uso individual del transporte”, ejemplifican

“Exactamente. Nosotros lo que vemos es que a nivel mundial se plantea una transición energética que la llamamos ‘corporativa’, que es que bajo el mismo régimen capitalista se plantea modificar la matriz energética para que en lugar de depender de los combustibles fósiles pase a depender de, por ejemplo, la batería que tiene litio en su interior. Pero pensarlo así, donde solamente lo que se hace es modificar la fuente de energía, no es compatible con la vida porque no va a haber planeta que aguante eso. Ya estamos viendo que el planeta no está aguantando a la actual producción y al actual consumo, basado en el petróleo. Bueno tampoco va a aguantar por más que nos pasemos a las energías renovables porque, como bien dicen estos intelectuales, el litio es finito y no sólo se necesita litio, se necesita cobalto, se necesita níquel, manganeso, toda una serie de minerales. Entonces, además de disminuir las emisiones de dióxido de carbono, es necesario que nos replanteemos cuánto vamos a consumir, de qué manera, si la racionalidad económica, si el aumento del PBI va a seguir siendo el único indicador de crecimiento, si ese crecimiento del PBI va a seguir estando unidireccionalmente vinculado a las emisiones de dióxido de carbono. Es decir, hay toda una cuestión productivista que habría que revisar porque en ese camino se siguen quedando afuera muchísimas poblaciones y muchísimas personas, entonces es necesario hacer un replanteo”.

-¿Qué implica ese replanteo?

“Para nosotros, el camino que anhelamos para una transición energética en el sur global no es esa transición energética corporativa, sino una transición energética popular que permita redistribuir y que permita democratizar el acceso a la energía, que permita un encadenamiento productivo donde más trabajadores y trabajadoras y más conocimiento científico de nuestro país estén puestos en juego. Hay también toda una pata que tiene que ver con el reciclaje, qué vamos a hacer con las batería agotadas, cómo se va a reciclar eso, cómo vamos a recuperar esos metales. Hay que generar una legislación, porque si seguimos comprando baterías en el exterior sin que sepamos exactamente cómo están hechas, hace cuánto tiempo, de pronto vamos a tener una acumulación de basura, lo cual tampoco es compatible con el cambio climático. Entonces hay que revisar cómo nos vamos a vincular con la naturaleza, qué queremos para nuestro país, cuántos actores van a estar comprometidos en eso. Si siguen siendo las mismas pocas empresas que hoy producen energía eléctrica en nuestro país, probablemente sigamos en el mismo camino por el que venimos. En cambio, si pensamos que pueden ser un montón de pequeñas empresas, generando energía solar, generando energía eólica, sin gastar tanto en la distribución, priorizando la cuestión del transporte público, que haya más transporte público eficiente en detrimento de más autos, es por ahí la propuesta. Porque si no, sin dudas, no hay ni litio ni planeta que nos alcance”.

Cuando el recurso solo no alcanza

Teniendo en cuenta que tenemos el recurso natural y tenemos el conocimiento científico: ¿está la tecnología de punta suficiente para producir las baterías en el país?

A nivel laboratorio nosotros el conocimiento lo tenemos, hay muchos y muy buenos grupos de investigación en nuestro país, grupos con nivel académico internacional y que han desarrollado materiales que son iguales o mejores que los materiales que hoy se venden para las batería de ion-litio, que son las que están en el mercado en la actualidad. Hay otros grupos que están investigando las baterías de post ion-litio, es decir, la tecnología que va a continuar a las baterías actuales. Lo que pasa es que hasta hace muy poquitos años esto era a escala laboratorio. Desde hace algunos años atrás está Y-TEC, que es esta empresa que está formada por YPF y el CONICET, una planta piloto donde todos esos materiales se van evaluando a una escala un poco más grande. Y ahora se ha anunciado, hace una semana atrás, la creación de una nueva planta de celdas en Y-TEC, donde también participaron el Ministerio de Defensa, la provincia de Buenos Aires y el INIFTA (UNLP y CONICET), y sería una escala un poquito más grande que la planta piloto actual. Es decir, nosotros el conocimiento lo tenemos, pero no ha habido hasta ahora producción a escala de mercado. La tecnología la vamos a tener siempre y cuando haya una inversión acorde a eso. Y-TEC estaría con este nuevo proyecto empezando a hacer celdas. Si se logra avanzar en eso nos estaríamos acercando, pero lejos de una mega producción”.

EcoBus desarrollado con baterías de ion-litio en la Facultad de Ingeniería de la UNLP

En el libro ‘Litio en Sudamérica’ señalan que “Argentina desestimó la asunción de una política para pensar el agregado de valor desde que asumió el macrismo” pero que en el período político anterior, durante la gestión kirchnerista, hubo “intenciones de vincular el sector científico al industrial” pero que fueron “insuficientes”. ¿Qué posibilidades han tenido de dialogar con las autoridades políticas actuales como para retomar proyectos o que vuelva a plantearse la posibilidad de hacer desarrollos con una fuerte inversión del Estado?

“Nosotros desde el Foro (De Especialistas en Litio), que se ha constituido en marzo del 2020, tuvimos una reunión en el Consejo Interuniversitario. En la segunda reunión del Foro, que fue virtual en agosto de ese año, nos visitaron el ministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y allí se inició un diálogo. A partir de entonces hemos visto múltiples iniciativas, hay un proyecto de ley en el Congreso para avanzar con la regulación de la electromovilidad y este último anuncio donde se va a realizar esta planta de celdas en La Plata. Indudablemente este gobierno tiene en cuenta al sector científico, se han hecho desarrollos en el contexto de la pandemia, del plan Detectar, desarrollos que se hacen actualmente para fabricar vacunas en el país, también las vacunas que se están fabricando. Hay muestras de que el sector científico tiene un rol importante, pero todavía no hay un plan estratégico para con el litio en particular, que incluya al sector científico. Más allá de que vemos que esto no es el macrismo en términos del rol que tiene la ciencia y la tecnología, sí todavía está fragmentado el sistema científico y la forma que estamos encontrando se superar esa fragmentación es a través del Foro, que surge autónomamente”.

Con el retorno del MAS al poder en Bolivia y un posible cambio de gobierno en Brasil el próximo año, sumado a los cambios sociales y políticos que se están produciendo en Chile, ¿se puede pensar en hablar del litio a nivel regional, hablar de litio en Sudamérica?

“La verdad que sería lo más deseable. Hay que imaginarse que, por ejemplo, China tiene presencia en toda la cadena de valor, desde la extracción de litio hasta la producción, son los principales compradores de materia prima y los principales exportadores de los productos terminados y también participan en la exportación de materias primas. Es muy difícil competir a nivel mundial, entonces sería estratégico que los países de Sudamérica puedan confluir en un proyecto que nos permita hacer un uso soberano y producir nuestra propia tecnología. Desde el punto de vista técnico es difícil porque mientras que en Bolivia los salares son de propiedad del Estado, en Chile la forma que han encontrado es firmar contratos desde el Estado con empresas internacionales y en nuestro país son concesiones, que es otra figura. Pero bueno, Brasil por ejemplo tiene una producción automotriz muy grande, y en Bolivia no sólo tienen los salares sino que han logrado tener producción de materiales catódicos, de baterías y hasta de un auto eléctrico en escala piloto. Y Argentina tiene un bagaje científico-técnico súper importante, entonces sin dudas sería estratégico. La verdad es que mi respuesta es desde el anhelo de que nuestros países se unan en pos de dominar una tecnología y de poder construir un proyecto sudamericano de mayor soberanía y de mayor igualdad”.

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Periodista - Papá primerizo y asador de departamento.
Walter Amori nació en Villa Ramallo, en 1983, pero ya lleva más años transcurridos en La Plata que en su ciudad natal. Se recibió de Licenciado en Comunicación Social en la UNLP, lugar donde además fue docente de Opinión Pública. En la capital bonaerense trabajó en prensa institucional y desarrolló tareas periodísticas en medios privados y públicos. Desde 2018 forma parte de Pulso Noticias. Anda en eso de ver de qué se trata la vida después de empalmar paternidad primeriza y dos años de pandemia. Tiene una parrilla en el balcón con poco uso.

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