La generación de electricidad en el país, su distribución en La Plata y las críticas a la falta de inversión. Una historia que refleja la articulación del Estado con los servicios esenciales, las empresas privadas y, en el último eslabón, el consumo de la gente
Por Ramiro Laterza
Los cortes de luz y la baja tensión en La Plata son una problemática que ya recorrió cientos de notas periodísticas, denuncias penales y movilizaciones. Son un claro ejemplo de cómo el país, la provincia y la ciudad articularon con las empresas privadas a lo largo de la historia. ¿Qué lugar ocupan los usuarios y usuarias del consumo eléctrico, que pagan con su salario una tarifa mensual de un servicio ineficiente?
Hay diferentes dimensiones para tratar el “tema Edelap” que van desde cómo se genera la luz en nuestro país, quién es el dueño de la empresa y qué se podría hacer. ¿Cómo se genera la electricidad? ¿Qué es lo que hay detrás de la pared que permite que funcione mi heladera, mi cargador, mi calefacción y mis focos?
El sistema de electricidad en nuestro país está conformado por 3 etapas que van desde la generación hasta la utilización en una casa o edificio. Generación, transporte y distribución son los tres momentos que debemos entender al comienzo.
Las diferentes fuentes de energía en Argentina son, en primer lugar, la “energía térmica”: a partir de los combustibles fósiles como el gas, carbón y el petróleo (llamados también hidrocarburos) generan un 63% de energía del país. En segundo lugar, las centrales hidroeléctricas: el movimiento de un río genera tensión a través de la instalación de turbinas; este tipo conforma el 27% del total. El restante 10% corresponde a energía sustentables y a centrales atómicas, como es Atucha en nuestro país o lo que fuera la tristemente recordada Chernobyl, en Ucrania.
Toda la energía que se gesta de diferentes modos, aporta a un sistema común estatal: el Sistema Argentino de Interconexión (SADI), que es controlado por el Estado para evitar faltas que puedan generar las diferentes conexiones en cada región. Al SADI lo regula el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) y la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (CAMMESA). Toda la energía generada está en “alta tensión” y SADI la centraliza en una potencia de 500.000 Volts.
Luego de la etapa de “generación” llega la del “transporte”. La alta tensión se traslada desde las plantas generadoras hasta las subestaciones de distribución. Este viaje se realiza a través del cableado que vemos en las rutas y que va bajando la tensión a medida que alcanza a las subestaciones de las ciudades y la transforman en media tensión, es decir 13.200 Volts.
En el caso platense, la energía llega desde El Chocón hasta Abasto, donde está la estación de subtransmición. Aquí, en un nuevo proceso a cargo de las distribuidoras, se baja la tensión. Luego de eso, se distribuye a través de puntos estratégicos hacia todo el Gran La Plata, ingresando así a la tercera etapa: la distribución.
Edelap (Empresa Distribuidora La Plata Sociedad Anónima) es la empresa que se encarga de la distribución: envía la energía a los transformadores que están en los barrios a través de cables alimentadores. Ahí es cuando se conectan las líneas de baja tensión que son aquellas que llegan a las casas y los consumidores finales. El cableado generalmente es aéreo pero, desde hace un tiempo y sobretodo en el casco urbano, se utiliza el subterráneo por una cuestión de impacto ambiental. Allí, la cuarta etapa consiste en los consumidores: los clientes finales y su medidor de Edelap en la puerta.
Desde adentro de Edelap
La imagen más conocida de Edelap es el área comercial, en las oficinas de Diagonal 80 y 5, ya que es donde uno va a quejarse por malos cobros o servicios defectuosos. Allí está la contaduría, legales, los abonos, las quejas, etc. Pero la empresa también tiene su área técnica, donde está el sector de ingeniería, de operación y de mantenimiento. El primero de los tres tiene que ver con las mejoras en la red, las obras estructurales, y el área que se encarga hacer una obra eléctrica en un barrio nuevo o en un edificio.
Pulso Noticias habló con un trabajador de EDELAP que prefirió mantener su anonimato. Nos contó algunas características de la empresa: “La red eléctrica es muy dinámica, se va ampliando, cambiando y reduciendo”, dijo. Contó que para que un barrio nuevo tenga el acceso al servicio, son los propios vecinos los que tienen que presentar un proyecto que contenga los loteos y la forma de cómo alimentar de electricidad el barrio, firmado por un profesional matriculado. Luego, en Edelap se supervisa y se hacen las obras “siempre en negociación con el municipio”, sostuvo.
El trabajador del área técnica sostuvo que la empresa no tiene el control de todo el consumo de su red eléctrica ya que hay gente que, tanto en los barrios más humildes como en los comercios con público de mayor poder adquisitivo, se “engancha” al cableado. Finalmente la red se satura, ya que no está preparada y “no hay obras profundas suficientes”.
“La red está obsoleta, vi muchos cambios de concesiones. Durante el macrismo fue cuándo se realizó el mayor aumento de tarifas y fue cuando menos obras hubo”, agregó en ese sentido.
Finalmente aclaró que, en general, el servicio de luz se mantiene gracias al trabajador: “Somos nosotros quienes ponemos el hombro en las tormentas, en pandemia y en la inundación. Los dueños de las firmas aparecen poco”. La mayoría de los operarios están sindicalizados en el gremio Luz y Fuerza y los supervisores en APSEE, aunque hay muchos trabajadores “fuera de convenio”, ya que sus tareas no están encasilladas en los gremios.
Aumentos sin inversión
Una exhaustiva investigación realizada por Federico Basualdo, exdirector del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), concluyó que en el período 2016-2019, las inversiones eléctricas disminuyeron con respecto a 2015, pese a que las cuatro empresas eléctricas más importantes del país (Edesur, Edenor, Edelap y Edea) aumentaron sus tarifas entre un 1600% y un 2100%.
Durante junio y julio, muchos barrios de La Plata llegaron a estar -en plena pandemia- sin electricidad durante 3 semanas. Además, se avivó el debate público respecto a la función de EDELAP y aumentaron las denuncias sobre su falta de inversión.
Sin embargo, la problemática no se constituyó solamente en nuestro distrito y la región sino que también cayeron fuertes críticas sobre las otras dos grandes empresas que deberían garantizar el servicio en el Gran Buenos Aires: EDENOR en la zona norte y EDESUR en la zona sur, más cercana a nuestra ciudad.
No se puede dejar de lado la historia para entender el establecimiento de empresas privadas para servicios públicos y esenciales. Todo esto se remonta, una vez más, a las privatizaciones realizadas durante la década de 1990.
Durante el siglo XX el servicio de generación y distribución de la luz estaba a cargo de la empresa pública SEGBA (Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires). En 1992, con la matriz ideológica liberal de época y la ley de Reforma del Estado, la ola privatista también se extendió a este servicio. Los encargados de administrar la electricidad en el país pasaron a ser empresas privadas y monopolios que dividieron el sistema en esas tres fases: generación, transmisión y distribución.
Ante la disolución de SEGBA, el control de la distribución pasó a manos de Edenor, Edesur y Edelap: se les realizó un contrato de concesión por 95 años, es decir, hasta 2087. Edelap conformó la prestación monopólica de la distribución y comercialización de la luz en los municipios de La Plata, Berisso, Ensenada, Brandsen, Magdalena y Punta Indio y según la web de la empresa, provee el servicio eléctrico a 355.000 clientes en 5700 km2. Tiene así 640 empleados.
“La empresa no hizo grandes inversiones. La única que se destaca es la instalación de los los transformadores en el centro de la ciudad, durante los primeros años de la concesión”, explicó a Pulso Noticias Henry Stegmayer, presidente de Consumidores Responsables. “La planificación y la inversión de esa obra la hizo el Estado. Cuando entregaron la empresa a Edelap le dieron todo: los materiales, el programa. Fue una ayuda estatal para que la gente reconociera que la privatización era mejor”, agregó.
“Edelap justifica que en verano hay cortes porque todo el mundo prende el aire acondicionado, pero cuando los apagones son en invierno le echa la culpa a los vecinos que se cuelgan y que usan estufas eléctricas. Pero eso es una gran mentira porque todo eso está previsto en los cálculos”, sostuvo.
“Con el gran apagón en la zona norte de la ciudad el año pasado, los platenses vimos la falta de mantenimiento”, agregó Stegmayer respecto el profundo corte que se generó en Villa Elisa, City Bell y Gonnet en junio del 2019.
En aquel momento, el OCEBA (entidad de control provincial) impuso multas. Pero Edelap no pagó. También hubo una denuncia penal del Municipio por el delito de estrago, que fue desestimada por la justicia.
¿Quién maneja EDELAP?
En 1992, con la ley de Reforma del Estado, se dictó la concesión por 95 años a Edelap. En 2017 las acciones cambiaron de dueño. El empresario Rogelio Pagano se quedó con la empresa a través de DESA (Desarrolladora Energética SA), con que también conduce Eden(norte y centro de la Provincia), Edea (Costa Atlántica y centro) y Edes(sur). Es decir, todo el monopolio de la distribución de electricidad de la Provincia de Buenos Aires.
Voces en el Concejo Deliberante
Para Gastón Crespo, el Concejal del GEN, se trata de “desidia y el abandono de la empresa y el Estado”, de la que son víctimas vecinos y vecinas platenses, en el marco de una pandemia.
Desde su banca se implementaron “herramientas participativas para acompañar la situación de los vecinos” como el Portal de Reclamos o el Mapa de Problemas con los Servicios. “Además de los cortes, esto genera también falta de agua, calefacción, higiene e imposibilidad de mantener las medidas preventivas frente al COVID-19”, agregó a Pulso Noticias.
“Desde el Concejo Deliberante, reiteramos nuestro pedido de Emergencia en este servicio, porque no es una cuestión a la que se le puedan seguir poniendo parches. Los cortes de electricidad obedecen a la falta de planificación y mantenimiento desde hace por lo menos 40 años”, coincidió con los testimonios anteriores. “El sistema eléctrico, en particular, cuenta con una infraestructura obsoleta e insuficiente. No se realizaron inversiones acordes al crecimiento poblacional, a la extensión de nuevos barrios ni a la actualización que demandan el simple paso del tiempo y la incorporación de mayor cantidad de artefactos en los hogares”, agregó Crespo.
Para esto, además de la Emergencia, desde el unibloque del GEN proponen desarrollar un “Plan Integral de Mejoramiento del Servicio Eléctrico” que incluya fortalecer al organismo de control de energía en cuanto a recursos humanos, técnicos y económicos; elaborar un programa de remodelación y reemplazo de Redes de Media y Baja Tensión desde la periferia hacia el centro, con detalle de mejoras, presupuestos y recursos económicos para las mismas, generando un canal de diálogo y seguimiento con participación Municipal y de las Organizaciones de Usuarios; así como también aumentar la cantidad de oficinas comerciales de atención al público y guardias de servicio, dando prioridad a la zona de Villa Elvira, Olmos, Romero y Tolosa-Ringuelet.
“El Municipio debería hacer un encuadramiento tarifario más conveniente para el Alumbrado y Edificios Públicos, como sucede en algunas ciudades importantes del interior provincial”, agregó el concejal. “Pedimos la urgente acción e intervención del Municipio en este tema porque, hoy más que nunca, debemos garantizar el acceso a los servicios y condiciones de vida dignas para todos los vecinos platenses”, sostuvo.
Es melómano y amiguero. También es periodista, docente, trabajador cultural y militante. Nació y se crió en Necochea y ahora hace más de 15 años que corta por diagonales.
Su vicio lo lleva a la sección Cultura de Pulso, pero también se puede mover por Política, Interés General y Derechos Humanos. Hace trabajos radiales para la cooperativa y da una mano para la cuestión de recursos, suscripciones, cocinar para todxs o lo que pinte. Su moto y su ansiedad lo llevan a ser de lxs más puntuales del emprendimiento.