Pulso Noticias dialogó con el senador bonaerense Francisco Durañona, autor de un proyecto de ley que promueve el acceso a la tierra para la agricultura familiar y el desarrollo de la agroecología, trabajado en conjunto con la UTT. El legislador se refirió a los alcances de la propuesta, así como a los impedimentos por parte de la oposición para que la misma avance
Por Walter Amori
Hay un modelo de producción y un ciclo que encontraron su límite. Ese modelo es el agropecuario dominante, que produce commodities en lugar de alimentos, que utiliza dosis récord de agroquímicos y que no ha contribuido a resolver los problemas de desigualdad y hambre. Ese ciclo es el que incluye tierras arrasadas por monocultivos, aguas contaminadas, poblaciones y alimentos envenenados por herbicidas. También incluye pollos, vacas y cerdos cargados de antibióticos de todo tipo para resistir condiciones de producción y reproducción extremas, entre otros aspectos.
Ese sistema que favorece la producción intensiva de los sectores más concentrados del campo tiene como corolario a familias enteras que migran desde el interior rural a lo cordones de los grandes centros urbanos para vivir en condiciones de hacinamiento, con empleos informales y vulneración de derechos básicos como la alimentación y la vivienda.
En el camino por revertir esta situación, la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) viene demostrando desde hace casi una década que se puede producir sin pesticidas, obtener mejores ganancias y lograr mejor calidad de vida, además de alimentos más sanos.
Junto a esta organización fue diseñado el proyecto de Ley de Arraigo Bonaerense, que es promovido en el Senado de la provincia de Buenos Aires por el legislador del Frente de Todos, Francisco Durañona. Con el ex intendente de San Antonio de Areco dialogamos acerca de los alcances de la propuesta y sobre las trabas que hoy no permiten que la iniciativa avance en la legislatura provincial
“Hay dos proyectos que tratan del mismo tema, uno a nivel nacional y otro presentado en la legislatura bonaerense. El primero es de autoría de la Unión de Trabajadores de la Tierra, que ya había presentado uno en el año 2016, que perdió estado parlamentario y ahora fue presentado nuevamente hace algunos días atrás. Y tenemos el de mi autoría en la legislatura bonaerense, que lo trabajamos en conjunto con la UTT, tomando como base aquella experiencia del proyecto a nivel nacional, y está en pleno debate en el Senado de la provincia”, señala Durañona en el inicio de la charla.
El proyecto de ley tiene dos aspectos centrales, por un lado, brindar herramientas financieras para el acceso a tierras fiscales destinadas a la vivienda y a la agricultura familiar y, por otro, fomentar la agroecología, promover la generación de colonias agroecológicas y el desarrollo rural sostenible como modelo de producción prioritario (Ver aparte: El proyecto y sus aspectos destacados).
“Es un modelo parecido al Procrear, pero orientado a créditos hipotecarios para el acceso a la tierra y a la vivienda para producir alimentos y hacer las inversiones necesarias para ese tipo de producción” indica el senador bonaerense.
Al mismo tiempo resalta que la iniciativa “está en discusión en la Comisión de Ordenamiento Territorial y Vivienda, donde ya han participado distintas organizaciones como la Sociedad Rural, Coninagro, la Federación Agraria, FECOFE y universidades como la UNNOBA o la Universidad Nacional del Sur en Bahía Blanca, todas acompañando este proyecto, salvo la bancada de Juntos por el Cambio”.
Según denunciaron desde el bloque de senadores del Frente de Todos de la provincia de Buenos Aires, los dirigentes de la oposición no concurrieron a la reunión de comisión en la que se iba a debatir el proyecto.
“A pesar de que tienen mayoría en la Cámara alta, es decir, que no corren ningún riesgo de que la iniciativa sea aprobada si ellos no quieren, aun así, ni siquiera participaron de las discusiones, mostrando un profundo desinterés en políticas de hábitat, en políticas de acceso a la tierra y a la vivienda para producir alimentos, y en políticas de agricultura familiar”, manifestó al respecto Durañona.
En la misma línea agregó: “No dieron ningún argumento, y no sólo que no concurrieron a estas reuniones de la comisión de Ordenamiento Territorial para discutir el proyecto de Ley de Arraigo, sino que, luego de un año de trabajo legislativo se incorporó al orden del día de la Comisión de Asuntos Agrarios, una comisión que preside Juntos por el Cambio a través de la senadora Felicitas Beccar Varela, un proyecto que va de la mano con el de Arraigo, el de promoción de la agroecología, el cual directamente fue rechazado”.
Durañona se refiere a una propuesta legislativa complementaria que busca fomentar una cultura de consumo responsable, promover programas de compra estatal de alimentos y semillas producidas por sistemas de producción agroecológicos y generar apoyo para el desarrollo de las economías locales, entre otros aspectos.
Respecto de la negativa de Juntos por el Cambio a encontrar alternativas para resolver problemas como el de la alimentación segura y soberana y el déficit habitacional, indica: “Cuando llega el momento de hacer aportes, sugerencias o discutirlo directamente, o no concurren o lo rechazan, porque claramente representan o directamente son los mismos intereses que se vienen pregonando en la Argentina en el último siglo, que ha consolidado un modelo de producción hegemónico, basado en alimentos para el consumo animal que se exportan, un modelo netamente agroexportador, de acumulación de dólares, de monocultivo, sin el cuidado de la tierra y del trabajo rural, ni del arraigo, con aplicación a mansalva de agroquímicos”.
“Todo lo que ha significado en Argentina este modelo centralista y mercantilista que nos tira por la cabeza que en un país que supuestamente tiene todas las capacidades para producir alimentos, tenemos a 6 de cada 10 jóvenes con problemas de alimentación y de pobreza”, resume.
Que lo cortés no quite lo valiente
Para el legislador del Frente de Todos “evidentemente no hay ningún interés de la oposición en lograr un consenso en esta materia”. Y a la hora de evaluar posibles caminos para avanzar considera “que la única solución es una decisión política de fondo, tanto del gobierno nacional como del gobierno provincial, de volcar programas de financiamiento, de promoción de la agroecología desde los estamentos ejecutivos”.
En este sentido, desde el gobierno se han dado señales contradictorias respecto a los temas vinculados al medio ambiente y a los modelos de producción sustentable. Un claro ejemplo es la marcha atrás dada por el presidente Alberto Fernández con la expropiación de Vicentin, la cual había sido anunciada con bombos y platillos como un “paso hacia adelante hacia para alcanzar la soberanía alimentaria”.
Pero también hay otros signos que son poco alentadoras, como la baja de retenciones a las exportaciones de soja en medio de incendios forestales en la mitad de las provincias argentinas o el intento de instalar megafactorías de cerdos para China, entre otros aspectos a mirar con detenimiento.
Consultado por este medio, el senador Durañona consideró que “hay voluntad y vocación” por parte del presidente en avanzar con los proyectos vinculados al desarrollo agroecológico y el cuidado medioambiental.
“Alberto Fernández fue muy claro en la reunión de la comisión de Arraigo del PJ nacional, lo escuchamos todos porque se transmitió en directo por YouTube. No ocultó su preocupación y su claridad conceptual en esta materia. Pero claramente hay que avanzar en tomar una decisión concreta y contundente, en organizar un país y una provincia de Buenos Aires en clave de arraigo y en clave federal, muy lejos del modelo centralista y unitario que está concentrado hasta ahora, que solamente nos ha dado fracasos constantes y permanentes, desarraigo de la población, concentración poblacional en pequeños núcleos urbanos, y concentración de la tierra en manos de pocos”, remarcó.
De la misma manera expresó: “Esa Argentina que no garantiza integración territorial ni tampoco calidad de vida al conjunto de los argentinos en materia de acceso a los alimentos, al empleo y a los derechos esenciales como salud y educación”.
Tiempos modernos, necesidades ancestrales
Los intentos por cambiar la matriz productiva en la Argentina han sido históricamente obstruidos para el poder de lobby de las elites de los sectores agrarios y de los grandes pulpos exportadores de estas materias primas.
La doctora en Sociología e investigadora del CONICET, Maristella Svampa, y el abogado ambientalista, Enrique Viale, afirman en el libro “El colapso ecológico ya llegó” (publicado en septiembre pasado) que el agronegocio es “nuestro Chernobyl Criollo, que ilustra como pocos uno de los temas más obturados por los gobiernos y los actores económicos involucrados”. Ante estos antecedentes, ¿será posible en un futuro cercano poner fin al modelo de producción con agrotóxicos?
Durañona: “Estoy convencido que sí y además es una cuestión científica. Hay países como China y Francia, entre otros, que han cerrado sus plantas de producción de agroquímicos. Hay países del mundo que son mercados sustanciales para la Argentina, que ya empiezan a rechazar producción que no tenga certificado agroecológico. De hecho, hace poco se anunció un modelo de trigo transgénico, producido en Argentina, que hasta ahora no ha sido aceptado por ningún país, ni siquiera por Brasil. Claramente se viene un mundo que va a demandar alimentos agroecológicos y nosotros aspiramos a que Argentina esté como pionero en este tipo de producción. Necesariamente hay que cambiar la matriz y tarde o temprano este modelo se va a terminar imponiendo”.
El proyecto y sus aspectos destacados:
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