“Estamos tomando las medidas necesarias para poder transformar radicalmente y estructuralmente el país”, afirmó en una entrevista para la CNN que fue una especie de cadena nacional. Ayer miles de ecuatorianos coparon las calles
En medio de la profunda crisis social y política que se vive en Ecuador desde hace varias semanas, el presidente de ese país, Lenín Moreno, admitió ante los medios de comunicación internacionales su responsabilidad en la situación generada tras la serie de medidas económicas antipopulares que anunció su gobierno.
El mandatario aseguró que está tomando medidas para “transformar radicalmente y estructuralmente el país”. “Es responsabilidad mía lo que está pasando este momento, es por eso que estamos tomando las medidas necesarias para poder transformar radicalmente y estructuralmente el país”, afirmó en una entrevista para CNN que fue presentada a modo de cadena nacional.
El presidente destacó allí además que lo que se vive se trata de un “plan sistematizado” que fue preparado antes de que ganara las elecciones y cuyo objetivo es “desestabilizar el Gobierno de Ecuador”. “Uno de los elementos que más lo confirman es la presencia de dirigentes que se denomina la Revolución Ciudadana y la presencia inclusive de Correa”, resaltó, refiriéndose al expresidente Rafael Correa.
“La vida del presidente no es lo más importante, sino el mantenimiento del orden democrático, de la paz, el camino hacia el progreso y poder administrar el país y la crisis de la mejor manera, la más correcta, legal y justa”, sostuvo.
Este miércoles se vivió en el país el séptimo día de intensas protestas callejeres, en una jornada nacional de huelga que terminó con enfrentamientos en varios puntos de Quito, la capital, y en otras ciudades, entre los manifestantes, la policía y el ejército.
En los diversos videos que se difundieron e incluso en transmisiones en vivo que permiten seguir la situación minuto a minuto se observa a cientos de manifestantes en las calles, que son perseguidos y golpeados por las fuerzas de seguridad con el objetivo de dispersas las concentraciones.
Las distintas organizaciones de trabajadores y de indígenas ya avisaron que mantendrán sus protestas indefinidamente, mientras el Gobierno rechaza dar marcha atrás con sus medidas, entre ellas la supresión del subsidio a los combustibles, demanda de los manifestantes para sentarse a la mesa de conversaciones.
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