Se realizaron protestas de movimientos sociales en ciudades de todo el país ante el freno de la repartición de comida por parte del Estado. En Plaza Moreno, Juliana de 22 años y coordinadora de un espacio que alimenta a 150 personas en Villa Elisa, describió a Pulso cómo se vive la situación. Galería de fotos
Fotos: Cami Flores (Pulso Noticias)
A pesar de la naturalización sobre algunas realidades, a la que nos lleva el sistema y los grandes medios y redes sociales, la pobreza en los barrios de Argentina es algo histórico. Profundizada durante la dictadura, villas miseria, asentamientos y barrios populares existen desde hace décadas y la herramienta de la olla popular siempre fue una característica de inagotable solidaridad entre la gente humilde.
Para organizarse entre vecinas de algunas cuadras cercanas, ante la realidad de niños y niñas sin poder comer, con sus padres y madres desempleadas y también con hambre, se acude a la división de tareas, a la repartición de productos para aportar a la olla y, con el advenimiento de organizaciones sociales, el pedido al Estado de bolsones de comida.
La asistencia estatal y la aparición de las áreas de Desarrollo Social también tienen larga data. La responsabilidad de los estados municipales, provinciales y nacionales de que las personas puedan alimentarse, tener vivienda y salud está escrita en cada constitución y tratado internacional. Sin embargo, con solo acercarse a un barrio, charlar con algunas personas (en general mujeres), se puede avistar cómo la problemática no solo continúa, sino que se agrava ante cada aumento de los precios de todo lo que necesitamos para vivir.
Protestas ante la falta de asistencia
Esta mañana de miércoles, luego de la jornada histórica donde el gobierno tuvo que proponer su marcha atràs con la Ley Òmnibus, y tras las declaraciones de la ministra de “Capital Humano” Sandra Pettovello respecto a las personas con hambre en el país, diversas organizaciones sociales realizaron una protesta en ciudades de todo el país.
Se trató de cocineras y coordinadoras de comedores populares donde, por ejemplo en La Plata, fueron desde el movimiento “Libres del Sur”, que llegaron a Plaza Moreno durante la mañana con una docena de ollas inmensas y carteles que denunciaban la grave situación: el gobierno no está entregando alimentos a los comedores.
Pulso Noticias estuvo allí y dialogó con una coordinadora joven de la zona norte de la ciudad. Se trata de Juliana que es de Villa Elisa, tiene 22 años y está inserta en el comedor “Hogar Mágico” de ese barrio.
Contó que la protesta en la plaza situada entre la Catedral y el municipio es para que el Estado vuelva a entregar los alimentos pero “no queremos simplemente que nos den polenta o arroz, queremos que cumplan dándonos los alimentos esenciales para que le podamos dar a los chicos, porque son ellos que me vienen a las puertas del comedor a pedirte comida”, graficò con sus ojos de bronca, de piba de barrio plantada y organizada.
“Los niños y niñas necesitan y se merecen alimentos para su crecimiento y desarrollo, pero desde que asumió el gobierno no estamos recibiendo la comida, ya van a ser dos meses que los comedores no tienen comida, no tienen ningún tipo de apoyo”.
Respecto a las declaraciones de la ministra Petovello, Juliana opinó: “básicamente lo que están haciendo es jugar con la necesidad de la gente, buscan decir palabras bonitas para que se reproduzcan en los medios y las redes”, y agregó que “en la realidad se niegan a ayudar y a darnos comida a los comedores para que podemos dar lo que ellos están obligados a dar, encima cada vez más familias no pueden alimentarse”.
Juliana también apuntó a las denuncias esgrimidas por el gobierno de La Libertad Avanza respecto a que detrás de las organizaciones sociales y sus comedores existe un negocio ilegal. “Buscan crear hacer creer eso pero para mí el negocio es que le den cargos públicos a sus familias, que terminan cobrando un sueldo de 2 millones de pesos, que lo consiguen con el ajuste que estamos sufriendo cada uno de los argentinos”.
Para finalizar la coordinadora del comedor de Villa Elisa aseguró que quieren que los escuchen pero en paz, que están ejerciendo su derecho a la protesta y que no son personas que protestan para “obtener beneficios del Estado por arriba… somos trabajadores como todos”. A la vez que invitò a acercarse a las protestas a las personas que “creen que somos unos vagos, que no hacemos nada”, y remató: “que vean lo que es sentir que un chico de 10 años te pida en la puerta de tu casa comida para darle a sus hermanitos….los invito a ellos que le den una respuesta cómo le podemos dar nosotros con el comedor”.
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