Chempes, artista y militante platense, cuenta en esta entrevista acerca de una nueva muraleada que invita a reflexionar sobre el cuidado del agua y la tierra. Este lunes y martes en el anexo del Hospital de Niños
“No es solamente hacer murales, sino un momento en que nos encontramos con activistas del lugar. Han venido integrantes de la asamblea de inundados , de ‘Ni un árbol menos’ de Ensenada y otros grupos de vecinxs. Es una forma de salir de nuestro ámbito cultural y entender que está bueno relacionarse con otros, hacer ese tipo de cruces, con radios abiertas”, dice Chempes a Primera Maraña, el programa que coproducen Pulso Noticias y Radionauta.
Está hablando de las muraleadas de Camaguatí o Caravana Muralera por el Agua y la Tierra, que este lunes y martes tendrán una nueva edición, esta vez en articulación con la cátedra de Muralismo y Arte Público Munumental de 3er y 4° año de la Facultad de Artes. Será de 10 a 17 horas en el Anexo del Hospital de Niños, ubicado en 16 entre 62 y 63.
“El camaguatí es como un ser mítico, que va construyendo represas, frena la contaminación y sabotea de alguna manera esas empresas contaminantes. Cuando trabajamos con otros colectivos de muralistas, cada uno lo representa como lo siente”, dice Chempes en relación al personaje que invita a reflexionar sobre el cuidado del agua y la tierra.
“La propuesta es muy enriquecedora. El eje será la alimentación saludable y el agua. Sabemos que hay muchos barrios de La Plata en los que el agua está en pésimas condiciones. Además, muchas de las enfermedades están ligadas a la forma en que nos alimentamos”, explica.
—¿Cómo concebís la articulación entre el mural y las luchas ambientales?
—Creo que es una relación de ida y vuelta. No es solamente lo que el arte le aporta a esa lucha sino que esas luchas le aportan mucho a les trabajadores culturales porque es conectarse con un sector que viene peleando por causas muy justas y necesarias. Te amplia la mirada. Además, las luchas ambientales son tranversales a todes. El mural puede aportar eso de estar en la calle; interpela mucho más allá de lo que publiques en tu Instagram, llegas a otros públicos que de otra forma no te seguirían.
Asimismo, asegura Chempes, el mural posee la ventaja de “desarmar algunos discursos” que muchas veces están arraigados en los procesos de lucha: “A veces, cuando encaramos reclamos, lo hacemos con una forma muy estereotipada de decir o ni siquiera llegamos a pensarlo. Con el avance de la contaminación del agua, la extracción del litio o -incluso en la región- la contaminación que hace COPETRO, se está muy a la defensiva, y por ahí no te queda mucho tiempo para pensar a ver cómo le doy una vuelta. Lo que hacen las prácticas artísticas es aportar en esa dirección: pensar otras formas de comunicar que escapen de los lugares más naturalizados”.
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